Las dos grandes asignaturas de María Casado en la Academia: reconciliarse con Mediaset y revitalizar los Iris
María Casado se ha convertido este martes 4 de diciembre en la nueva Presidenta de la Academia de Televisión, tras ganar las elecciones y suceder así a Manuel Campo Vidal después de 12 años en el cargo.
Tras haberse impuesto en las votaciones a los también periodistas Diego Carcedo y José Carbajo, la presentadora de TVE ha hecho una primera declaración de intenciones en la que ha indicado que ahora “toca impulsar una nueva etapa de la Academia”, hablando también de “el cambio y el relanzamiento de esta Institución”.
Casado ha apuntado que quiere lograr “una Institución símbolo de la televisión que se hace en nuestras lenguas”, pidiendo la colaboración de todos los académicos y aceptando el compromiso de “liderar esta etapa”.
Manuel Campo Vidal recuperó los debates electorales
La Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión está compuesta por una numerosa y variada representación de los profesionales del medio, desde directivos de cadenas, productoras y empresas hasta presentadores y reporteros, pasando también por técnicos, guionistas, actores y en general todos los responsables que logran “hacer televisión”.
Durante el mandato de Manuel Campo Vidal, la institución recuperó los debates electorales televisados entre candidatos a la Presidencia del Gobierno, siendo públicos los celebrados en 2008, 2011, 2015 y 2016. En su últimos cuatro años, la Junta Directiva defendió “la creación del Consejo estatal de Medios Audiovisuales (CEMA)” y potenció “la relación con la industria audiovisual latinoamericana para una defensa conjunta del talento en el sector”.
Dos objetivos que fueron anunciados en 2014, cuando se constituyó la hasta la fecha última Junta Directiva de la institución, y que se han sumado a las otras muchas labores que la Academia de TV ha realizado estos años, como los Premios Iris, la organización y participación en charlas y foros sobre el medio, la promoción y difusión de las novedades y logros del sector y, como establece en sus objetivos, “la promoción y defensa de la imagen pública de los profesionales de la televisión”.
Pese a todo ello, la nueva etapa de la Academia de TV con María Casado al frente también necesitará, como la nueva Presidenta ha adelantado, un “cambio y relanzamiento”. Y de entre sus posibles deberes, a priori y conociendo el contexto sólo desde fuera, pueden señalarse dos grandes objetivos.
Intentar retomar la relación con Mediaset
RTVE, Atresmedia y Mediaset son los tres grandes grupos televisivos de España, que además representan a la TV “tradicional”, a los que se han unido otros grupos y cadenas temáticas al igual que plataformas como Movistar, Vodafone u Orange, e incluso la llegada de Netflix, HBO y demás.
Por esa razón, y por el bien del sector, la Academia de TV y Mediaset deberían retomar la relación que tuvieron hasta hace unos años. Una relación que se rompió por decisión de Vasile, que en 2014 declaró directamente que “la Academia de Televisión no nos representa”, tras lo que Mediaset dio la espalda a los Premios Iris 2015 recordando que “no pertenecemos a la Academia ni hemos presentado candidaturas”.
Desde entonces, Mediaset no ha querido hacer las paces con la institución. No ha estado presente en ninguna edición de los Premios Iris, lo que afecta a la Academia de TV porque resulta imposible ser la gran cita televisiva del año (al estilo de los Emmy) cuando el grupo de más audiencia no quiere estar presente.
Aunque la cuerda se rompió por el lado de Mediaset, la nueva Junta Directiva de la Academia de TV encabezada por María Casado tendría que intentar tender nuevos lazos y, por el bien del sector, lograr la unión para que la institución sea una representación más fuerte de la realidad televisiva de España.
Que los Premios Iris vuelvan a ser televisivos (y televisados)
Aunque los Premios Iris siguen siendo considerados los principales galardones de la televisión en España, la desunión en torno a la Academia de TV hace que no tengan la misma posición que los Goya, donde la Academia de Cine sí ha cerrado filas en torno a esos galardones.
Retomar la relación con Mediaset a buen seguro que contribuiría a potenciar la imagen de los Iris, pero el mejor impulso posible sería que los premios de la televisión volviesen a ser televisivos, y televisados.
Las galas de premios pueden llegar a convertirse en eventos que concitan audiencia. Ahí está el ejemplo de los Goya, y a un nivel diferente de los Oscar. Y en unos años en los que se han multiplicado el número de cadenas, resulta difícil que los premios de la televisión no puedan verse en televisión.
Las dos últimas galas de los Premios Iris se han celebrado en un cine (con los premiados bajando a recoger sus premios al espacio entre la pantalla y las primeras butacas) y se han retransmitido a través de Twitter. Ninguno de los grupos y ninguna de las cadenas que forman parte de la Academia los han ofrecido.
Con las limitaciones normales por razones presupuestarias, y sin la pretensión de que tengan que parecerse a los Emmy, a los Oscar, ni tan siquiera a los Goya; lo cierto es que parece obvio señalar que María Casado y su Junta Directiva tendrán que intentar que los Premios Iris regresen a la televisión, y vuelvan a tener un formato televisivo más allá de la frialdad y la oscuridad de una sala de cine.