'MasterChef 12' recuperó a su protagonista, expulsó a los dos militares de golpe y Jordi prometió trabajo a uno

David, Gonzalo y José en 'MasterChef 12'

Paula Hergar

La octava entrega de MasterChef 12 cumplió con lo prometido y, tras expulsar a Samya la semana anterior, la devolvió a las cocinas gracias al delantal de la segunda oportunidad que había ganado días atrás.

Con ella de vuelta, al talent le sobraban dos plazas así que eliminó a David y Jose - los dos militares- a la vez, tras no superar el reto que les pedían en la última prueba.

Todo ello en una gala en la que celebraron el amor, con citas entre ellos, y hasta viajaron a Jerez de la Frontera, a cocinar en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.

Primera prueba con mucho amor y el regreso de Samya

Para la primera prueba de la noche los jueces tenían guardada dos sorpresas: la primera era el regreso de Samya por el delantal de la segunda oportunidad que la devolvía como concursante de pleno derecho tras su expulsión anterior.

La segunda noticia inesperada era que volvieron a poner en juego el pin de la inmunidad para celebrar el amor. Y es que para el reto invitaron a Eva y Jokin, una pareja que se creó en el programa. También estuvo Inés Cantero del Junior que fue la encargada de emparejar a los aspirantes para tener unas citas en la que debían conquistar sus estómagos.

La pequeña unió a Gonzalo con Pilar, Ángela con Pulga, Alberto y Samya, Celeste con David y María con José. Se repartieron los ingredientes entre las parejas. Los resultados de cada plato dieron con las flechas del amor a Celeste con unos tragliatelle “con mucho mérito”, la ensaladilla “rica” de Pulga, el postre “buenísimo” de Ángela casi de restaurante y la “muy buena lasagna” de Gonzalo.

Pero desilusionaron las elaboraciones de María por un milhojas “infantil”, el “despropósito” de José, el “castañazo” de David, la “salsamarranada” de Samya, la langosta “pasada” de Alberto y la tarta de Pilar con “sabor a crudo”.

Tras la cata, llegó la deliberación que señaló como el mejor plato el de Gonzalo que, a su vez, se llevó el pin de la inmunidad.

Prueba de exteriores con dos equipos desiguales

Las cocinas se trasladaron al Palacio de Abrantes de Jerez de la Frontera, donde se forman los jinetes más prometedores del país. Allí les retaron a una prueba por equipos en la que tuvieron que cocinar un menú compuesto por platos inspirados en la gastronomía jerezana: una caballa con tomates confitados y gazpacho jerezano y un bienmesabe de róbalo con chirivía, entre otros.

Tuvieron que cocinar para 90 amigos y empleados de la Escuela ecuestre, divididos en dos equipos: el azul lo capitaneó David junto a Gonzalo, Samya, Jose y Pilar, mientras que de rojo lució Pulga junto a Alberto, María, Celeste y Ángela.

Durante el cocinado, la mayor discusión la protagonizaron Celeste y Pulga porque ella se sintió poco reconocida en el postre y Jordi la defendió. Eso molestó tanto al compañero como a Ángela que la notó con actitud infantil. Pero duró poco el enfado y acabaron disculpándose.

Acabado el tiempo de cocinado, llegó la valoración. Los jueces criticaron la labor de David ante los azules por la falta de “dotes de liderazgo”, al no repartir bien las tareas y quedarse a medias en el emplatado. Mientras que de los rojos dijeron todo lo contrario a Pulga: “Más que aprobado como capitán”.

Por lo que el equipo ganador de la prueba fueron los rojos: Pulga junto a Alberto, María, Celeste y Ángela.

Prueba de eliminación con dos expulsados de golpe

David, Gonzalo, Samya, Jose y Pilar llegaron con los delantales negros para enfrentarse a la batalla de los sentidos. Se colocaron al final de las cocinas y, a través de tres cocinados, aplicaron cada uno de los sentidos para preparar y presentar los platos que les encargaron los jueces.

El mejor aspirante de la primera batalla, por convencer con la “esencialidad”, fue Samya. La segunda batalla se centró en el gusto y la ganó Pilar con “uno de los grandes platos de la edición”, le aseguraron.

Durante la tensa valoración Jose transmitió su malestar al escuchar quejas que en otros platos habían dejado pasar. “El de Samya también tenía un ingrediente crudo y ha ganado”, decía y hacía saltar a Jordi que le tildaba de actitud infantil: “Tu pensamiento negativo ha hecho que cocines en negativo y así te ha quedado el plato”. Finalmente el aspirante acató la crítica y calló.

David, Gonzalo y Jose se disputaron la tercera y última batalla en la que solo se salvaría uno. Tuvieron que reproducir una receta del segundo mejor restaurante del mundo y el primero en perderse fue David, mientras Jose empezaba a recuperar la confianza en él mismo.

Al acabar, Gonzalo se derrumbó en la cata por no haber entregado el pin desde el principio. Sin embargo, los jueces aplaudieron el resultado que llegó a asombrarles. El plato de Jose tuvo “muchos defectos pero se parecía en algo” al original. Mientras que David también recibió la felicitación del chef por rehacerse tras perderse.

Por todo ello, los jueces sentenciaron: “Los dos aspirantes que no continúan en las cocinas son David y Jose”. Pero antes de irse, Jose recordó a Jordi que quería trabajar con él: “Si yo abro la puertecita y estás tú, es tu casa” respondió el chef.

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