'MasterChef Celebrity 9' expulsó al aspirante más aplicado y ya tiene a sus cuatro finalistas

Después de casi tres meses dedicados a la cocina, MasterChef Celebrity 9 hizo sufrir el último foso a sus aspirantes y escogió a los finalistas: Inés Hernand, Marina Rivers, Pitingo y Francis Lorenzo.

Lo hizo tras la expulsión de Pocholo Martínez-Bordiú por un postre casi imposible, que le abrumó desde el principio. “Nunca hemos tenido a nadie tan aplicado como tú”, confesaba Pepe al despedirle.

De esta manera, llega a la final un cuarteto por el que pocos hubieran apostado al arranque de una edición de aspirantes con niveles culinarios muy distintos y con evoluciones impredecibles.

Primera prueba con la visita de los familiares

Para la primera prueba de la semifinal, los jueces quisieron poner tiernos a los aspirantes y les pidieron que reintepretaran la merienda de su infancia, con técnicas de vanguardia aprendidas en estas cocinas.

Para sorpresa de los concursantes, acudieron en su ayuda sus familiares. A Pocholo le visitó su madre, a Francis su mujer, a Inés su pareja, a Pitingo su mujer y su hijo y a Marina su padre.

Con la ayuda de todos ellos, los platos que presentaron Pitingo, Francis y Pocholo no gustaron a los jueces. Sin embargo, los de Marina e Inés recibieron aplausos por su parte. Y alzaron al de la presentadora como el mejor.

Inés y Pitingo, los dos primeros finalistas tras su prueba de exteriores

Aspirantes y jurado volvieron a Guipúzcoa, para conocer la Bodega Katxiña, en Orio. Allí se dividieron en dos equipos: el azul formado por Francis y Pocholo; y el rojo con Inés (capitana), Pitingo y Marina. Aunque el jurado les evaluaría de manera individual.

Cada grupo tuvo que cocinar dos menús completos, creados por el chef Iñaki Zendoia, para hasta 40 amigos invitados personalmente por el anfitrión.

Lo lograron pero no todos con el mismo resultando. Los azules tuvieron “muchos errores” por lo que ninguno de los dos pudo salvarse. Mientras que los rojos tuvieron más aciertos, sobre todo en el caso de Inés, Pitingo “por una buena ensalada”, mientras que Marina tuvo un cocinado menos destacable.

Por ello, Inés y Pitingo fueron los únicos salvados de la noche y se convirtieron en los dos primeros finalistas de la edición.

Prueba de eliminación con la marcha de Pocholo

Francis, Pocholo y Marina llegaron al último foso de la edición. Allí, el jurado invitó a Santiago Segura y a tres chefs pasteleros: Saray Ruiz, Lluc Crusellas y Ricard Martínez.

Los delantales negros reprodujeron los postres que crearon los pasteleros invitados al reto, en el que fusionaron su maestría con el arte abstracto.

Los tres tuvieron la receta de las elaboraciones en la mesa, solo que eran más de 30. Marina iba sin prisa pero sin pausa, bromeando y de buen humor, ante cada uno de los cocinados. Todo lo contrario era Francis que tras varios intentos de la misma elaboración, tiró la toalla: “Ha sido un placer”, decía mirando al balcón. Mientras que Pocholo confesaba la dificultad pero seguía a lo suyo.

Marina fue la primera en entregar una reinterpretación con “sobresaliente en estética” y con “un gran trabajo; le siguió Francis con un postre ”mejor de sabor que de estética“; y acabó Pocholo provocando el ataque de risa de Pepe al ver su intento de cuadro ”libre“, en vez de copiado.

Tras la cata, los jueces deliberaron y Pepe sentenció: “El aspirante que no continúa en las cocinas es Pocholo”. Palabras que el afectado aplaudió, mientras Francis subía al balcón, con una sensación agridulce de dejar atrás a su amigo pero convertirse en finalista.

Por su parte, Pocholo agradecía la oportunidad y se marchaba a Ibiza con la idea de “colarse en las cocinas de Pachá”. Además de apostar por el actor como ganador de la edición.