Movistar+ ha arrancado su nueva temporada televisiva y El cielo puede esperar ha sido uno de los primeros programas en estrenar entregas. Lo ha hecho con el imaginario funeral de Pepe Rodríguez, al que asistieron tanto sus familiares, como amigos y compañeros de Masterchef: Jordi Cruz, Samantha Vallejo-Nágera, Edu Soto, Ona Carbonell y Macarena Rey, entre otros.
El formato ideó una muerte muy risueña para el cocinero. En la que cuando atendía a un comensal en su restaurante, este resultaba ser un influencer que le planteaba pagar la cuenta con sus redes sociales. Pepe se empezaba a partir de risa, de tal manera, que le acababa dando un infarto y fallecía.
En el sepelio también estuvo su mujer, su hermana y hasta se escucharon versiones de sus adorados Rolling Stones, Joaquín Sabina y algún que otro tema musical relacionado con la gastronomía.
Samantha: “No sé quién va a pagar ahora las cenas fuera”
Dani García fue el primero en romper el hielo y subirse a la tarima para recordar que Pepe era el “majo de Masterchef, el puto amo”, como describió. También Teresa, su hermana mayor, dijo algunas buenas palabras sobre el cocinero.
Y dieron paso a sus compañeros de Masterchef. La primera en hablar fue Samantha: “No sé como me siento. Tengo un trampantojo de pena. Pepe era un encanto pero no sabéis lo que es aguantarle todo el día. En estos últimos 8 años he visto más a Pepe y a Jordi que a mi familia. Era agotador”. Y de alguna forma, celebraba su marcha: “Ahora por fin Jordi y yo nos vamos a quedar tranquilos. Cada uno con un camerino”. Aunque también había una parte mala: “Estoy preocupada porque no sé quién va a pagar los restaurantes. Hay que reconocer que era un tipo generoso y divertido”.
Miguel Ángel Muñoz, el primer ganador Celebrity, también dedicó unas palabras a su ex juez: “A diferencia de Masterchef, aquí te expulsan lo hagas bien o mal. Allí conocí a Pepe, amable, sincero, cercano, y muy buena persona”.
Y seguidamente habló Macarena Rey, la CEO del formato y a la que según Pepe, “le debe toda su trayectoria televisiva”. La directiva empezó diciendo: “Estoy sorprendida con la muerte de Pepe porque después de todas las aberraciones que le han hecho probar, que se muera de risa...”. Y recordó cómo le ficharon: “Vimos a todos los cocineros que valían la pena en España, en ese momento y concluimos que él era la mejor opción. Él no era consciente de sus atributos televisivos pero pasó de ser una estrella Michelin a una estrella de la TV. El tirón que tenía era increíble sobre todo entre las mujeres. Jordi mucho Men's Health pero las mujeres de los 40 para arriba le prefieren a él”.
Al finalizar su discurso, Rey aseguró que Pepe era “insustituible” y, sin embargo, al bajar de la tarima, guiñó un ojo a Miguel Ángel Muñoz y le dijo que después hablarían.
Jordi Cruz: “Espero que allí donde esté tengan buen vino”
Por supuesto, Jordi Cruz también quiso dedicar unas palabras al que había sido su compañeros de talent durante 8 años: “El aspirante que deja las cocinas de la vida es Pepe. Era de los que detectaba que estabas mal y pinchaba ahí. Quería parecerse a Mick Jagger, pero no. Tenía ese baile que encajaba en un Satisfaction y en un Aserejé. Era tímido pero no tenía vergüenza”, aseguraba describiéndolo. Para concluir de la siguiente manera: “El mundo ha perdido un cocinero importante, un cocinero que hablaba mal de mi restaurante porque decía que te quedas con hambre. Solo espero que allí donde esté echen buen vino y una caña bien tirada. Hermano, te echaré de menos”.
También hubo tiempo para Edu Soto, ex concursante del programa: “Estoy consternado. En shock. Recordaré siempre ese plato que me curré en Masterchef y por el que Pepe me dijo que era excelente para un menú de hospital. Si de algo me alegro es de que no haya muerto en vano, cocinando no, descojonándose. Parecía serio pero era un cachondo. Con afinidad con la gente payasa, por eso conectamos”.
Y habló otra ganadora, Ona Carbonell: “No me gusta perder nunca, y no estoy acostumbrada a esta sensación. Tuvimos una relación especial con Pepe cuando iba a todas las eliminaciones y me ponía nerviosa pero él me despedía hasta que me salvaba. Me decía que dejara el deporte y empezara la buena vida. En una prueba de exteriores nos fuimos de fiesta y por su culpa dejé el deporte un tiempo porque no podía cocinar, hacer la digestión y competir a la vez”.
Tras todos los discursos, el programa le dejó revivir con la excusa de que se había dejado una olla de callos en el fuego, y el mundo no podía perderse aquello.