Roseanne Barr ofreció este jueves su primera entrevista en televisión tras su polémico tuit racista que desencadenó en la cancelación de Roseanne, su serie en ABC. Lo hizo en el plató de Fox News, donde se disculpó con Valerie Jarrett, la destinataria de su mensaje, e insistió en que no es una persona racista.
En una charla en profundidad, de una hora de duración, la actriz afirmó que era “un tuit político” y no racista, y lamentó “no haberse expresado mejor”: “Me entristece que piensen eso de mí. Nunca he querido herir a nadie o decir algo negativo sobre una raza”, apuntó.
Posteriormente, Barr se disculpó directamente, a través de la pantalla, con la exasesora de Barack Obama: “Lamento haberte herido porque nunca fue esa la intención”, dijo, y apuntó que no ha intentado contactar con ella para pedirle perdón personalmente porque temía que le gritara al otro lado del teléfono.
Roseanne hizo extensible sus disculpas a todos los americanos “por hacer una mala broma sobre su política y su aspecto”. “Cometí un error que me ha costado el trabajo de mi vida, y he pagado el precio por ello. Pero no, no sabía que ella era negra”, justificó.
Además, y como ya hiciera unos días después de la polémica, la intérprete insistió en que había tomado somníferos, se había bebido dos cervezas y estaba tomando medicación contra la depresión la noche en la que publicó el tuit.
“No soy racista, los votantes de Trump no son racistas y Trump tampoco lo es. Lo siento”, dijo en otro momento de la charla, y apuntó que “todo el mundo puede ser objeto de bromas. Cualquiera que esté en una posición de poder se expone a ello, y si no pueden reírse de ellos mismos es por algo”.
Por último, Roseanne comentó que su contrato con ABC la protegía de cualquier error que pudiera cometer, que le tenía 24 horas para corregirlos y que quiso hablar con los medios para explicar sus tuits, pero la cadena no se lo permitió.