Risto desvela cómo fichó por OT: “Mi periplo en TV no es tanto mérito mío, como demérito de lo que había”
Risto Mejide hizo este miércoles un hueco en su agenda televisiva para charlar con Mara Torres en Cadena SER sobre su nueva novela El chisme y recordar sus inicios en un medio que, según comentó, le sirve como atajo para su verdadera pasión: escribir y publicar libros.
El presentador saltó a la fama en 2006 como juez de Operación Triunfo en la edición que ganó Lorena Gómez. Sus gafas oscuras y sus valoraciones sinceras (y contundentes) levantaron todo tipo de sentimientos entre concursantes y público, pero lo que no se sabía hasta ahora era cómo llegó a ocupar esa silla en la mesa del jurado de Telecinco.
Mejide confesó en los micrófonos de la radio que su salto a la televisión se produjo por un cúmulo de casualidades: “Durante la carrera de ADE había una asignatura de Innovación que nos daba Alfons Cornella. A él un día le llamaron de la tele para fichar por un concurso de inventores que se iba a emitir en Antena 3. Él dijo que no, pero dio cinco nombres como alternativa, y yo era el quinto. Los otros cuatros dijeron que no, y así acabé yo en la tele”, desveló.
El programa en cuestión, El invento del siglo, se canceló pronto por resultados de audiencia. Pero ahí estaba Tinet Rubira, entonces director y actual productor de Operación Triunfo, que le echó el anzuelo para el talent show. “Dio la casualidad de que Tinet también dirigía OT y me dijo que le gustaría que fuera allí”.
“Mi periplo por la TV no es tanto mérito mío, como demérito de lo que había alrededor”
Sobre su actitud como jurado en los formatos de talento, negó que se haya creado un personaje. “No es un papel, es un trabajo que me han encomendado. Yo estoy ahí para juzgar el talento de los demás y lo juzgo con la mayor honestidad posible. ¿Que mi honestidad puede resultar molesta? Pues sí, pero por eso me han elegido. Yo no interpreto ningún papel”, insistió, al tiempo que reflexionó: “Fíjate lo mal que está el mundo de la tele si un tipo que dice lo que piensa acaba siendo notorio. Mi periplo por la televisión no es tanto mérito mío, como demérito de lo que había alrededor. En un entorno que era todo almibarado, que llegara alguien que dijera las cosas llamó la atención”.
Respecto a su trabajo en televisión, comentó que “cada vez es más fácil preguntar, y más difícil aseverar. Me gusta mucho más hacer un Chester que una valoración”, y desveló que hace programas “para publicar libros”. “Escribir escribiría igualmente, pero a nadie se le escapa que siendo conocido te publican más fácilmente. Habría sido un camino mucho más tortuoso y más largo. La tele es una atajo para hacer lo que quiero hacer, que es publicar”.
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