¿Qué rumbo debe tomar el Benidorm Fest tras el papel de Nebulossa con 'Zorra' en Eurovisión 2024?
Eurovisión 2024 ha sido la edición más polémica de la historia del festival. La participación de Israel, y la inoperancia de la UER con la delegación del país hebreo mientras más de 16 delegaciones se quejaban por sus actitudes y varias han pedido una reunión extraordinaria, ha provocado que la victoria final de Suiza con Nemo y su 'The Code' quede manchada para siempre por celebrarse mientras la masacre en Gaza continúa y contabiliza 35.000 muertos, la mayoría civiles e incluyendo miles de niños.
Resulta imposible realizar cualquier análisis de Eurovisión 2024 sin comenzar por lo importante, que es esa situación que ya se preveía desde meses antes, y sólo la UER no quiso ver. Pero también pueden hacerse otras lecturas en clave local, que además fomentan un análisis y debate sano sobre qué rumbo debe tomar España y el Benidorm Fest.
El festival de preselección para Eurovisión enviaba este año con Nebulossa y su himno 'Zorra' a su tercer representante, tras Blanca Paloma con 'Ea Ea' y Chanel con 'SloMo'. Si redujéramos el análisis únicamente al resultadismo, España llevaba seis participaciones seguidas por debajo del puesto 20 hasta que llegó Chanel y fue tercera. Pero con Blanca Paloma cayó hasta la 17ª posición, y con Nebulossa ha sido 22ª, de nuevo bajo ese listón maldito. Pero el análisis puede ser más amplio que ese “puestómetro”.
Que España ha ganado fuerza en Eurovisión es un hecho que analizamos durante el festival, con dos representantes salidos del Benidorm Fest (Nebulossa por España y Megara por San Marino), y hasta tres puestas en escena con sello español (además de esas dos, también la revolucionaria Irlanda con su “bruja” Bambie Thug); y eso es muy bueno. Que España llegaba sin expectativas al festival también lo diseccionamos; y en ningún caso puede ser positivo ir a Eurovisión sabiendo que no hay siquiera opciones de pelear por la parte alta de la clasificación.
La elección de Nebulossa ya generó muchas críticas, pero también muchísimos aplausos. Es un hecho que 'Zorra' se ha convertido en un himno en España, y también entre los eurofans que la corearon masivamente en sus dos actuaciones en Eurovisión. A posteriori, su 22ª posición ha confirmado que el público general no ha comprado su mensaje, y ha hecho que muchas más críticas afloren y que incluso se ponga el foco en RTVE por ser “quien lo elige”, obviando que el Benidorm Fest da opción a todos (los que quieran votar) de participar en ese proceso.
La situación tiene un paralelismo claro con el eterno dilema de RTVE. A la cadena pública se le pide ser servicio público y también competir por las audiencias, sin que a veces sea compatible. Y al Benidorm Fest se le exige que elija una apuesta representativa de España, y también que sea competitiva a nivel europeo. Lo que, como se está viendo, quizás tampoco es compatible.
La diferencia de opiniones alcanza también nuestra redacción, aunque sin seguir la inusitada vehemencia que 'Zorra' ha levantado entre diversos tertulianos y opinólogos. Con el objetivo de fomentar ese debate sano que permita analizar hacia dónde debería ir el Benidorm Fest y la candidatura de España, Laura Pérez y Adrián Ruiz, especializados en los festivales y que han cubierto el certamen europeo desde Malmö, contrastan su visión con la de Marcos Méndez, más ajeno al mundo eurovisivo.
Laura Pérez: “El Benidorm Fest necesita autodefinirse”
La 22ª posición de Nebulossa ha dejado un sabor agridulce para aquellos que la vivimos desde Malmö: sensación positiva, tras presenciar una recepción por parte de la prensa internacional y el público local a la canción española que no había visto en las cuatro ediciones que he podido cubrir in situ. Y negativa, por confirmar lo que en los días previos ya anticipaban los pronósticos: que no era una propuesta lo suficientemente competitiva para recoger una buena media de puntos en Eurovisión.
Y precisamente esta doble lectura es la que reabre el debate en torno al Benidorm Fest que abordamos en este artículo. El sentir generalizado tras volver de Suecia es que, posiblemente, ninguna de las otras candidaturas de la preselección tenía el gancho suficiente como para aspirar a una clasificación mucho mejor que la de 'Zorra'. Y que apostar por el hit, por el tema de más éxito y que más representa al público español como muchos reprocharon hace un año por no llevar 'Nochentera' a Liverpool, tampoco es garantía de éxito en el festival.
TVE debe reflexionar de cara a 2025
Es ahora, tras tres 'pruebas' diferentes, cuando TVE debe realizar una reflexión mayor sobre cómo enfocar el Benidorm Fest 2025: si como ese soñado certamen que representa al panorama musical español y que terminará dando con la tecla eurovisiva a medio-largo plazo, o como un festival dirigido a encontrar la propuesta perfecta que puede permitirnos volver a soñar con ganar Eurovisión como en aquella noche de 2022 con Chanel en Turín. El crecimiento y calado de la marca en tres años es indudable, así como el salto de calidad que han experimentado las propuestas patrias en el certamen desde que vienen hechas y cerradas desde Benidorm. Ahora sólo necesita una autodefinición que sea acorde a la apuesta, expectativas y exigencia de la propia radiotelevisión pública, y consecuente con su resultado.
Adrián Ruiz: “TVE tiene que hacer autocrítica”
Pasada la resaca de Eurovisión 2024, y con todas las miradas puestas en la UER por su gestión ante la polémica participación de Israel, debemos afrontar en España una reflexión interna sobre el 22º puesto obtenido por Nebulossa. Un resultado final que ya augurábamos en verTele durante nuestra estancia en Malmö, frente a una RTVE que apelaba a la diversión, mostrándose en todo momento coherente con las sobrias expectativas que la candidatura nacional estaba generando entre el público europeo.
Una postura realista que celebramos pero que no debe en ningún caso dar paso al conformismo. A su regreso de Suecia, la cadena pública se mostraba en rueda de prensa “satisfecha” y “orgullosa” del trabajo realizado y María Eizaguirre, directora de Comunicación y Participación de RTVE, invitaba a encarar “un trabajo que tenemos pendiente” en España, el de no reducir el triunfo o el fracaso “a una posición numérica”. Una afirmación que personalmente comparto, eso sí, siempre que venga precedida de un ejercicio de autocrítica y de valoración sobre hacia dónde quiere caminar el Benidorm Fest como preselección nacional.
Enfocarse en conseguir un buen resultado a corto plazo puede causar más frustraciones inmediatas
No cabe duda de que el certamen local, más allá de resultados, ha supuesto una plataforma para muchos artistas y profesionales de la industria musical y audiovisual. Además, ha aumentado el nivel de exigencia a los participantes, elevando los estándares de calidad de las propuestas -a nivel musical, escenográfico y de realización- respecto a los años más oscuros de las preselecciones o selecciones internas de la pública. Ahora bien, RTVE debe preguntarse cuál es el objetivo de toda esta inversión: enfocarse en conseguir un buen resultado en un corto plazo, promoviendo candidaturas que puedan funcionar en el resto del continente, o apostar por una mayor diversidad musical y artística que enriquezca el Benidorm Fest como festival independiente, atrayendo como en su primer año a artistas consolidados pero ajenos a este circuito. Mi opinión es que lo primero puede causar más frustraciones inmediatas, mientras que lo segundo puede hacer que sembremos para, tarde o temprano, la moneda termine cayendo de nuestro lado.
Marcos Méndez: “¿Por qué no nos quitamos los complejos?”
No estábamos preparados para Chanel. Nos pilló tan de improviso que una apuesta visualmente fuerte y puramente comercial como la suya representase a España sin ser un reflejo cañí del país, que hasta fue mal recibida y algunos generaron un cisma pidiendo algo más “nuestro” -en este caso regional- con las Tanxugueiras. El caso es que también sorprendimos a Europa, que entendió perfectamente el espectacular show de Slomo y nos colocó terceros. El guion soñado para el primer Benidorm Fest se cumplía. ¿Por qué no seguir ese camino?
Repasemos los últimos ganadores: imagino el show de Nemo para otro país que no sea Suiza. Lo mismo con el espectáculo de Loreen fuera de Suecia. Cierto que me cuesta imaginarme la apuesta folclórica de Kalush Orchestra para otro país que no fuera Ucrania, pero en ese año lo difícil era imaginarse una situación de guerra en plena Europa. Y siguiendo hacia atrás, el rock de Maneskin, la sensibilidad de Duncan Laurence, la fiesta de Netta... ¿Por qué desde España tenemos que mandar un show que se sepa que es “nuestro”? ¿De verdad creemos que a Europa le importa el toque flamenco y jondo del 'EaEa', o el mensaje de 'Zorra' cuando cuesta hasta traducirlo de forma comprensible? ¿Y pensamos que el público mayoritario del festival, que nos ve en 3 minutos de canción el día de la final, va a pararlo todo para interesarse por nosotros y descodificar nuestra propuesta? A mí me parece que más bien se valora lo que se ve en el momento, fundamentalmente una buena puesta en escena y una buena interpretación.
No debería ser tanto "que se sepa que es España" como "que vean de lo que es capaz España"
Creo que el Benidorm Fest es una gran idea, y una inmejorable forma de preseleccionar a nuestro representante partiendo de un 'pack' que luego pueda trasladarse a Eurovisión. Debe seguir así, también convirtiéndose en un escaparate para acoger distintas corrientes musicales del país. Pero al llegar el momento de seleccionar a su ganador, que se convierte en nuestro representante en Eurovisión, debemos elegirle sin prejuicios y pensando en ir a ganar. No debería ser tanto “que se sepa que es España” como “que vean de lo que es capaz España”. Medio mundo se vuelve loco con la música urbana y perrea con reggaeton y ritmos latinos, ¿y en España que tenemos una clara conexión con el mundo latino no vamos a atrevernos a probar cómo funcionaría en Eurovisión? Sin saber si ir poco a poco nos acercaría a la victoria más que ir a por todas, yo apostaría por lo segundo aunque lo sintamos como una apuesta menos 'typical spanish'. Europa ya sabe de lo que somos capaces, Chanel mediante. ¿Por qué no nos quitamos los complejos y les servimos lo que piden?