Supervivientes 2021 celebró sus 80 días de convivencia con una unificación “interruptus” en la que Melyssa y Alejandro Albalá abandonaron el palafito para reencontrarse con Lola, Lara y Omar. Este último, además, se convirtió en el noveno expulsado definitivo.
Jordi González sancionó a Lola por haber robado comida al equipo y dio la bienvenida a plató a Palito que no tuvo el abrazo de su madre, que se negó a acudir al programa argumentando que había habido “tongo” al echar a su hija. Pero tampoco apareció el novio de Lola como su defensor, porque “hay una información que apunta a una infidelidad de Iván y ha dejado de acudir a la tele”, explicaron.
Además, el presentador informó del nuevo cambio en la parrilla de Telecinco con las galas del formato: “La gala del jueves vuelve al jueves, la del martes al miércoles y esta va al lunes”, señaló.
Expulsado definitivo y sanción por robar
Durante estos días, el equipo que se encargaba de grabar a los desterrados notó algunas rarezas en la caseta donde conviven. Hasta que las cámaras detectaron que Lola estaba robando galletas dulces, saladas y ketchup. Al pillarla confesó arrepentida que llevaban dos días haciéndolo y que había sido ella junto a Omar.
Por ello, Jordi fue el encargado de transmitir la sanción: “El Pirata Morgan ha decidido que este acto no va a quedar sin sanción, Lola a partir de este instante tienes prohibido entrar donde más te gusta, el mar. Omar irá con los ojos tapados para evitar tentaciones”.
Seguidamente, el presentador anunció al noveno expulsado definitivo: “Los espectadores han decidido que el noveno expulsado definitivo sea Omar”, por lo que él no cumpliría el castigo. Lola se volvió a derrumbar por despedir al que había sido su compañero tras marcharse Palito, pero él la animó: “Eres mi finalista y estaré fuera animándote”, le aseguró.
Lejos de lamentar su marcha, Omar se mostró contento ya que hacía semanas que quería abandonar.
Palito, en plató, sin la presencia de su madre por “¿tongo?”
Tras ser una de las expulsadas más inesperadas, Palito entraba por primera vez en plató con aplausos y el público de pie. “Brava” le decía Jordi González que la recibió mientras ella se secaba las lágrimas de emoción. “Cuando vayas por la calle te vas a dar cuenta del afecto que te tiene la gente”, le advirtió el presentador.
Ella, por su lado, la única autocrítica que hizo fue la de que debería haber pescado más: “Creo que he hecho un concursazo, he salido por la puerta grande”, aseguró la eterna desterrada. “Me he dado cuenta de que era mucho más fuerte de lo que pensaba, ni una vez me quejé y ni una vez dije que quería salir de ahí”, señaló.
En cuanto a su relación con Lola, Palito explicó que sentía que si ganaba su amiga era “ganar por partida doble” que no sentía “competencia” con ella, solo “compañerismo” y que ese era el “premio real” que ambas se llevaban.
Por otro lado, Jordi lamentó que Lucía Dominguín, la madre, no hubiera querido ir a plató “porque está cabreada con nosotros porque dice que hemos hecho tongo al expulsarte. Yo digo que no se expulsa en twitter, se expulsa votando y soy el primero que siente que tu madre y tu novio estén cabreados con nosotros”.
Melyssa y Albalá, “unificados” con los desterrados
Este año la unificación va a ser a cuentagotas. Para ello, los concursantes de pleno derecho han sufrido las condiciones de vivir en el Palafito unos días y han tenido que ganarse el salir de él. Para conseguirlo el programa les propuso dos retos: en el primero debían mostrar un equilibrio que fueron perdiendo todos excepto Melyssa. En el segundo se trasladaron arrastrándose hasta la meta a la que llegó Albalá el primero.
De esta forma, Melyssa y Albalá se despidieron de los que habían sido sus compañeros hasta entonces y se trasladaron a la playa de Lola, Omar y Lara. Allí se reencontraron y Jordi les informó de que ya estaban unificados. Para los desterrados también fue una gran noticia y Lola no pudo reprimir las lágrimas.
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