'Supervivientes 2024' celebró la boda de Ángel Cristo, con la entrada prohibida a 5 concursantes, y anunció nueva visita
“Hoy tenemos programón, nos vamos de boda garífuna” anunciaba Sandra Barneda al arrancar la octava entrega de Supervivientes 2024: Conexión Honduras y refiriéndose al enlace entre Ángel Cristo y Ana Herminia.
En ella se vivieron nuevas pruebas olímpicas que volvieron a alzar a Gorka y Torres como ganadores. Lo que les permitió degustar una lasagna soñada en la aventura. Antes de deleitarse, el entrenador personal aprovechó para transmitir unas importantes palabras:
“Un mensaje a todos los adolescentes que estuvieron perdidos como yo: creed en vosotros mismos y sed buenas personas, al final todo llega”, aseguró ante el aplauso del público de plató.
Algo que llegaba tras vivir uno de los mayores sustos de la edición cuando un escorpión picaba a Gorka dentro del traje de neopreno y los compañeros pedían un médico aterrorizados. Finalmente quedaba en nada y él se disculpaba por la alarma:
“Me he alarmado porque pensaba que me había inyectado veneno, pero me dicen que no, que no es venenoso. Ya está una experiencia más”, dijo más tranquilo.
Todo ello en una noche en la que la presentadora también despidió a Edu- el padre de Miri- que se marchaba de plató para poner rumbo a Honduras. “Tengo muchísimas ganas de ver a Miriam, de darle un fuerte abrazo, de pedirle que siga siendo natural, con su chispa, el miércoles se reencontrará con ella”, decía él nervioso.
La boda de Ángel Cristo y Ana: “Gracias a ti estoy vivo”
Casi a las 2 de la madrugada se celebraba “la boda más esperada” entre Ángel Cristo y Ana Herminia. Él entraba temblando y con el tridente, por un pasillo que ocupaban a ambos lados el resto de compañeros.
Pero no todos estuvieron invitados, cinco de los concursantes tuvieron prohibida la entrada: Arantxa, Miri, Marieta, Torres y Javier Ungría que siguieron el enlace por vídeo y comiendo palomitas.
Ana Herminia llegaba vestida de blanco en una barca. Aurah y Blanca, las damas de honor, la recogían en la orilla, mientras los garífunas cantaban. Avanzaba hasta su futuro marido y se daban un beso en el altar. “Están los dos temblando del entusiasmo y la emoción”, relataba Madrueño. “¡Vivan los novios!”, se escuchaba.
Ambos leyeron sus votos. Empezó el hijo de Bárbara Rey: “Me encontraste en el peor momento y gracias a ti estoy vivo. Tú y yo sabemos que nuestro amor lo hemos vivido en otra vida muy lejana, que era tan fuerte que nos han dado la oportunidad de revivirlo, que somos almas gemelas. Te voy a amar, a entender para pasar el resto de nuestra vida juntos”.
Ella le siguió: “Cuando te encontré me prometí cambiar esa mirada triste. No te voy a fallar nunca, te lo dije, vamos a ser felices. Yo te prometo que te voy a hacer el hombre más feliz del mundo. Te voy a amar toda mi vida y en las otras”. Los dos se besaron emocionados.
Arkano les dedicó un rap, Aurah lloraba, Gorka les transmitió sus mejores deseos así como Laura Matamoros. Y tras ello, llegó la pregunta más esperada: “Ángel Cristo García, ¿quieres a Ana Herminia como esposa y prometes amarla y respetarla todos los días de tu vida?”, a lo que él respondió que “sí”, como también lo hizo ella. “Por el amor que el Dios Poseidón me ha otorgado, yo os: declaro marido y mujer”, sentenció Madrueño.
Se besaron una vez más, todos se levantaron para aplaudir, cantar y bailar y les despidieron mientras se marchaban en una barca, para pasar su noche de bodas.