'Supervivientes 2024' desveló a los dos nuevos concursantes “escondidos” y sufrió los primeros deseos de abandono

Paula Hergar

Supervivientes 2024 arrancó el pasado jueves, alzándose como líder de la noche, con el regreso de Jorge Javier Vázquez a la pantalla (por todo lo alto), el salto del helicóptero de los 17 concursantes y hasta las primeras nominaciones.

Una gala plagada de contenido que hasta aprovechó para cebar la de este domingo, 10 de marzo, en la que desvelarían la identidad de los dos nuevos concursantes que completan el casting. No solo eso, si no también el papel de los dos en el reality.

Dicho y hecho: el nombre de ambos fueron Kiko Jiménez y Laura Matamoros, dos participantes que quedaron a las puertas del triunfo en 2017 y a los que el programa daba una segunda oportunidad para “recuperar la gloria perdida”. Llegaban como concursantes de pleno derecho, pero conviviendo en una playa secreta sin que el resto lo supiera.

Además, el primer Conexión Honduras resumió los conflictos vividos durante los primeros tres días de convivencia: desde el enfado de Aurah y Pedro Aguado con Rocío Madrid, a la primera gran bronca entre Carmen Borrego y Ángel Cristo, y las ganas de Zayra de volver a su casa.

Kiko Jiménez: “Vengo a por todas”

Veinte minutos después de arrancar la primera Conexión Honduras, Sandra Barneda conectaba con el helicóptero para desvelar que Kiko Jiménez era uno de los concursantes sorpresa.

El joven estaba emocionado por volver a la isla, tras dejarla en 2017: “Me trae muchos recuerdos, lo pasé muy mal. Sufrí un montón pero también estoy feliz de estar aquí, no puedo evitarlo. Estoy nervioso y me acuerdo de mi familia, de los consejos de Sofía.... quiero vivir esta experiencia a tope y exprimirla al máximo”, aseguró con la voz entrecortada.

La presentadora le preguntó si había opción de verle abandonando: “Vengo a recuperar el tiempo que perdí aquí, vengo a por todas. Tengo miedo a la soledad y al hambre”, confesó.

Laura Matamoros: “¡Makoke a la calle!”

Las redes también adivinaron que las iniciales L.M. pertenecían a una Laura Matamoros que, al conectar con Barneda se echó a llorar: “Lo peor de todo es estar incomunicada por mi trabajo y lejos de mis niños. Vengo a pasármelo lo mejor que pueda, llegaré hasta donde llegue pero tengo miedo de no comunicarme con mis hijos”.

La nueva concursante recordó que ya participó con 23 años y se quedó a las puertas de la final, pero señaló que ahora llegaba con otra madurez. A la vez que aprovechó para dedicar unas palabras a alguien que sabía que estaría en plató: “¡Makoke a la calle!”. Un mensaje que hizo llorar a la colaboradora.

Carmen Borrego y Zayra Gutiérrez, en horas bajas

Otra de las protagonistas de la noche fue Carmen Borrego. En un principio por una bronca que había tenido con Ángel Cristo, con la que su propia sobrina alucinó en plató por no haberla visto nunca con esas maneras.

Pero más tarde y tras una prueba en la playa, la hermana de Terelu se derrumbó en la arena por un gran dolor en la espalda: “Lo siento, no tengo fuerza”, lamentaba y se retiraba del reto.

Zayra también se rompía al perder la prueba de recompensa y pedía volver a su casa. Barneda les animaba: “Los primeros días son muy complicados, no dejes que la mente te traicione. Es duro pero sois unos auténticos Supervivientes por eso os hemos elegido y tenéis que sacar las fuerzas de dónde sea”, exclamaba pero la concursante no levantaba cabeza.

El otro gran conflicto de la noche lo protagonizaron Pedro y Aurah contra Rocío Madrid, a la que tildaron de “falsa” por no ser clara con sus compañeros. Algo que ella negó y achacó al coach: “Eres muy distinto delante y detrás de las cámaras”, mientras que sobre la influencer aseguró que se alejaba de alguien tan “conflictiva”.

“Yo esto no lo quiero vivir, estas peleas absurdas de la nada y sin sentido. No tengo necesidad, me voy a casa”, acababa diciendo la ex colaboradora de Crónicas Marcianas.

Mientras que en la otra playa, fueron Mario y Ángel Cristo los que mostraron sus primeras diferencias. Aunque coincidieron en que en su propio equipo había dos equipos y Arantxa del Sol que no sabían “por quién se decantaba”.