'Supervivientes 2024' sorprendió con el reencuentro entre Kiko y Sofía de récord, con heridas y pedida 'interruptus'

Kiko y Sofía Suescun, en 'Supervivientes 2024'

Paula Hergar

La décima entrega de Supervivientes 2024: Tierra de Nadie contó con una de las mayores sorpresas que podían esperar los amantes del formato: la visita de Sofía Suescun. En la misma noche que Telecinco confirmó su fichaje como primera concursante de Supervivientes All Stars, la ganadora de la edición de 2018 volvía a Honduras para dejar atónito a Kiko Jiménez.

Un regalo que no se espera ni él, ni esperaban los espectadores ya que Suescun había sido vetada en Mediaset desde hacía tres años, hasta que su presencia ya vuelve a ser más que bienvenida.

“¡He vuelto!” gritaba una de las reinas de los realities de Telecinco desde la Noria Infernal donde protagonizó una de las hazañas más recordadas del formato. “Estoy súper feliz de estar aquí. Con una sensación de vivir un sueño por lo que he sentido desde que he pisado estos cayos tan mágicos que tanto me dieron. Tengo los pelos de punta”, confesaba igual que lo hacía Carlos Sobera.

Todo ello en una entrega que arrancaba con la inesperada presencia de Sofía, pero con la esperada ausencia de Arantxa del Sol en plató desde que la cadena anunciara que dejaba de contar con ella por su confesado altercado con Ángel Cristo. Una decisión que ni se comentó en la emisión.

El reencuentro de Sofía y Kiko con pedida “interruptus” y la Noria Infernal

Kiko entraba en palapa, sin saber que Sofía estaba allí. De hecho, en varias ocasiones había hablado de que imaginaba que aparecería Mayte Galdeano, pero nunca su chica (por estar vetada).

Allí, a solas, se emocionó al hablar con Sobera sobre cómo echaba de menos a su gente. Tras escuchar un mensaje de Sofía y no poder ni hablar de las lágrimas, ella aparecía dejándole alucinado. “Madre mía, estás preciosa, no me lo puedo creer”, decía él.

No se soltaban del abrazo y ella le expresaba el “orgullo” que sentía de verle tan fuerte en el concurso. Aunque también le puso las pilas por las bromas que hace sobre Rubén: “Sé que el aburrimiento es mucho, pero si sientes que te estás pasando pide perdón que eso es de ganadores”.

Y Kiko también aprovechó para confesarle sus sentimientos hacia ella: “Ya lo sabía pero me he dado cuenta aquí que eres la mujer de mi vida, lo quiero todo contigo, quiero que seas la madre de mis hijos, que nos casemos. ¡Te amo!” pero cuando Sobera le animó a “hincar la rodilla” élla le pidió que no lo hiciera por la “vergüenza”.

Tras dos meses sin verse, el programa les propuso superar el récord de Sofía en la Noria infernal, enfrentándose el uno al otro por una recompensa que valdría la pena. Aceptaron el reto y, entre gritos de dolor y ánimos mutuos, lograron batir la marca dándose un beso entre gemidos por las heridas.

La primera de las recompensas que ganaron fue pasar la primera noche juntos en la playa pero la siguiente la descubrirían el jueves.

El primer salvado de la semana

Gorka, Javier Ungría, Aurah Ruiz y Pedro García Aguado eran los nominados de la semana que se situaban en la plataforma de salvación para conocer cuál de ellos salía de la lista negra.

El primero en caer al agua fue el coach. Le siguió el ex de Paula Echevarría y acabó en remojo también la influencer. Por lo que el salvado de este martes fue el ex concursante de El Conquistador.

Laura Matamoros, en plató: “Me hubiera gustado llegar a la final”

Laura Matamoros llegó a plató y reflexionó sobre las razones de haber sido expulsada hasta en dos ocasiones: “La primera vez lo vi un poco injusto. Hacía falta un poco más de tiempo para expresarme. La segunda vez ha sido por mi impulsividad y no cerrar el pico pero es que hay muchas mosquitas muertas que pasan desapercibidas”, aseguró.

Sobre su nuevo paso por el reality: “Me lo he pasado muy bien aunque también ha habido ratos en los que me preguntaba la razón de volver. Me hubiera gustado llegar a la final”, confesó.

Preguntada por sus sentimientos hacia Kiko: “Tiene muy claro que está trabajando. Es el único que mueve un poco el cotarro. Yo tampoco me callo y a veces la cago pero los dos sabíamos reconducir. Lo que hemos pasado allí nos ha unido”.

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