Especial Vertele

El cielo y el infierno de 'Supervivientes 2020' en su primera semana: el mueble, la carpeta y los villanos

El casting completo de 'Supervivientes 2020'

Paula Hergar

Supervivientes 2020 solo lleva una semana de recorrido pero es suficiente para empezar a situar a sus protagonistas en los papeles que nos enganchan a todos al formato como si de una serie de televisión se tratara.

Porque para crear adicción a un reality, cualquier director de casting que se precie sabe que debe contar con personajes que ejerzan de villanos, buenos, héroes, alguna historia de amor y, por supuesto, muebles.

Perfiles que sí somos capaces de detectar ya tras 7 días de convivencia, con hambre, frío, calor, bichos y encerrados en pocos metros cuadrados.

Sí, ya está emergiendo de Honduras, lo mejor y lo peor de cada uno de los robinsones:

Los buenos (o “bonitos”, en su defecto)

Los fichajes “bonitos” siempre son atractivos para el público, recordemos aquellas series de los 90 en que todos los protagonistas eran guapos y guapas y la calidad interpretativa pasaba a un segundo plano.

Eso ocurre en esta edición con el viceverso Albert Barranco y la gran hermana Beatriz Retamal que ninguno está destacando por nada en concreto pero son agradables de ver (aunque sea paseando de fondo en los vídeos).

Alejandro Reyes también empieza a desempeñar un papel protagonista positivo pero en su caso sería más un perfil de “bondadoso”: el bueno, se podría decir. Tras confesar que ha tenido que visitar varios psicólogos por los juicios por la paternidad de Pepe Navarro y reconocer a su madre, Ivonne Reyes, como una “campeona”al criarlo solo, el hasta ahora desconocido está enterneciendo a los espectadores que empatizan fácilmente con él. Su energía y vitalidad también ayudan a que no pase desapercibido y caiga bien.

Mientras Vicky Larraz entraría también en este grupo desempeñando una labor siempre imprescindible: la de víctima. Desde la convivencia en el hotel, donde los compañeros cuchicheaban sobre ella por no saber quién era, hasta ahora que es una de las nominadas y ha tenido un bajón, se ha alzado como una de las mayores damnificadas del grupo... y eso, lejos de ser malo, puede ayudarle a ganarse la simpatía del público.

Los villanos: la orgullosa, el conflictivo y la arrepentida

Sin villanos no hay historia por lo que éstos son unos papeles importantísimos en el reality y lo más gracioso de este año es que una de ellas está encantada de encarnarlo: Yiya.

La que fuera “princesa” de Cuatro se ha revelado como la malvada orgullosa de la isla y por ello la nominó todo su grupo sin dudar. Ella, encantada de la vida, ni se molestó en hacer lo mismo con quien le caía mal porque es consciente de que ha ido a sufrir así que prefiere seguir viviendo con quien se lo pone difícil. No se muerde la lengua, sí se saca la peluca, no tiene reparos en lanzarse al agua y espatarrarse en primer plano y mucho menos en tutear a los presentadores como si ella estuviera por encima de todos. Y quién sabe, quizá lo esté, porque según dicen: “Las chicas buenas van al cielo, y las malas a todas partes”.

El otro gran villano por derecho propio está siendo Antonio Pavón que, en tan solo siete días ha sido criticado dentro y fuera de la isla por sus comentarios machistas y homófobos. El torero dudó de la capacidad de dos de sus compañeras para llevar a cabo pruebas por ser mujeres, igual que sacó de quicio a Avilés hablándole en femenino. ¿Quién puede tener más puntos negativos después de todo eso?

Pero José Antonio Avilés tampoco se queda atrás en el papel de malo. No con tanto gusto como Yiya pero sí conscientemente porque declara una guerra por cualquier cosa al que sea de sus compañeros. Ha protagonizado todas las broncas de la semana y si existen vídeos a diario han sido gracias a él. Así que sí, se ha ganado ser otro pérfido imprescindible.

Fani, en cambio, ha entrado a concursar directamente como malvada sin siquiera haber tenido la oportunidad de audicionar para ningún otro papel. Su reciente protagonismo en 'La isla de las tentaciones' le alzó como la infiel de España y todos sabemos cómo se castiga el adulterio aún. Por lo que sus compañeros vieron en ella un blanco fácil de nominar y sacarse de encima. “Ni siquiera me quieren conocer, están estancados con el tema” decía los primeros días. Sin embargo, parece que la audiencia sí le quiere dar una segunda oportunidad y le ha salvado de la expulsión.

La historia de amor de turno

La historia de amor también es imprescindible para cualquier espectador y Hugo Sierra e Ivana Icardi han tomado buena nota de ello.

Ni una semana han dejado pasar para dar rienda suelta a una pasión que parecía que casi venía escrita por los guionistas del programa: Adara dejó a Hugo por Gianmarco. Gianmarco antes había rechazado a Ivana. Y ambos corazones rotos se encontraron en la isla y... ha pasado lo que todos esperaban: se han dado calor.

Romance tan necesario en la trama como peligroso ya que si solo es interés y el público lo nota, los castigará a ambos. Si él solo la usa para olvidarse de su ex pareja, saldrá expulsado y ella hasta podría ganar. Igual que si es ella la que no siente nada más allá, echaría a perder su concurso para regalárselo al uruguayo.

Ahora deberán andar con pies de plomo porque ya se sabe que el amor todo lo complica.

Los héroes finalistas

En cuanto a los perfiles que ya despuntan para llegar a la final existen tres que cumplen con varios requisitos:

Ferre, el ex Shore, ha sido el primer pescador de todos los robinsones y eso ya lo posiciona en un buen lugar para que sus compañeros no le nominen (si quieren seguir comiendo). Además, es uno de los líderes del grupo que no duda en plantar cara a Avilés con tal de tener el material para sobrevivir. Eso, sumado a su juventud y buen estado físico le puede hacer ganar varias pruebas que le den la inmunidad y se cuele en la final.

Características con las que también cuenta Jorge, el atractivo Guardia Civil, que es de esas personas con carisma a las que no les hace falta discutir, ni protagonizar tramas negativas, para brillar. El joven tampoco ha tenido problema en llorar en público por echar de menos a su familia, algo que enternece a la audiencia y a los compañeros, que quieren tener cerca a personas con sensibilidad. Muchos puntos para alejarse de las nominaciones.

Mientras Elena, la madre de Adara, si está destacando por conflictos pero que le benefician a ella: desde el reencuentro con Hugo, que ambos supieron llevar como cualquiera desearía, hasta ejercer de líder del grupo cuando Pavón desconfió de su capacidad femenina. Está revelándose como una concursante educada, centrada y a la vez, de armas tomar. Una buena combinación para que el público la premie.

Los muebles (o las palmeras, en este caso)

Rocío Flores, Cristian Suescun, Nyno Vargas y Ana María Aldón están ganándose a pulso el papel de mueble de la edición. Son casi los más famosos del casting y quizá por ello están más relajados seguros de que sus clubes de fans se movilizan por ellos.

Alguna discusión ha tenido la nieta de Rocío Jurado y el hermano de Sofía Suescun también ha ayudado a que Alejandro Reyes hablara de lo que muchos querían escuchar pero más allá de esos resquicios de protagonismo, no han alimentado ninguna trama más.

Pero no les crucifiquemos aún porque en los realities todo cambia de un día a otro, más aún cuando el casting va perdiendo fichajes semanalmente que dejan espacio para que brillen otros. Quizá ahora los cuatro están ensombrecidos por personalidades mucho más arrolladoras, pero cuando vayan saliendo (porque suelen hacerlo antes) puede que se revelen como la sorpresa de Supervivientes 2020.

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