A falta de dos meses para su celebración en Mälmo, Eurovisión 2024 sigue viéndose empañada por la polémica en torno la participación de Israel con la guerra en Gaza activa. El Rio Cinema de Londres, que ha albergado durante años la mayor proyección de la final del festival en la ciudad, ha suspendido sus planes para este 2024 a menos que se descalifique al país hebreo.
Se trata de una decisión consensuada con los organizadores del evento, Eurovisión Party London, con los que acostumbran a cooperar, tal y como indican en un comunicado conjunto en redes sociales. “Creemos con firmeza que Eurovisión tiene el poder de unir a la gente por todo el mundo, y cuando sus valores originales de inclusividad, igualdad y universalidad se mantienen, puede ser una genuina fuerza para el bien”.
“Con su propio eslogan en mente, esperamos que podamos volver estar ”Unidos por la Música“ pronto”, agregan a la par que se reafirman en su colaboración con Médicos sin Fronteras y con Ayuda Médica para Palestina.
La UER se reafirma en su condición “apolítica”
Noel Curran, director general de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), ha respondido ante la cancelación de este evento, uno de los más importantes de Londres y Reino Unido en torno a Eurovisión. El directivo reiterar que si bien “comprenden” las diferentes posturas y reconocen “el profundo sufrimiento” de la guerra en Palestina, el certamen es “un evento musical apolítico” y no “un concurso entre gobiernos”.
“Somos conscientes de que son muchas las voces pidiendo expulsar a Israel de la competición de este año, de igual forma que hicimos con la televisión rusa en 2022 a consecuencia de la invasión a Ucrania. Las comparaciones entre guerras son complejas y difíciles y, como organismo de medios no político, no nos corresponden”, declara el ejecutivo a Variety, donde precisa que la UER se alinea con “otras organizaciones internacionales, incluidos sindicatos y federaciones deportivas, así como otros cuerpos internacionales, que han mantenido su instancia sobre los participantes israelíes”.
Cabe decir que, semanas antes, la UER sí había marcado distancia entre el caso israelí y el ruso. Se insistía en que la relación entre los medios públicos rusos y su gobierno era “drásticamente diferente” a la de los homólogos israelíes, incidiendo en que Netanyahu había tratado de cerrar la cadena pública en los últimos años.
“Seguimos comprometidos a asegurar que Eurovisión sea un evento no político que congregue a las audiencias del mundo a través de la música”.
La presencia de Israel, el gran conflicto
La presencia de Israel lleva meses no solo generando división en torno a Eurovisión, con países como Islandia habiendo dudado hasta el último momento sobre si mantenerse en la edición, y con políticos europeos significándose en contra.
También la UER ha tenido que hacer frente al pulso de Israel, cuyos dos primeros temas elegidos para competir en el Mälmo Arena fueron rechazados por sus connotaciones políticas. Pese a negarse en un primer momento a modificar las letras para adecuarse a las reglas, la mediación del propio gobierno sirvió para que, in extremis, se presentara una tercera canción que sí tuvo el visto bueno de Europa.
Hurrican es el título de ese tema que finalmente sí cantará Eden Golan sobre el escenario sueco. No obstante, una vez resuelto el caso, desde Israel se ha lamentado tener que proponer “una canción neutral”: “Si quieres encontrar una relación con cualquier guerra, puedes encontrarla en cualquier canción”.