Ted Sarandos (Netflix) se reafirma en su defensa de Dave Chappelle pero admite que “la cagó” con sus trabajadores
Si bien Netflix acaba de hacer sus excelentes resultados comerciales correspondientes al tercer trimestre de 2021, son sus múltiples frentes abiertos los que ensombrecen ese rendimiento e impiden las celebraciones más ruidosas en la compañía. Desde hace ya dos semanas, la compañía ha de hacer frente a una crisis de imagen iniciada con el estreno de The Closer, el último monólogo de Dave Chappelle donde el cómico realiza chistes de corte tránsfobo, que no solo han generado malestar entre la audiencia sino entre los propios trabajadores de la empresa. Por si fuera poco, también ha trascendido la investigación a su directivo en España y Portugal, Diego Ávalos, por comportamiento “muy preocupante” contra el colectivo LGTBI.
Mientras que en lo referente a Ávalos no se han producido consecuencias, la gestión de la polémica con Chappelle ha derivado no ha sido recibida precisamente con aplausos, especialmente tras despedirse a una trabajadora que expuso “información confidencial” sobre el contrato con el cómico. Tampoco lo fueron las primeras declaraciones del co-CEO Ted Sarandos, que rechazó la posibilidad de eliminarlo del catálogo en un memorándum al personal de la empresa. Casi dos semanas después de comenzar las turbulencias, el ejecutivo reconoce haberse equivocado en su forma de abordar el problema. “La cagué con la comunicación interna”.
“Siento que debería haberme asegurado de reconocer que un grupo de nuestros empleados se sentía muy dolido con la decisión tomada, y debería haberlo reconocido de antemano, antes de tratar de racionalizar el dolor que estaban sufriendo”, dice Sarandos en una entrevista a Deadline, donde se refiere a la carta que envió a la plantilla para justificar que el monólogo fuera estrenado, al considerar que este contenido “no hacía daño real” pese a difundir comentarios considerados hirientes por la comunidad LGTBI+.
Sobre su primera reacción: “Era una simplificación gruesa”
Estas circulares acabaron filtrándose a los medios de comunicación, añadiendo resonancia al caso. Una situación inédita dentro de la compañía, que se encuentra ahora en “terreno inexplorado” al abordar el problema. Sarandos considera que sus mensajes a los trabajadores no eran “una conversación en marcha”: “Pretendía servir como una pregunta muy específica, pero fue recibido como una declaración sin matices”.
De hecho, afirma que “la narrativa tiene impacto en el mundo real, a veces en positivo y otras veces es negativo”. “Por eso trabajo aquí, porque el contenido puede de verdad hacer del mundo un lugar mejor a través de nuestra narrativa, a través de la representación en pantalla y todo eso. Era una simplificación muy gruesa. Y no sirvió para lo que debería, que era abrir una conversación sobre el impacto de un tipo de contenido muy concreto”. Para lo que sí sirvió, como ya sabemos, fue para la organización de una huelga encabezada por las personas trans dentro de la nómina de la empresa.
“Editar el material de Chappelle hubiera sido inapropiado”
Más allá de esto, mantiene una postura sobre el mantenimiento de The Closer en el catálogo de Netflix. Deja claro, en primer lugar, los motivos que no interfieren en los contenidos de los especiales de monólogos, “un tipo de arte muy peculiar”: “Los cómicos trabajan su material a veces durante dos años antes de que se graben estos especiales, por lo que no estamos involucrados con el material”. Por otro, asegura que el formato es “coherente” con la trayectoria de Chappelle, por lo que no cree necesario tomar acciones previas, como añadir un aviso antes del espacio sobre contenido sensible. Por los motivos motivos, cree que “editar el especial hubiera sido inapropiado”.
Unas palabras similares a las que pronuncia en otra entrevista pareja para The Hollywood Reporter donde deja claro que “su postura no ha cambiado” en cuanto a la defensa del especial. “Su inclusión es coherente con nuestra oferta de comedia [...] Es una de esas ocasiones en las que hay algo en Netflix que no te va a gustar”, resume.
Todo ello lleva la conversación con Sarandos a una valoración sobre los desafíos de Netflix como multinacional global que es y el conflicto entre sus intenciones editoriales y sus intereses comerciales: “Si pones cosas que agradan a parte de la gente, habrá gente a la que no le guste, sean miembros y trabajadores. Es imposible gustar a todo el mundo, pero intentamos agradar a un mundo que está compuesto de personas de gustos, sensibilidades y creencias diferentes, y se convierte en un trabajo muy complicado”, reflexiona.
Así, avisa a quienes esperen cambios de tendencia o nuevas reacciones de emergencia ante el creciente malestar interno: “Hemos manifestado internamente que vamos a tener ciertas cosas en Netflix que no van a gustar. Hay ciertas cosas en Netflix que pueden resultarte dolorosas a ti, a tus compañeros y a tus amigos, pero estamos tratando de entretener al mundo y de tomar decisiones que protejan la libertad creativa y a los artistas, y también aseguren un espacio de trabajo seguro y respetuoso”. Por sus palabras, parece evidente que se da esta controversia por cerrada, al menos a nivel oficial dentro de la empresa.