Tras haber clausurado la granja de Jimena de la Frontera, y con la convivencia de los concursantes ya en las últimas, Telecinco cierra este domingo 19 de febrero Pesadilla en El Paraíso 2. Una edición cuyo rendimiento ha sido una 'pesadilla' para los intereses de la cadena, y que despide con el 'sueño' de que el siguiente reality en llegar, Supervivientes, sea el salvavidas que necesita para sus audiencias.
Como ya contamos en exclusiva en su momento, Mediaset decidió renovar el formato de Fremantle, a pesar del bajo rendimiento de su primera temporada, con el objetivo de que sirviese de puente hasta el inicio de SV 2023. La esperanza era que la apuesta por directo desde el principio y la nueva dinámica captasen el suficiente interés como para poder aguantar con ese único reality hasta el viaje de los robinsones a Honduras, planteándolo como un programa de menor duración.
La intención inicial era que se desarrollase en 5-6 semanas, pero se amplió por necesidades de parrilla hasta las 7-8 que ha tenido finalmente. También cambió la estrategia y entre medias la cadena recurrió a La isla de las tentaciones 6 para dar un empujón a dos noches semanales, la del lunes y la del martes.
Ahora, llegados al final de la aventura granjera, lo cierto es que ha estado lejos de cumplir su objetivo y que el consuelo que le queda a Telecinco es que el final de Pesadilla en El Paraíso significa el inicio de Supervivientes, su gran apuesta y verdadera esperanza para las audiencias.
Un mal sueño para las audiencias de Telecinco
Si nos fijamos en los datos, la segunda edición de Pesadilla en El Paraíso ha sido, como decimos, un mal sueño. La primera temporada ya tuvo un rendimiento discreto en el prime time, donde promedió un 11% de cuota y poco más de un millón de espectadores en sus dieciséis galas emitidas entre septiembre y diciembre de 2022.
Lejos de refrescar la parrilla de Telecinco en un momento de máxima necesidad, la adaptación de The Farm se vio lastrada desde un primer momento por los cambios de dinámica y mecánica, y no conectó con los espectadores según lo esperado. Pese a ello, la cadena amplió su confianza en la marca con una segunda temporada que ha bajado las prestaciones y que ni ha liderado en ninguna de sus emisiones, ni ha estado cerca de hacerlo.
A falta de conocer qué dato registra la final de este domingo, Pesadilla en El Paraíso 2 se despide con un promedio de un 9.6% de cuota y 921.000 seguidores en siete entregas. Solo dos galas, las dos primeras, llegaron al listón del millón de espectadores, pero la media ni alcanza esa barrera ni tampoco la del doble dígito de share.
Las audiencias de 'Pesadilla en El Paraíso'
- Pesadilla en El Paraíso 1 (8/09/22-21/12/22): 11% y 1.006.000
- Pesadilla en El Paraíso 2 (8/01/23-16/02/23): 9.6% y 922.000
Tampoco los Debates dominicales, conducidos en esta edición por Sandra Barneda en plató y Nagore Robles desde la granja, han tenido un rendimiento suficiente para Telecinco y a falta de la última tertulia, se quedan con una marca de 9.4% y 894.000 seguidores. Y es que ni la complicidad entre las dos presentadoras, en las que la cadena depositó sus esperanzas, ha podido levantar una edición que lo tenía muy complicado para funcionar por el mal precedente, y también por la proximidad entre ambas ediciones.
Como ya contamos, Telecinco se guarda todavía la carta de un Debate final que se grabará este lunes, todavía con la 'resaca' de la coronación del ganador o ganadora, y que no tiene fecha fijada de emisión. Será, si nada cambia, una única entrega que servirá de cierre a todas las tramas, y que ya cederá el testigo en la parrilla a Supervivientes.
Pocos focos de interés en la convivencia de los granjeros
Pesadilla en El Paraíso 2 arrancó el pasado 8 de enero con diez concursantes dispuestos a convertirse en los mejores granjeros famosos: Pablo Sebastian, Tania Deniz, Maite Galdeano, Kiko Jiménez, José Antonio Avilés, Borja Estrada, Silvina Magari, Mar López, Antonio Montero y Begoña Gutiérrez. Un reparto con pocos reclamos mediáticos que pronto perdió a sus principales atractivos.
Tras la expulsión inicial de Begoña, examiga de Isabel Pantoja, Pablo Sebastian -el conocido pianista de Parada- abandonó por un accidente en una prueba. Después cayó eliminada Maite Galdeano, a continuación José Antonio Avilés y seguidamente Kiko Jiménez, tres rostros llamados a liderar la edición que realmente acabaron teniendo un impacto más reducido de lo esperado por su corta estancia.
La entrada de María José Galera, a quien el reality rescató veintitrés años después de su paso por el primer Gran Hermano, no fue un reclamo suficiente para aumentar los focos de interés en una convivencia que podría definirse como poco trascendente.
A diferencia de lo ocurrido en la primera edición, en esta segunda no ha habido ni siquiera una trama previsible de amor o de amistad, ni conflictos lo suficientemente interesantes dentro de la granja más allá de la pura convivencia. Esta, además, ha estado marcada por la incomodidad, y un gran porcentaje del contenido se ha centrado en peleas entre los concursantes sin mayor interés que el hecho de ver a famosos discutir.
De hecho, Telecinco ha dado más relevancia a cuentas pendientes con la vida exterior que a lo generado en el reality. Dos ejemplos serían los problemas de Pipi Estrada con Terelu Campos y la reconciliación de Mar López con su padre, que han centrado la atención en plató en los compases iniciales y finales de la edición.
El mayor aliciente de Pesadilla en el Paraíso 2 ha sido, a la postre, ver cómo se desenvuelven en este contexto rostros poco habituales en realities como Borja Estrada, que ya despuntó en la primera edición como defensor de su padre Pipi, o Silvina Magari, a quien Telecinco 'pescó' de la cantera de Got Talent.
Más allá del elenco, también conviene destacar la apuesta de la cadena por refrescar el trío de presentadores con la oportunidad ofrecida a Nagore, que por primera vez ha saltado del sillón de tertuliana a la acción principal como copresentadora del reality en sustitución de Lara Álvarez.
'Supervivientes', la gran esperanza de Telecinco
Clausurada la granja, llega el momento de reabrir el Palafito. Y tampoco lo hará Lara, sino una Laura Madrueño que ya ha puesto rumbo a Honduras sin miedo a las comparaciones con la asturiana, como nos contó en esta entrevista a verTele poco antes de hacer las maletas y emprender el viaje profesional más apasionante en los 15 años que lleva trabajando en Telecinco.
La hasta ahora presentadora de 'El Tiempo' es la gran novedad de una edición de Supervivientes en la que siguen Jorge Javier Vázquez, Ion Aramendi y Carlos Sobera al frente de las distintas galas desde los estudios de Mediaset España en Fuencarral. Se desconoce por ahora cómo se repartirán en la parrilla esas -a priori- tres noches semanales, así como el día en que los robinsones tendrán que enfrentarse al icónico salto de helicóptero en un estreno que podría llegar la primera semana de marzo.
Conocidos los presentadores, y las fechas estimadas, resta seguir descubriendo a un grupo de concursantes que ya ha empezado a desvelarse en el clásico goteo de anuncios en los programas de Telecinco. Por ahora, son oficiales las participaciones de Gema Aldón, hija de Ana María Aldón, y Patricia Donoso, reciente incorporación al universo Mediaset por su trama con José Ortega Cano. Vicco, tercera finalista del Benidorm Fest 2023 con Nochentera, ha hecho pública su predisposición a lanzarse a la aventura en el reality, pero es más un deseo que un rumor de fichaje.
Una vez confirmado el casting de famosos será momento de comprobar cuánto interés puede despertar un reality que, más allá de los nombres, es cada año la gran joya de Telecinco. Ya en 2022, con la cadena 'desnortada' y en crisis, hablábamos del poder que el formato aventurero podía tener para revertir una situación del todo complicada en lo que a audiencias se refiere. Entonces, el rendimiento de Supervivientes no fue suficiente para que el canal privado remontase a Antena 3 en los datos mensuales, pero sí pudo mejorar la franja del prime time y rindió mejor que ningún otra oferta propia en un año completo para olvidar.
El 20.2% de cuota y 2.009.000 espectadores que promedió el programa entre abril y julio del año pasado sería un elixir de mayor impacto en un 2023 que ha empezado peor para los intereses del canal principal de Mediaset, que se encuentra a una mayor distancia de su rival principal y que cerró enero con mínimo histórico.
Parece poco probable que SV 2023 ayude a Telecinco a ocupar el trono mensual, pero sí es la gran esperanza de la cadena para levantar el vuelo y empezar a recuperar sensaciones en el horario estelar de la programación, donde está atravesando grandes dificultades. Es el salvavidas más seguro al que pueden agarrarse en estos momentos, y que necesitan lanzar al mar cuanto antes.