El escarceo entre Alba Carrillo y Jorge Pérez, acaecido en la fiesta de Unicorn Content, puede haber adquirido magnitud de cadena y haber sido cogido con gusto por Sálvame. Pero si algo queda claro con lo que se dijo este martes 29 en el magacín de La Fábrica de la Tele es que el conflicto entre las dos productoras está muy lejos de haberse resuelto o siquiera apaciguado.
Durante la primera hora del bloque Naranja, el programa seguía abordando por segundo día consecutivo el culebrón que lleva siendo eje de la programación de Telecinco desde el sábado. Adela González y Terelu Campos llamaban la atención en la existencia de hasta “21 vídeos” de lo que pasó en el local donde la productora de Ana Rosa Quintana celebró este ágape. “Al programa le consta que hay gente que ha estado allí que ha visto muchas cosas, que todavía no ha hablado y va a hablar”, advertía la vasca, sobre la multiplicidad de testigos deseosos de hablar.
“Ahora resulta que los buenos no son tan buenos”
Mientras se comentaba esa proliferación de voces y de vídeos, y se criticaba duramente a Pérez por atacar a los programas que “se suben al carro”, Campos realizó unas manifestaciones que solo podían entenderse como un ataque velado a la productora de El programa de AR, Ya es mediodía y Fiesta.
“Esto pasa dentro de una fiesta nuestra, que sería mucho más normal que nos grabáramos. Pero ahora resulta... que los buenos no son tan buenos y los malos tampoco somos tan malos”, dijo, haciendo que el plató estallase en aplausos.
“Nosotros no nos boicoteamos a nosotros mismos”
No solo eso, pues también agregó: “Esto pasa dentro de una fiesta nuestra [de La Fábrica de la Tele] y nadie comunica al exterior que esto está pasando, porque esto lo ponemos nosotros”.
“Nosotros no nos boicoteamos a nosotros mismos, es de cajón”, zanjó la presentadora, evidenciando el enfrentamiento que sigue abierto desde hace más de un año entre las dos compañías de confianza de Mediaset, surgido a raíz de la docuserie Rocío. Contar la verdad para seguir viva.
Hay que recordar que la propia Ana Rosa Quintana afeó que se hubiera grabado y difundido el vídeo de los dos colaboradores de su compañía. Fueron precisamente los programas de su sello los que generaron el escándalo que ahora nutre, también, a sus “enemigos” dentro del grupo.