“El Pelé de la realización se jubila”: Víctor Santamaría, el hombre que cambió el deporte en TV
“La manera en la que vemos el deporte hoy en día en la televisión tiene que ver estrictamente con su mirada”. Carlos Martínez, al otro lado del teléfono, resume con una frase la importancia de Víctor Santamaría, el histórico realizador jefe de Canal+/Movistar Plus+ que acaba de “colgar los cascos” para jubilarse tras más de cuatro décadas innovando y revolucionando la forma en la que los espectadores vivimos a través de la pantalla el fútbol, los toros, el baloncesto, los rallies, el balonmano o el atletismo, entre otras disciplinas. Y que le valieron el Premio Nacional del Deporte en 2014.
Tras 33 años trabajando juntos, “la voz” del fútbol en España es uno de los profesionales que mejor puede explicar y valorar hasta qué punto “Víctor es completamente el creador del estilo del Canal+”. Un estilo, el famoso “sello plus” que ha llegado hasta nuestros días, que tuvo en Alfredo Relaño a su principal benefactor. En su charla con verTele, el primer director de deportes de Canal+ recuerda cómo se quedó prendado de él por la realización de un Madrid-Barça, y cómo le fichó para liderar desde las unidades móviles ese cambio radical en las retransmisiones deportivas por el que ha perdurado una profunda amistad tras trabajar juntos durante seis años, de 1990 al 96.
Es curioso cómo para hablar de Víctor Santamaría el más escurridizo ha sido el propio Víctor Santamaría. Reacio a los focos, encabezando la conversación para dejar claro que él “es más de estar detrás de las cámaras”, el realizador completa para este artículo una historia, la suya, que los espectadores hemos disfrutado desde los ochenta. Muchos de ellos, sin tan siquiera saber el nombre de quien la había escrito.
La llamada a la revolución
Como rememora Santamaría, su carrera empezó en TVE en 1982, y él mismo se define como uno de “los Naranjitos” puesto que entró en la cadena pública para encargarse de huecos que dejaban los que iban al Mundial. Fue script, ayudante de realización y montador antes de poder encargarse él mismo de realizar. En 1985 pasó a TVG, donde se hizo un nombre en las realizaciones deportivas, sobre todo de baloncesto, por lo que José Joaquín Brotons lo captó en el 89 para el nacimiento de Telemadrid. Esa aventura le duró poco, porque enseguida recibió la llamada de Relaño para incorporarse al Canal+, el dónde de su historia.
El periodista recuerda claramente cómo se enamoró de la capacidad del realizador cuando él estaba en la SER, pero ya había rumores de que Prisa iba a sacar una tele, y a él le “dejaban caer” que seguramente le encargarían hacer los deportes, pese a reconocer que entonces “no tenía ni idea de hacer televisión”. “Estaba viendo un Madrid-Barça en Telemadrid, y me di cuenta que se veía todo. Fue un partido muy lioso, y enseguida había la repetición justa para solventar cualquier duda. Pensé: 'si me cae esto, voy a enterarme de quién es el realizador'”, rememora. Dicho y hecho, como explica Relaño: “Cuando se materializó lo de Canal+ le localicé. Fue tan noble que cuando hablé con él me dijo: 'yo tengo el mejor equipo', y me pidió si podía traerlo. Eran cuatro gallegos ayudantes de realización. Le dije que sí”.
Pensé: 'si me cae esto, voy a enterarme de quién es el realizador'
Ya había equipo. Y qué equipo... Relaño bromea con que “eran unos tipos fantásticos, muy 'sueltos' de vida, les gustaba la noche y beber, pero super eficaces en el trabajo. Un equipo verdaderamente divertido”. El antiguo director de los deportes de Canal+ se ríe al explicar que “al principio viajaba principalmente para cuidar el orden, que hacía falta tal como eran”, y en concreto sobre Santamaría, subraya su buen carácter y capacidad para unir al grupo: “Es un bizcocho. Nunca ve un problema, nunca se enfada, muy buen compañero. También trasnochador, pero los días de partido no quiere ni quedar contigo, y no toma nada antes de realizar. No así después de...”, bromea, evidenciando esa amistad que se trasladó fuera del trabajo y que reafirma Santamaría: “Nos costaron muchos puñetazos a la almohada cuando la cagábamos, pero también nos lo hemos pasado muy bien, nos hemos tomado muchos gin-tonics, nos hemos divertido muchísimo, y hemos disfrutado del deporte durante todos estos años en España, que eso ya es un puto privilegio”.
Resuelto el quién, también estaba claro el qué. La idea. Relaño pasó de imaginarlo a pedirlo: “Mi obsesión era que se viera en la tele el sueño de lo que yo querría haber visto siempre, que diera forma a mis fantasías de aficionado. Y es lo que yo descubrí con Víctor Santamaría. El fútbol es un espectáculo total, lo que pasa dentro pero también fuera: la prisa con la que va un tío al campo, el señor que pierde el niño, otro que se despista y el niño se le bebe el cubata y al darse cuenta se espanta, la pelea entre dos...”. Lo primero que hicieron fue viajar juntos a Marsella para ver una retransmisión de Canal+ Francia -que eran el modelo- y conocer cómo trabajaban. A Santamaría no le costó captar el mensaje: “Por ser Canal+ y ser de pago teníamos que ser diferentes”, y se impuso una máxima: “La información fue siempre prioritaria para nosotros: teníamos que aclarar el partido”. Contra su propio lucimiento como realizador, siempre prioridad a la información sobre el tratamiento audiovisual.
Carlos Martínez, como narrador, lo confirma: “No había nada que fuera simplemente el culto a la estética. Cada cámara y cada imagen solo tenían sentido para informar, enriquecer y explicar el juego. Es la clave del sello del Canal+, que luego se ha extendido”. El periodista lo valora ahora como “locuras a las que nos arriesgamos en el momento”, y pone de relevancia que aunque Santamaría ya forma parte de la historia por sus realizaciones en exteriores y directo, también fue el primer realizador de El Día Después, con las mismas bases de trabajo.
Ese verano de la 89-90 sirvió de test. Pero también clarificó quiénes iban a liderar el cambio de las retransmisiones audiovisuales en España, con Alfredo Relaño a la cabeza. Lo recuerda Carlos Martínez: “El primer partido de la historia de Canal+, que fue un amistoso en el Trofeo Colombino, ya lo hizo él como realizador y yo como narrador”. Fue entonces cuando empezó el espectáculo.
El fútbol como locomotora del cambio
Ya sabemos quién, y ya sabemos qué. ¿Pero y el cómo? ¿Cómo materializar esas altísimas aspiraciones, esa enorme expectación de sus propios protagonistas? De nuevo, una frase de Carlos Martínez viene a resumir lo que ideó Víctor Santamaría: “¿El vídeo que se ha viralizado de Pelé diciendo que todo lo inventó él? Pues absolutamente todo lo inventó él”. El periodista se refiere a esta pieza, que tras la muerte del astro brasileño ha tenido mucho recorrido, y empieza a enumerar: “Cámaras, puntos de vista, planos cenitales, cabezas calientes tras las porterías, puntos de vista subjetivos con minicámaras... todo eso nace de la cabeza de Víctor Santamaría, desde el principio en los años noventa, con una tecnología más obsoleta que impedía hacer cosas que hoy son habituales. Pero él ya las imaginó, y las intentó”.
Cuando las retransmisiones de fútbol se iniciaban 5 minutos antes del partido, directamente viendo el césped, él ideó las previas, con las que reflejar todo lo que genera el evento cumpliendo la fantasía como aficionado de Relaño, y además generalizaron el uso del micrófono a pie de campo. Puso una cámara en lo alto en el fondo sur, “que fuese un plano fijo para enfocar simplemente el dibujo táctico, cómo se movían los equipos”, como rememora Relaño. Trajo a España los micros con parabólicas, hasta que le cortaron las alas por captar la bronca de Mejuto González con su asistente (el famoso “Rafa, ¡no me jodas!”) y hasta puso un micro a un árbitro en el 92. Automatizó los travellings y fue el primero en situar cabezas calientes tras las porterías, algo que rápidamente se copió en el resto de Europa y que ahora es un estándar en el fútbol. Incluyó minicámaras, más adelante también fue pionero en usar las cámaras súper lentas, y desde su control ideó “las cadenas de repeticiones, con 4-5 repeticiones seguidas, que tampoco existían y las incluyó para aclarar lo que pasaba en el juego”, explica Carlos Martínez. Llegaron a tener que construir una unidad móvil a medida, porque no existía como él necesitaba.
¿Que en los años noventa aún no había drones como ahora? Da igual, Carlos Martínez recuerda cómo Víctor Santamaría ya los imaginó: “En Gijón, Víctor probó una cámara instalada en un helicóptero de aeromodelismo que tenía casi 2 metros de aspas, saliendo del parador del Molinón, subiendo sobre el estadio y poniéndose delante de la cara de Michael [Robinson] y la mía para hacer el plano de entrada el partido. Nosotros [estábamos] asustadísimos, sobre todo Robin que estaba dos pasos más atrás, mientras las palas del helicóptero giraban a un metro y medio de nuestra cara”. ¿Y cuando los drones ya llegaron? Pues fue el primero, e hizo hasta que la UEFA cambiase su política: “En España, también el primero que los utiliza es él. De hecho de manera alegal, porque aún no había ni normativa para volarlos en espacios públicos. Recuerdo el año del Athletic Club de Bilbao en Champions, con el Nuevo San Mamés recién estrenado, que hizo un plano con dron en la noche increíblemente bello que empezaba volando desde el otro lado de la ría, pasaba rasante por ella, y se elevaba para ver el estadio desde las alturas. En ese momento ese plano estaba prohibido por parte de UEFA, pero claro, cuando lo vieron, se dejó de prohibir. Y hoy acabamos de ver el Mundial, y todos los partidos empiezan de esa manera”, remarca Martínez, resumiendo: “A medida que la tecnología le fue permitiendo hacer cosas, las hizo. Pero ya habían estado en su cabeza, y las había inventado”.
Absolutamente todo lo inventó Víctor Santamaría
El propio Víctor Santamaría, como durante toda la charla, huye del halago personal y lo colectiviza: “Esto es una cosa de equipo, y el que diga lo contrario es un tonto. Tú dependes de los demás, y los demás de ti”. El realizador sí reconoce, por ejemplo, que en el uso de travellings y cabezas calientes fueron los primeros y rápidamente se replicaron en el fútbol europeo, pero hasta en eso prefiere quitarse de los focos asegurando que en su oficio se copian unos a otros lo que funciona, como él también hizo al principio.
El realizador desdramatiza sus éxitos bromeando con que simplemente “estaban muy locos”, y ofreciendo una visión más mecánica: “Cogimos la parafernalia que se dedicaba a musicales o a series y lo pusimos en el deporte. Y de una manera continua, no solo en grandes eventos. De partidos con 5 cámaras, que era lo normal, pasamos a un Logroñés-Valladolid con 16 cámaras, y me quedo corto por no contar minicámaras y demás. Ese salto cuantitativo dio también un salto cualitativo”.
Y aún así, prioriza siempre el grupo, uniendo en uno solo equipo al de realización y al de periodistas para hallar ese producto final que todos buscaban, y por el que valora tanto la intercomunicación, incluso por encima de que una cámara tenga más o menos calidad. De lo laboral a lo personal, ese carácter ha forjado amistades: “Robinson para mí ha sido mi hermano. Hemos discutido, pero siempre he tenido mucha suerte, y me ha tocado trabajar con periodistas y comentaristas que estaban por la labor. No he tenido ningún problema grave con ninguno. Yo me he relacionado mucho con Robinson, que para mí ha sido mi hermano, y con Carlos Martínez. Y ahora también en el baloncesto con Fran Fermoso, con Ajero, con David Carnicero, con Sixto Miguel Serrano... con todos. Siempre nos hemos entendido muy bien”.
A este respecto, Relaño rememora: “Los que éramos más revoltosos, y me incluyo yo, pero también a él, a los gallegos, a Carlos Martínez y a Robinson; íbamos y volvíamos en coche, y en el mismo día del partido. Preferíamos volver de noche y dormir en casa aunque fueran las cinco de la mañana, que madrugar y volver en avión, como sí hacían otros que eran gente de orden. Fueron muchas noches, y cantidad de conversaciones, en las que nuestro instinto de creatividad afloraba y nos servía para criticar lo bueno y malo, para mejorar. Era una convivencia muy profunda”.
Del fútbol a los toros, el baloncesto, los rallies, el atletismo...
Tras el cómo, llegó el por qué. Más bien, el por qué no, pues Relaño le ofreció también hacer los toros en Canal+, sin saber que Santamaría había crecido en una familia muy taurina. Cuando se lo propuso, la respuesta del realizador fue: “Mi abuelo me enseñó a leer con el Cossío”, la enciclopedia taurina por antonomasia escrita por José María de Cossío, “y mi padre me dice que yo estoy malgastando mi vida transmitiendo fútbol en vez de toros”. Fue el sí para trasladar su sello, que como explica Relaño “todavía sorprendió más”, ya que “al fútbol le habían dado ya un avance las autonómicas, particularmente la catalana y la gallega, y ya se podía ver fútbol inglés o francés. Pero los toros se hacían como en los sesenta en TVE”.
De nuevo dobló el número de cámaras, incluyó la cámara superlenta, jugó con minicámaras... En definitiva, igualmente revolucionó las retransmisiones de los toros, siguiendo esa línea que decía Michael Robinson de también “mirar a las gradas” y ya hacían en El Día Después, como valora Relaño: “En los toros yo tenía grabado que había mucho tiempo muerto, y él encontraba detalles, una montera puesta ahí, conversaciones en el burladero...”.
Como si de una franquicia se tratase, su visión pionera se amplió también a otros muchos deportes. En el baloncesto, Carlos Martínez recuerda: “Llegó a levantar tablas de los parqués para poner metacrilatos y una minicámara de las de entonces, que eran analógicas, y unos mamotretillos, y así que cuando fueran a hacer mates se vieran desde ahí. O poner cámaras encima de los tableros y que no estorbaran al juego”. El periodista cita también el balonmano, en el que igualmente innovaron, o el atletismo, destacando: “Hicimos durante dos años el Campeonato de España, y ya hay cosas llamativas que ahora están instaladas en el día a día”. Santamaría reconoce que ese tiempo fue increíble para él: “Hubo una época que abarcamos prácticamente todo, y como para cualquier realizador, para mí cada deporte era un desafío”.
Carlos Martínez destaca aún más lo que Santamaría hizo en los rallies: “Se pensaba que era imposible transmitir un rally al celebrarse en el campo, no en un circuito. Sólo la BBC, que era lo más puntero, retransmitía unos tramos como de 1 o 2 kilómetros en un entorno natural, pero controlado. Nosotros fuimos al Rally de Cataluña, y transmitimos tramos de 50km. en directo, sin perder la señal en ningún momento. Requería de unos montajes técnicos que sólo se le ocurrían a Víctor Santamaría, y a nuestro jefe técnico de entonces, Joxean Maté, que era también un echao pa'lante. Todo el mundo se quedó loco”. El realizador lo rememora con pasión: “En rally era maravilloso, porque tenías un superproblema que resolver, con medios e historias. Para mí los deportes nuevos eran un regalo de Navidad”.
Víctor ha revolucionado todos y cada uno de los deportes
De nuevo, Carlos Martínez lo resume con una frase de halago: “Víctor ha revolucionado todos y cada uno de los deportes”. Y de nuevo, Santamaría huye de ese elogio y prefiere hablar del grupo, apuntando precisamente a los narradores y comentaristas: “Yo tengo muy claro que mi trabajo y el de ellos tiene que ir unido. Y si ellos van marcando una pauta de narración, tengo que seguirles. Ahora le digo a mis realizadores que lo primero que tienen que hacer es escuchar a los comentaristas, porque ayuda a sacar punta a lo que pasa. Y viceversa: el comentarista tiene que ver la pantalla, y no solo el campo. Esa simbiosis es fundamental”.
Indiscreciones y espinitas clavadas
Tantos años de carrera y vivencias han dado para algún tirón de orejas. Aunque involuntario. Relaño recuerda uno de los más divertidos, por uno de esos planos de la grada que en los toros ofreció Víctor Santamaría: “Algún amigo de alcurnia de la casa le había dicho a la mujer que no le esperase porque tenía mucho trabajo, y aparecía en los toros al lado de una señorita muy guapa”, ríe mientras lo rememora. Al traérselo a la mente, Santamaría también bromea y dice: “Es lo que hay. Es que es así. El público es fundamental en los toros, no sólo porque saque el pañuelo, sino por las reacciones de emoción o tensión, y da el contraste de lo que pasa en el ruedo o el campo. Entiendo que con esos planos a veces hemos sido un poco indiscretos, pero bueno...”, entre risas.
Tenían tan claro lo que querían, que pocas veces estaban en desacuerdo. Alfredo Relaño destaca una de ellas, más por la duda ética: “Queríamos expresar que cuando tú vas a los toros o al fútbol, ya vas contento, disfrutando, y viendo cosas alrededor tuya. Me acuerdo una que discutimos porque era un hombre sin piernas, que se impulsaba con dos cueros en las manos para no ensuciarse. Y estaba yendo a Riazor entusiasmado y a toda prisa, hasta adelantando gente. Ese tipo de cosas las ves ahora, pero nunca se habían contado”.
En cualquier caso, el periodista ejemplifica hasta qué punto admiraba a su amigo con un detalle que siempre le impactó: “Antes de los partidos daba una charla a los cámaras como los entrenadores de fútbol, en círculo. Era como ver a un mariscal de campo con sus coroneles antes de la batalla”. Para Víctor Santamaría también era clave: “Es el momento en el que nos juntábamos todos para preparar el partido, y para mí siempre ha sido muy especial. Es donde distribuyes las cámaras, les dices un poco a los compañeros la misión que tienen, aunque después cada uno aporta lo que tiene que aportar, los planos obligados que tienen, y también donde se coordina con el resto del equipo”.
Aunque parezca mentira, tras 40 años de carrera también quedan cuentas pendientes y espinitas clavadas. Una, referida a la realización del fútbol, la apunta Carlos Martínez al hablar de que “él en los 90 ya hablaba del 'plano de la Playstation', que tiene que ver con la actual cámara spider”, y la corrobora y amplía Santamaría: “Me queda por hacer un plano que no he podido, que es el de los videojuegos actuales de fútbol que siguen todo el desarrollo con plano general, pero siguiendo a la pelota. Lo intenté en el Bernabéu, pusimos un travelling de 70 metros, pero los estadios no están para estas locuras ni para quitarle el sitio a Florentino [ríe]. La spider-cam no lo permite porque es más cenital y no la dejan volar todavía por encima del público. Se podría hacer, pero tal vez está demasiado elevada. Me jode porque he estado 10 o 12 años tras ese plano, y es imposible. Ya lo harán los demás”.
La otra, la confiesa el propio realizador al preguntarle si se le ha resistido algún deporte: “El golf. Todo el mundo me ha dicho que es lo más difícil para la realización, cubriendo los 18 hoyos. Es muy difícil porque demuestra una precisión conceptual tremenda, y requiere mover como una división completa, para entendernos en términos militares. Se me ha quedado esa espinita clavada”.
Pionero y maestro que deja el “sello Plus” como legado
A el dónde, el quién, el qué y el cómo les faltaba el cuándo. Y en un mundo tan cambiante y de modas como es el de la televisión, resulta increíble que ese período aún no se haya terminado, ni tenga visos de acabarse. Porque todos perciben con claridad que el “sello Plus” que creó Víctor Santamaría sigue muy vivo. El realizador reconoce que pegaron “un empujón muy grande, y creo que sí se ha mantenido. Creo que hemos influido muchísimo”, y Relaño se enorgullece: “El 'sello Plus' se ha mantenido, y me siento orgulloso de eso. En lo que yo veo hoy hay mucha herencia. Lo que se hizo en Canal+ se hizo mejor que las variantes de después, y ha influido para bien en muchísimas cosas”.
El periodista resume cómo Santamaría logró cumplir esos anhelos que él tenía como espectador: “La teoría mía era: cuando el partido no da nada de sí, es bueno embellecerlo. Pero cuando el partido es trepidante, no hay que embellecer nada. Y Víctor en eso fue el mejor. No malgastaba en acicalar el partido, simplemente lo explicaba. Sí lo acicalaba cuando el partido era soso”. Y ahora, los realizadores que han llegado tras él, como el jefe de realización de Mediapro Óscar Lago, se acuerda de él llamándole “maestro” al ser entrevistado después de dirigir al primer equipo de realizadores españoles en el que confió la UEFA para sus retransmisiones.
Santamaría se siente parte de esa evolución. Recuerda que cuando él empezó “no había realizadores especializados en deportes”, sino que “un realizador 'de batalla' como yo en esa época hacía de todo y tenía que saber de todo. Yo he visto a Pilar Miró realizar una corrida de toros. Pero había que especializarse. El impulso de las autonómicas y la locomotora que fue Canal+ hizo que la especialización del realizador deportivo cobrase peso. Yo soy de la primera generación que lo llevó a cabo”. Por eso muestra su orgullo, mientras vuelve a restarse importancia: “Yo tuve la suerte de ser el primero, nada más. Fue una época de pionerismo y de pruebas, y Alfredo Relaño nos dejó jugar mucho y probar, con el dinero y la estructura de la empresa. Tuve la grandísima suerte de estar en Canal+”.
Se jubila de Canal+, su casa durante décadas, pero jamás dejará la realización. Santamaría explica que tras fines de semana en los que ha hecho 5 y 6 partidos de baloncesto, y con responsabilidades de gestión, quería parar ahí. Y solo si hay algún proyecto con amigos y en confianza estaría dispuesto a volver “para divertirme, porque a mí me sigue gustando mucho mi oficio y así será hasta que palme”. De hecho, reconoce lo que más le va a costar: “El precio que voy a tener que pagar es no hacer los toros, que es lo que más me gusta”.
El Pelé de la realización se jubila. El que lo inventó todo y lo hizo antes que nadie, es Víctor Santamaría
Con la modestia de siempre, Santamaría valora: “Todos formamos parte de una corriente y vamos avanzando. Nuestra época fue muy bonita, de pionerismo. Y después han venido otros y lo han ido mejorando, aclimatando y sistematizando. Tampoco pretendo que hayamos logrado algo galáctico en el mundo, pero sí creo que cumplimos nuestro papel histórico en la evolución de la narrativa del deporte en España, y creo que lo cumplimos bien”.
Con el reconocimiento de siempre, Carlos Martínez es más directo sobre su amigo y compañero: “Es Pelé. El Pelé de la realización se jubila. El que lo inventó todo y lo hizo antes que nadie, es Víctor Santamaría”.