AVISO: SPOILERS

Los fans de 'Vikings', en shock por el episodio que marca un antes y después

Vikings, la serie de TNT protagonizada por Travis Fimmel

AVISO: ¡SPOILERS! La siguiente noticia contiene detalles reveladores de la trama de la serie ‘Vikings’. Lea bajo su propia responsabilidad.

Los espectadores de ‘Vikings’ han quedado consternados después de los acontecimientos del episodio emitido el miércoles 28. Una muerte sacudió la ficción, aunque no una cualquiera: Ragnar Lothbrok (Travis Fimmel) murió en el decimoquinto capítulo de la cuarta temporada. Estando aprisionado en manos de Aelle (Ivan Kaye), fue torturado y finalmente lanzado a un pozo lleno de serpientes venenosas. Una escena impactante que recoge lo que los libros de historia narran sobre el personaje en la vida real.

Curiosamente, pese a este hecho, la salida de la ficción del actor se ha producido con tres temporadas de retraso: “Estaba previsto que muriera al final del primer año”, confiesa el también protagonista de ‘Warcraft’ a EW.

Al igual que ocurriera con los personajes asesinados al comienzo de la séptima temporada de ‘The Walking Dead’, la secuencia final de Fimmel se grabó hace un año, habiendo tenido el intérprete que seguir el juego durante todo este tiempo para no desvelar nada. Ahora, con perspectiva, valora el legado que deja en la producción: “Al comienzo de la serie, [Ragnar] era demasiado heróico, demasiado bueno. Me resultaba muy difícil interpretar a alguien sin fallos. Les supliqué a los guionistas durante los dos primeros años que me hicieran horrible, para poder sobreponerme a eso. Sientes mucho más cuando te abuchean que cuando te vitorean”, reflexiona.

Por su parte, Michael Hirst, creador de ‘Vikings’ y responsable de todos los guiones de la serie, ha comentado lo que supone su desaparición de Ragnar. El escritor planteó la serie desde el primer momento como una saga generacional: no solo se centra en Ragnar, sino en sus hijos y en cómo las andanzas de estos cambiaron el mundo: “Ragnar es ahora parte de la historia. De nuestra historia. Nunca temí matarlo, pero quería que su muerte resultara monumental”.

Fimmel y Hirst también recuerdan sus muchas discusiones sobre la escena definitiva y lo que debía suponer en la ficción: “Hablamos mucho de cómo los hijos desentrañarían sus últimas palabras. Las dijo para ellos, no porque él las creyera”. También es relevante la idea que ambos comparten de un Ragnar que muere habiendo rechazado toda religión: “Los hijos ahora debaten sobre por qué su padre renunció a los dioses. Forma parte de la historia: al final, los vikingos renunciaron a sus dioses paganos, por lo que Ragnar ha establecido un conflicto que se mantuvo en su era”.

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