Hace apenas un par de semanas analizábamos, tras conocer un nuevo dato de audiencia de El Ministerio del Tiempo, lo difícil que es actualmente medir el éxito de una serie en abierto, explicando que las audiencias lineales cada vez suponen menos cantidad de los espectadores que ven un capítulo.
En ese mismo análisis sumábamos otro aspecto al que muchos se agarran para defender el triunfo de una ficción, como es el impacto que tiene en las redes sociales, pero estableciendo también una clara distinción entre el “éxito social” y el de audiencias. Aunque de lo que no cabe duda es de que toda buena acción de márketing y publicidad repercute positivamente.
La serie de TVE emite este martes el cuarto capítulo de su cuarta temporada en La 1. Y aunque las audiencias lineales siguen siendo bajas en su emisión tradicional, ha vuelto a demostrar que en las redes sociales no falla. Y no sólo por el apoyo de sus fans, los ministéricos, sino por saber elegir qué y cómo promocionar sus contenidos y llegar a muchos más de los que habitualmente la siguen.
Un vídeo, 72 horas de promoción viral
El trap de “Velasque, yo soi guapa?”, creado por Christian Flores para la publicación juvenil Playground, se convirtió en un éxito viral que recorrió todas las redes sociales y WhatsApp a finales del 2017. Y pese a haber pasado más de dos años, siempre hay formas de rescatar, revitalizar y aprovechar un impacto como el que tuvo entonces.
El Ministerio del Tiempo no ha querido perder la oportunidad de aprovechar ese éxito con uno de sus personajes más queridos, el de Julián Villagrán como Velázquez. La serie, como ya hemos recogido, lanzó el sábado un divertido adelanto de lo que iba a pasar en su nuevo capítulo del martes. Y su equipo de redes y promoción acertó de lleno al elegir el clip, sin “destripar” nada del episodio (de hecho, es su comienzo) y logrando que la ocurrencia se convirtiese en viral.
Obviamente, no sólo a los fans de la serie les ha sorprendido ver al propio pintor recorriendo los paseos del Museo del Prado mientras, a través de sus cascos, escucha precisamente la canción de “Velasque, yo soi guapa?”. Sobre todo a través de Twitter, el vídeo acumula más de 16.200 “me gusta”, 6.500 retuits y 450 comentarios. Un éxito viral que, repetimos, no tiene por qué trasladarse luego a la audiencia lineal, pero que indudablemente apunta a la infalibilidad de El Ministerio del Tiempo en las redes, y a cómo su humor conecta a la perfección con los usuarios de las mismas.
Más allá de las lógicas risas por la interpretación de Villagrán y por lo que en sí puede verse en esa escena, el propio creador de la serie, Javier Olivares, ha puesto de relevancia el trabajo que hay tras ella. Principalmente para conseguir grabar realmente en el Museo del Prado, y no tener que recurrir a una recreación de cualquier tipo: “Fue la hostia. Un sueño”.
Además de la labor de producción, otro de los trabajos que los espectadores no podemos ver es el de la selección de cada escena, y dentro de ella, otra nueva selección sobre qué clip puede convertirse en promocional. Y en este apartado, el equipo de El Ministerio del Tiempo sin duda ha acertado, como una semana antes ya hizo “a posteriori”.
Igual que en este caso el vídeo de Velázquez se publicó con mucha antelación (más de tres días antes de la emisión del capítulo), sabiendo que al mostrarlo no se destripaba nada de la entrega y sí que se conseguía crear expectación, en su anterior episodio la aplaudida escena con el personaje de Lorca ya se estaba convirtiendo en viral minutos después de haberse emitido en La 1.
En la actualidad, todas las cadenas y productoras inciden en las características “transmedia” de sus productos, y desarrollan incluso contenidos propios para las páginas oficiales y redes sociales de las series.
El Ministerio del Tiempo, como tantas otras ficciones, no logra que su éxito social se traduzca en éxito de audiencias lineales. Pero impactos y repercusiones como la de estos dos ejemplos, y otros muchos a lo largo de su trayectoria, dejan claro que su importancia va más allá de lo que dictan los audímetros. No en vano, pocas series en la actualidad logran alcanzar una cuarta temporada.