Siete años, 2.771 días, han pasado desde que se emitió 14 de abril. La República, una producción de Diagonal TV. La ficción consiguió alzarse con un 17% de cuota de pantalla y con 3 millones y medio de espectadores con su emisión en TVE, cifras que rara vez se pueden ver en proyectos de la cadena pública.
Tras los buenos datos recibidos por parte de la audiencia, Diagonal TV se lanzó a por una nueva tanda de episodios, concretamente diecisiete. En esta ocasión, la nueva temporada se caracterizó por tener un perfil más político que romántico.
Estos episodios, que hasta el momento no han visto la luz, continúan donde finalizó la primera temporada, desde septiembre de 1932 hasta el 18 de julio de 1936, fecha en la que estalló la Guerra Civil.
Son 5 las ficciones que TVE no ha emitido
14 de abril. La República no ha sido la única producción que se ha visto afectada. La Conspiración, Tres días de abril, El precio de la libertad o Volveremos, son las otras series que TVE ha dejado en el cajón a la espera de poder ver la luz.
Curiosamente, las cinco ficciones tratan temas políticos e ideológicos sobre las épocas más crudas que les ha tocado vivir a los españoles.
De esta forma, con la llegada de Rosa María Mateo al frente de RTVE se ha vuelto a hablar sobre si aquellas series que quedaron en el limbo con la entrada al gobierno del Partido Popular, se puedan emitir.
Virginia Yagüe, creadora y coordinadora de guiones de La Señora y de la primera temporada de La República, nos habla sobre cómo hicieron frente a la no emisión de la serie, si recibieron explicaciones o si se trató de motivos ideológicos, entre otros temas.
¿Por qué crees que RTVE se negó a emitir la segunda temporada de La República?
No quedaron nunca claramente expuestas las explicaciones de RTVE para la no emisión de la segunda temporada de la serie. Los diecisiete capítulos de la segunda temporada estaban realizados, bajo los mismos parámetros de calidad que se habían establecido en la primera y que habían dado resultados de audiencia más que satisfactorios, pero se nos fue dando largas.
¿Os dieron explicaciones?
Nunca se encontraba el momento y el espacio adecuado para emitir la serie. Ante las reiteradas preguntas de la productora sobre esta situación la respuesta era siempre la misma: era un asunto pendiente sobre la mesa que se estaba valorando pero la decisión de emitirla nunca llegaba.
¿En algún momento se os pasó por la cabeza que esta situación podría darse?
No, nunca pensamos que pasarían siete años, teniendo la segunda temporada completa, grabada, pagada y que esté guardada en un cajón.
¿Crees que se debe a motivos ideológicos?
Las explicaciones fueron funcionales pero también ambiguas. Nadie por parte de RTVE planteó abierta y frontalmente que hubiera motivos ideológicos y de censura para no emitirla pero es cierto que cambió el gobierno y eso influye en RTVE.
Mantener sin emitir esta serie durante tantos años sin dar explicaciones claras que justifiquen no hacerlo da pie a entender que sí, que había motivos ideológicos detrás para ejercer este veto.
Personalmente creo que es un error desde la responsabilidad que un ente público, como RTVE, debe mantener con la ficción de calidad que emite y que aborda la historia de nuestro país. De alguna manera es mantener la perversa idea de que lo que no se toca y no se nombra, desaparece.
Pues bien, la II República en España existió y abordarla desde un punto de vista de relato de ficción televisiva es muy interesante. No se puede mantener que no se emite por no abrir viejas heridas. Eso no es aceptable desde un punto de vista de responsabilidad y gestión de una cadena pública.
¿Crees que con el cambio en RTVE haya posibilidades de que se pueda emitir La República?
Eso espero y deseo. También espero que los cambios que lleguen para RTVE impliquen decisiones independientes de planteamientos ideológicos o políticos y se centren en criterios exclusivamente profesionales. La televisión pública debe ser rica, diversa, plural y dar cabida a propuestas múltiples, siempre bajo criterios de interés público y de calidad, de igualdad y de compromiso con nuestra propia Historia.
De hecho ahora mismo estamos trabajando en el desarrollo para TVE de La última princesa del Pacífico, que es una novela que publiqué hace unos años, ambientada en la Filipinas de 1998 y que también cuenta con el apoyo de Netflix.
Apostar por este tipo de proyectos debería ser marca de la casa. Creo que hay que tratar de borrar la etiqueta de aburridas y clásicas a las series históricas. Se pueden hacer grandes cosas y alcanzar un gran consumo de las mismas, bajo parámetros de innovación y modernidad a la vez que se cuenta nuestra historia. Buenos personajes, conflictos, nivel de calidad en un marco histórico interesante son unos mimbres maravillosos.
En el caso de que finalmente se emitiese la producción, ¿crees que tendría buena acogida tras siete años de la emisión de su primera temporada?
Con tantos años transcurridos habría que emitir la primera temporada y después la segunda, porque si no sería muy difícil entender las continuidades de tramas y personajes.
En cuanto a la acogida, las audiencias siempre son un misterio y dependen de muchas variables, en muchos casos, ajenas a la propia serie. En definitiva hay cuidar el producto que se tiene entre manos. Y este producto ya viene bastante mal tratado, como hemos visto.
Seguimos evolucionando en la ficción que creamos. Las series son cada vez más arriesgadas y se adaptan a espectadores que también han hecho su propio crecimiento como consumidores de ficción.
Hace poco volví a visionar algún capítulo de la primera temporada de La República y me seguía pareciendo una serie de calidad, teniendo en cuenta su presupuesto, con planteamientos interesantes que trataban de escapar de los tópicos y con personajes interesantes y potentes.