Análisis

La visibilidad lésbica en las series diarias españolas: de los fenómenos 'Luimelia' y 'Maitino' a los de 'Luznhoa' y 'Mafin'

Adrián Ruiz

27 de abril de 2024 19:45 h

Este viernes 26 de abril se celebraba el Día de la Visibilidad Lésbica, una jornada que en España ha tenido lugar desde el año 2008 y en la que se pretende reivindicar la posición que ocupan las mujeres lesbianas en el espacio público. En todas sus parcelas, incluida la del mundo de la televisión que, por su alto consumo entre la población, se convierte en un pilar fundamental para la impulsión de nuevos referentes. Por ello, el aumento de historias lésbicas que se ha vivido en los últimos tiempos en la ficción española ha provocado un fenómeno de masas que se ha venido repitiendo en el apartado de las series diarias, desde las extintas Acacias 38 y Amar es para siempre a las actuales 4 estrellas y Sueños de libertad, en TVE y Antena 3 respectivamente.

Tal y como recuerda el Ministerio de Igualdad, el objetivo de este día es poner el foco en una realidad que ha sido históricamente invisibilizada, llegándose a enmascarar las relaciones sexoafectivas entre mujeres, disfrazándolas o llevándolas al ostracismo del ámbito privado. Para ello se plantean varios retos, como el de romper la doble discriminación que sufren las mujeres lesbianas, primero por el mero hecho de ser mujeres y después por su orientación sexual. También el de la discriminación e invisibilización que viven dentro del propio colectivo LGTBIQ+, donde las representantes mujeres dentro de las organizaciones y movimientos son una clara minoría que, poco a poco, están tratando de paliar.

Esa falta de referentes dentro de la esfera pública ha favorecido la negación de una realidad que ha lastrado, generación tras generación, las vidas de mujeres homosexuales. Una carencia que, como repasamos en 2023 ampliando el análisis a todo el colectivo LGTIBQ+, poco a poco ha tratado de revertir la ficción patria, donde el primer caso visible lo encontramos en el año 2002 en Telecinco a través de la serie 7 vidas con el personaje de Diana, a la que interpretaba Anabel Alonso. En la exitosa comedia de Globomedia vimos, con ella y su novia Nieves, la primera boda homosexual de la historia de la ficción española, aunque se trató, eso sí, de un enlace simbólico, ya que en aquel año el matrimonio igualitario aún no era legal en nuestro país.

7 vidas fue pionera en nuestra pequeña pantalla y abrió camino a otras historias lésbicas que con el paso del tiempo fueron llegando por goteo, desde las de Maca y Esther en Hospital Central y la de Bea y Ana en Aquí no hay quien viva, a las más recientes con personajes como los de Irene Larra en El Ministerio del Tiempo o los de Maca, Rizos y Saray en el seguido triángulo amoroso que mantuvieron en Vis a vis. Estos son solo algunos de los múltiples ejemplos que han ido floreciendo en los últimos años en cada vez más títulos de la ficción nacional. Un aumento que, poco a poco, va ayudando a seguir avanzando hacia la aceptación social de la diversidad y la igualdad de derechos, con la interseccionalidad y la representación a veces estereotípica como principales asignaturas pendientes.

La representación lésbica, en aumento pero a rebufo

Como decíamos, la industria audiovisual juega cada vez un papel más importante en la visibilización del colectivo LGTBIQ+. Así lo atestiguaba el Informe ODA de 2023 -el último estudio publicado, el de 2024 saldrá en los próximos meses-, que ofrece una radiografía de la representación de personajes del colectivo en series y películas estrenadas en España en el año natural más reciente, en este caso el de 2022. En la investigación se reflejaba que la inclusión en la ficción nacional de personajes sexualmente diversos ha ido creciendo, aunque de forma desigual entre las diferentes siglas del colectivo.

Así pues, la representación gay se impuso con un 62% más de personajes que en 2021, incluyéndose hasta 48 personajes gays en las series españolas, siendo de nuevo la identidad más representada. El crecimiento para los personajes de mujeres lesbianas fue mayor, con un 83% de aumento, duplicándose de 15 personajes en 2021 a los 30 personajes de 2022, con más de la mitad (18) destacados y con trama propia. Se producía así un mayor incremento para las lesbianas en la ficción española, aunque siempre un escalón por debajo de los personajes gays. Más atrás quedaba la representación de personajes bisexuales, que se mantuvo en 24, manteniéndose como una de las realidades más invisibilizadas.

Habrá que esperar al próximo informe para conocer la evolución de la diversidad sexual que ha experimentado el sector en el último año, donde han aflorado nuevos personajes homosexuales, bisexuales, transexuales e incluso no binaries, con el lanzamientos de nuevos títulos en cadenas y plataformas. Dos de ellos, con parejas lésbicas (o sáficas) como protagonistas, han echado más madera a un fenómeno que desde 2020 se ha venido produciendo dentro de la ficción diaria.

Se trata de 4 estrellas y Sueños de Libertad, series diarias de TVE y Antena 3, cuyas tramas románticas entre mujeres ya cuentan con casi tantas fans como los que en su día respaldaron las historias contadas en otras dos series de los mismos canales, Acacias 38 y Amar es para siempre. Antes, vimos otros casos similares en ficciones diarias como el de Celia y Aurora en Seis hermanas, o el de Ana y Teresa en Amar es tiempos revueltos (emitida en TVE entre 2005 y 2012), a las que el boom de las redes sociales les pilló demasiado pronto.

Los cuatro grandes casos de la ficción diaria

De esta manera, se despliegan varios grandes ejemplos de relaciones entre mujeres dentro de la ficción española diaria, conocidos por el nombre del 'shippeo' -neologismo usado en redes sociales para referirse a idealización de una relación amorosa entre dos personas por parte de sus fans- de los dos personajes protagonistas. Son los siguientes:

  • 'Luimelia'

Luimelia es el término resultante de la unión de los nombres de Luisita y Amelia, dos de las protagonistas de la recién desaparecida Amar es para siempre. La serie de Antena 3 marcó un antes y un después con la inclusión en 2018 de una trama romántica entre los personajes interpretados por Paula Usero y Carol Rovira. Tal fue el fervor por su historia que Atresmedia decidió en 2020 impulsar un spin off en Atresplayer Premium, con el propio Luimelia como título de una ficción que trasladaba a las jóvenes, cuyo romance en la serie matriz se desarrollaba en los años 70, hasta el mundo contemporáneo. La serie acabó contando con cuatro temporadas en la plataforma de pago del grupo.

  • 'Maitino'

Casi de forma paralela a Luimelia, TVE vivió un caso similar a través de Acacias 38, serial que La 1 emitió en su franja vespertina entre 2015 y 2021, con el romance entre los personajes de Maite y Camino, pareja a la que una parte del público empezó a referirse como Maitino. La televisión pública decidió también apostar por su historia más allá de la ficción matriz, ampliando su universo en un formato de podcast que vio la luz en julio de 2020. TVE prometió también un plan para impulsar un spin off propio con Maite y Camino del que aún no se conocen más noticias.

  • 'Luznhoa'

En junio de 2023, TVE volvía ser ejemplo con una trama en su serie diaria 4 estrellas, emitida en el access prime time de La 1, en la que además se visibilizaba la bisexualidad a través de los personajes de Luz y Ainhoa, interpretadas respectivamente por Ana Jara y Belén Écija. En este caso, al contrario de los anteriormente mencionados, la ficción daba un paso más allá, dándole importancia a la representación de las mujeres bisexuales, con ambos personajes definiéndose abiertamente en todo momento como tal. Tanto es así, que se llegó a producir un triángulo amoroso con un chico, un tercero en discordia que hizo tambalear la estabilidad de la pareja.

La relación en este caso se definiría de forma más adecuada como sáfica, un término empleado para las relaciones afectivas o sexuales entre mujeres, independientemente de su orientación sexual. Luz y Ainhoa se identifican en 4 estrellas como bisexuales y no como lesbianas, aun así, bajo el 'shippeo' Luznhoa, su historia igualmente ha sido acogida por mujeres lesbianas, desatando un fenómeno fan con cientos de seguidoras apoyándolas a través de las redes sociales.

  • 'Mafin'

El de Mafin -así las han bautizado sus fans- ha sido el último gran ejemplo que hemos visto dentro de la ficción española. Casi dos meses después de su estreno en Antena 3, la serie Sueños de libertad ofrecía el punto álgido del romance lésbico que se venía fraguando desde sus primeros capítulos. Se trata del protagonizado por Marta de la Reina y Fina, a las que dan vida respectivamente Marta Belmonte y Alba Brunet, que daban un paso más en su estrecha relación al darse su primer beso. La segunda se había mostrado abiertamente como lesbiana mientras que la primera, que está casada con un hombre ausente, empezaba a vivir un descubrimiento en su sexualidad. Por supuesto, como ha venido sucediendo con el resto de casos antes nombrados, Marta y Fina, a través del shippeo Mafin, ya cuentan con una gran masa de seguidores.

Las razones del fenómeno

Como vemos, existe un patrón evidente entre las cuatro ficciones, que han logrado movilizar desde el daytime de dos de las principales cadenas en abierto a un sector de la audiencia que sigue con fervor el transcurso de las relaciones entre sus personajes. Llegados a este punto, la pregunta es: ¿Por qué se produce una y otra vez este fenómeno? Una cuestión que desde verTele lanzamos a Paula Iglesias, vicepresidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+): “Es un reflejo de la ausencia de referentes que hemos tenido a lo largo de la historia y la necesidad de ver reflejada nuestra realidad también en la ficción. Esto hace que cuando se producen tramas sean muy seguidas por el colectivo de mujeres lesbianas”, asegura la responsable de la organización, que como mujer cis lesbiana afirma sentirse contenta con los avances que, poco a poco, se van consiguiendo. “La inclusión de tramas lésbicas en series diarias es algo que se recibe de forma muy positiva por parte del colectivo porque hasta ahora no contábamos prácticamente con referentes dentro de la ficción”, declara a este medio.

Un análisis que comparten Pablo Fajardo, coordinador de guion de la serie 4 estrellas (TVE) y Eulàlia Carrillo, coordinadora de guion de Sueños de libertad (Antena 3), con los que también hemos abordado esta cuestión. “Supongo que obedece a que, históricamente, ha existido una falta de representación con respecto a este tipo de historias. En este sentido, se ha llenado un vacío que los espectadores –claramente– han agradecido y apoyado. Por otro lado, creo que en los últimos años las series diarias en España se han acercado a este tipo de relaciones de una manera muy honesta y cercana, lo que ha provocado una inmediata conexión con el público”, reflexiona el primero.

La segunda coincide con esta razón y añade otro motivo, relacionado con la particularidad de este tipo de seriales: “Las series diarias, por su duración, permiten que las fans disfruten durante mucho tiempo de la historia. Pensad que una temporada tiene más de 200 capítulos. Si la serie fuera de seis capítulos, solo se comentaría durante una semana. En el caso de las diarias, las fans pueden seguir a los personajes y sus vicisitudes cada día, y durante años”, apunta la escritora, que reconoce que “Luimelia es uno de nuestros referentes”. “Sobre todo, porque, a pesar de todas las dificultades que tenían que sufrir Luisita y Amelia, su historia era una historia luminosa y esperanzadora”, añade Carrillo, que cree que la de Luimelia en Amar es para siempre “fue una historia preciosa contada de manera magistral”, por lo que “no me sorprende nada su éxito”.

Sobre todo ello hablaban también hace unos años Paula Usero y Carol Rovira, protagonistas de Luimelia, durante una entrevista con verTele con motivo del estreno de una de las temporadas del spin off: “Cuando estábamos en Amar veíamos que mucha gente nos seguía desde otros sitios pero no podíamos cuantificarlo. A raíz de que la serie tenga su propio espacio en la plataforma se puede cuantificar cuánta gente la ve. Y es cierto que muchísima gente, de muchísimos países de Sudamérica y Centroamérica, nos sigue. Nos han hecho muchas entrevistas en México porque hay una plataforma en la que se puede ver Atresplayer Internacional. Y aquí el fenómeno sigue creciendo”, declaraba Usero.

La actriz que daba vida a Luisita opinaba entonces que la historia de amor entre dos mujeres serviría para visibilizar a un sector de la población pero que sería, ante todo, una historia de amor. “En las series, todos necesitamos sentirnos identificados. Es raro ver una serie de dos chicas que se quieren y que no se subraye el hecho de que son dos tipas lesbianas”, señalaba en una idea que compartía Rovira. “No es una historia de amor lésbica, es una historia de amor. Punto”, aseguraba la intérprete, reconociendo que el revuelo se debía, como hemos mencionado a “la falta de referentes”.

La visibilidad lésbica en las series, ¿causa o filón?

La inclusión de tramas lésbicas en la ficción diaria española, reproduciendo algunos cánones en común entre ellas, ha podido causar cierto recelo en espectadores que ven una intención comercial detrás de esta visibilidad. “¿Puede que exista un interés en incluir tramas lésbicas para captar más audiencia? Puede ser, pero aunque el interés inicial sea ese, lo cierto es que si hay una buena representación del colectivo dentro de la ficción, esto tiene repercusiones sociales muy positivas. No sólo para las mujeres lesbianas, que al final, sienten su realidad representada y cuentan con más referentes, sino que también para las personas que no forman parte del colectivo y que pueden naturalizar la diversidad también dentro de las series. Porque las series deben ser un reflejo de la sociedad en la que vivimos”, responde Paula Iglesias, vicepresidenta de FELGTBI+.

Una premisa, esta última, en la que se apoya Pablo Fajardo, coordinador del equipo de guionistas de la serie de La 1, a la hora de responder ante estas dudas: “En general, las series diarias nacen con la voluntad de ser un reflejo de nuestra sociedad o de retratar un momento histórico determinado en el caso de las series de época. Si la sociedad en la que vivimos es diversa, ¿por qué no iba a serlo la ficción que aspira a retratarla?”, plantea el escritor, que no ve “una voluntad comercial” en la inclusión de estas tramas “sino un afán por visibilizar una realidad que está en la calle y que, a tenor de los datos, el público demanda y apoya. En cualquier caso, no creo que haya nada de malo en intentar captar a la mayor parte de la audiencia posible pues, en televisión, de ello depende la continuidad de cualquier serie”, defiende.

“No veo que las introduzcamos tanto”, considera por su parte Eulàlia Carrillo, guionista de la ficción de Antena 3. “En todo caso, ¿por qué no nos preguntamos por qué tenemos 'tantas' tramas de relaciones amorosas heterosexuales? Sencillamente porque son mayoritarias”, defiende. “¿Por qué no nos preguntamos si tiene 'interés comercial' explicar una historia de amor entre un hombre y una mujer y, en cambio, sí lo hacemos cuando es la de dos mujeres? Nuestra motivación, insisto, es contar historias que entretengan y gusten al máximo número de espectadores, obviamente mucho más allá de un interés comercial”, insiste.

Paula Iglesias destaca además lo positivo de que historias como las mencionadas se vean en series de época y con un público mayoritariamente más envejecido: “Esto puede hacer que esta diversidad llegue hasta una audiencia de mayor edad que quizá en su momento no ha podido ver visibilizado al colectivo en sus entornos más cercanos y ahora puede acercarse a él a través de la televisión y las series”, valora.

La interseccionalidad, la gran asignatura pendiente

Finalmente, pese a celebrar que “la visibilidad lésbica esté aumentando”, la representante del colectivo LGTBIQ+ destaca que “en la mayoría de casos se trata de personajes que son secundarios y sólo cuando se trata de series específicamente lésbicas las protagonistas son lesbianas”. “Lo deseable sería llegar a contar con personajes principales que fuesen mujeres lesbianas aunque la trama no esté centrada específicamente en su orientación sexual”, pide Iglesias, recordando una de las tareas pendientes de la ficción, nacional e internacional.

En ese sentido, Pablo Fajardo no ve “tan claro” que estemos cada vez más cerca de tener a personajes lésbicos como protagonistas de la ficción diaria y no formando solo parte de tramas secundarias: “Ya existen series más independientes o de nicho donde las relaciones lésbicas forman parte de la trama central. Pero en lo que respecta a las series diarias, éstas aún aspiran a captar a un espectro muy amplio de público. En este sentido, creo que la historia de amor principal seguirá girando bajo parámetros más clásicos”, augura el guionista de la serie de la cadena pública.

Además, Iglesias cree que ya es hora de “desterrar algunos estereotipos, como el de la lesbiana malvada o el de la lesbiana sufridora que acaba siempre muriendo en algún momento de la trama, que hay bastantes casos dentro de la ficción”. “O incluso últimamente el de la mujer lesbiana que busca casarse, formar una familia, y reproducir ese modelo tan heteronormativo”, añade, insistiendo en que se debe hacer cada vez más una apuesta por la interseccionalidad, dando voz y representación a otras realidades disidentes dentro del colectivo. “Se hace necesario que se visibilicen otro tipos de mujeres lesbianas que se salgan del patrón de mujer joven, guapa, con cuerpo normativo... Porque somos mujeres muy diversas, también somos mayores, migrantes, racializadas, podemos tener alguna discapacidad... Al final, todas esas interseccionalidades también deben ser representadas”, concluye.