Volando voy ha regresado hoy a Cuatro con la intención de poner el foco en la España vaciada subrayando las ventajas de esos lugares.
Para ello, Jesús Calleja contó con la presencia de Mercedes Milá en esta primera entrega de la nueva temporada, que se situó en León, la tierra natal del aventurero.
Sin embargo, no fue la presentadora la que se llevó todo el protagonismo del programa, sino dos abuelos “enamorados” que, sin tener experiencia televisiva, contaron una historia que conquistó a las redes.
“¡Qué historión de amor!”
El equipo de Cuatro se desplazó hasta el Valle de Laciana donde, en bici, recorrieron construcciones abandonadas, la historia de la minería del carbón en la comarca y zonas boscosas con mucho encanto.
Calleja aprovechó para charlar con algunos de los vecinos de la comarca que afronta ahora los problemas de la despoblación y dio con una pareja de abuelos que contó su difícil historia de amor.
Se enamoraron cuando eran jóvenes, pero los padres la mandaron a ella a Barcelona para que se olvidara de él. Entonces él se casó con otra y tuvo hijos, y ella hizo lo propio desde lejos: “Pero yo me casé por aburrimiento, porque antes estaba mal visto quedarse soltera, no fue por amor, porque yo ya estaba enamorada”, confesó refiriéndose a su primer novio.
Con el tiempo él se volvió a casar y separar, hasta que después de muchos años alguien le dijo que ella había vuelto al pueblo. Él corrió a buscarla y, aunque ella no le reconoció al principio, se fueron a comer juntos y fue entonces cuando continuaron la historia de amor que les habían paralizado.
“Ahora se pelea, antes se obedecía” reflexionaba ella sobre lo que había vivido, mientras él le besaba y aseguraba que siempre había estado enamorado de ella.
Las redes, que suelen llenarse de titulares que da Mercedes Milá, se centraron en halagar a una pareja que, con una sencillez abrumadora, enganchó a la audiencia con su historia: