Frank Cuesta: “Me ofrecieron meterme en política, pero para eso tienes que ser un mentiroso compulsivo”
Frank Cuesta vuelve la noche de este domingo a DMax con el estreno de su nueva aventura, “Wild Frank: Gorilas”. Una nueva temporada de su programa que le lleva hasta la República Centroaficana y en la que, por primera vez, acepta abrirse a los humanos hasta el punto de acabar afectado y romperse por la situación en el que es el país más pobre del mundo, según Naciones Unidas.
Vertele acudió a la presentación de esta nueva temporada y junto a otros periodistas pudo hablar con el herpetólogo y aventurero tanto de su programa como de asuntos como la política, las diferencias sociales, el animalismo o los problemas en las redes. Todo, como siempre, sin pelos en la lengua: “Si yo me meto en política sería el tío más corrupto del mundo”.
“Para qué diría nada del Puigdemont”
Para qué diría nada del PuigdemontCuando todavía nos estamos sentando a su alrededor, Frank Cuesta llama a Carolina Cubillo, la productora de Molinos de Papel, para reclamarle que se siente a su lado y así controlarle por si dice alguna burrada.
Y como ella le dice que luego va, puesto que tiene que cumplir con otros compromisos, uno de los periodistas bromea con que tendrá que “practicar la autocensura”, y Frank Cuesta deja claro que se ve incapaz de ello: “Mira cómo tengo a Catalunya encima mía. Para qué diría nada del Puigdemont, dando pie al comienzo de la entrevista.
Pero tienes encima a Catalunya, a algunos animalistas... ¿te compensa ser tan claro?
Catalunya no, cuatro gilipollas. Son cuatro gilipollas. Porque tengo amigos independentistas, no independentistas... lo que pasa es que estos días todo lo que sea política se toma demasiado a pecho, todo demasiado revolucionario. No hay ningún problema. Pelear está siempre bien.
¿Qué máster recomendarías estudiar a los políticos para proteger a los animales?
Primero, que estudien. Yo es que de políticos... A mí me han ofrecido ya meterme en política. Y si yo me meto en política sería el tío más corrupto del mundo.
¿Quién te lo ha ofrecido?
A vosotros os lo voy a decir [ríe].
¿Un partido de aquí de España?
Sí, de aquí de España.
"No puedes ser político si quieres decir lo que opinas"
¿Y por qué dijiste que no?
Porque tú no puedes ser político si quieres decir lo que opinas. Si quieres ser político tienes que ser un mentiroso compulsivo, tienes que saber engañar, tienes que saber embaucar, y yo no puedo. Cuando Zapatero dijo “no hay crisis”, yo hubiera salido y hubiera dicho: “¡Nos vamos a la mierda! ¡Guardar todo lo que podáis!”. No valdría para eso, no valdría nunca. Pero para todo se nace.
¿Por qué has dicho que serías el más corrupto?
Si tú tienes todo ese poder, al final te dice el jefe: tú di esto, y tú dices eso. Te van a caer sobres de eso, pone tu nombre y apellido, pero no has sido tú... “F. Cuesta”, ¡yo no he sido! Será Fernando...
¿Estás especialmente contento con lo de Cifuentes? [llegó a anunciarlo en plena rueda de prensa]
Esto era de gorilas... [ríe].
¿Pero qué te ha parecido que dimita?
La verdad... ¿os digo la verdad? No, es que no la puedo decir. Gorilas.
Pero si no eres político, tú sí puedes decir lo que opinas.
¿La verdad? Que a ver si se van todos a la mierda ya.
¿En tu nueva aventura te ha dejado más tocado la situación de las personas que la de los gorilas?
Lo que te afecta es que vuelves aquí y al día siguiente no te acuerdas ya. Eso es lo triste, que somos así. Damos prioridad a muchas cosas y no a otras. Yo estoy salvando un búho mañana en Tailandia, y mientras están muriendo 80 personas de hambre. Y yo le doy más importancia a ese búho que a esas personas, porque le pongo más énfasis. Eso es lo que te marca. El mundo ha evolucionado y los humanos hemos evolucionado de una manera que hacen que el mundo sea como es, aunque sea una frase hecha.
A mí todos esos que van de salvadores del mundo me parecen una panda de gilipollas. Porque el mundo hay que salvarlo donde estás. Hay que ayudar a la gente desde aquí. Si no somos capaces de ayudar la gente que está pidiendo comida tirada en el suelo, cómo vamos a ayudar a los animales o a la gente de África. Tenemos una manera de vivir que es sumamente hipócrita y egoísta.
¿Es la primera vez que sufres ese impacto?
Es muy bestia. Es que no es que sea pobreza, es que no tienen nada. Es que se mataban por una camiseta. Con una lata de sardinas se hicieron un coche para jugar los niños. No tienen nada, es que la gente no se lo puede imaginar. Es un sitio donde no hay basura, donde los niños van con algo de ropa si la tienen, o desnudos.
¿Qué opinas de las redes sociales, que ayudan a difundir los mensajes, pero generan un “activismo de clic” en el que no se actúa?
El problema de las redes sociales es que si no hay educación y valores, da igual que haya mil redes sociales. Es decir, si a ti en casa y en el colegio no te enseñan lo que es bueno y es malo, si no te dan una hostia cuando te la tienen que dar; bueno, cambio, si no te imponen una disciplina cuando eres más joven, que ya puede ser a modo castigo con una hostia o no, es muy difícil explicar a la gente. Yo no le puedo explicar a la gente algo si no tienen un background, una base. Te puedo decir: se está pasando muy mal, y tú me vas a decir: “Es que en España la gente se muere de hambre. Es que España esto y lo otro”. Y yo te voy a preguntar: ¿Has ido a algún sitio? “No, yo vivo aquí en Valladolid”. Es que si no has salido de tu zona de confort, te vas a quejar de tu zona de confort. Pero no sabes lo que hay fuera.
¿Conocer mundo?
El famoso refrán de Virgencita, que me quede como estoy. La gente no ha salido, mucha gente que te intenta dar lecciones en las redes sociales no ha salido de su zona de confort. Y una vez que sales, te das cuenta y te preguntas si estarás malcriando a tus hijos. Estos niños no tienen nada, y los míos tienen esto. Y no es que los estés malcriando, es que entre todos nosotros hemos conseguido que ellos no tengan nada para que yo tenga mi teléfono móvil, porque muchos de esos hombres se han metido en las minas, se han muerto, y las mujeres se han quedado con seis niños. Y es una máquina.
Es muy egoísta y muy hipócrita, y las redes sociales están llenas de percebes. Hay gente muy inteligente, pero también gente que no entiende que fuera de su casa hay otro mundo. Y que si se casa un día se cae, va a estar en ese mundo. Por eso es un problema de valores, de educación, y de disciplina sobre todo.
¿Te complace ver cada vez más animalistas?
El romanticismo de “soy animalista y quiero mucho a los animales” existe porque hay gente y empresas con mucho dinero que les interesa. Es así de duro, y así de cierto.
¿Otro problema es quedarse en compartir o en hacer un retuit, y no hacer más?
Es que eso va con valores. El refranero español es alucinante: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Da igual que yo haga mil clicks. Yo considero más animalista a un niño que da 5 euros al mes para una perrera de su pueblo, que a un tío que me ponga 3.000 posts en Internet. Hay que hacer. Si alguien tiene hambre, dale un bocadillo. No trabajes para que alguien le consiga un bocadillo. Tú consíguele el bocadillo. Ese es el activismo. Vete directo a lo que hay. Eso es lo que pasa en redes sociales.
¿Por qué crees que por decir eso se te ataca tanto?
Porque hay mucha gente que está enfadada por su situación. Mucha gente que dice que lo pasa mal y no sabe lo que es pasarlo mal. Y sobre todo porque hay demasiada dejadez en la gente, en no salir y decir: oye, que las cosas son así. Pero ha llegado un momento en el que muchos padres a los niños les dejan que jueguen a la Play todo el día, que vean la televisión todo el día o que hagan lo que quieran para decir: que no molesten. En vez de sentarse y decirles: esto es así. ¿Qué pasa? Que eso crea algo que es un cenutrio al final del día. Dices la palabra cenutrio y piensan que estás hablando de un animal de Sudamérica. El problema es valores y educación. Da igual cómo se lo digas, que si no hay una base...
¿Y la libertad de expresión, te influye?
Todo el mundo tiene libertad de expresión.
¿Si cada vez que dices algo te empiezan a atacar, eso es libertad de expresión?
Es que la libertad de expresión puede ser inteligente y no inteligente. El otro día yo puse “Viva España”, y me dijeron: “Es que tú quieres la bandera esa”. A uno le contesté: Pero si la bandera estaba también en la Primera República... su respuesta: “¡Y una mierda!”. Bueno, pues ya está. Libertad de expresión sí hay, lo que hay es mucha incultura. Muchísima manipulación. La gente no sabe nuestra historia, no la sabemos. Hay mucha falta de cultura general.