Aviso: Spoilers

Así fue el final definitivo de 'Entrevías', con el cara a cara más esperado y un emotivo cierre para Tirso Abantos

José Coronado como Tirso Abantos en el capítulo final de 'Entrevías'

Redacción verTele

Telecinco emitió este lunes 21 de octubre el capítulo final de Entrevías, su último éxito de ficción patria que deja un camino difícil de repetir para las próximas series de prime time. Un episodio definitivo que cerró el arco de Tirso Abantos tras cuatro temporadas, con el esperado cara a cara con Romero y una doble muerte que, pese a todo, dejó una sensación de satisfacción generalizada entre el público.

Aviso: la siguiente noticia contiene spoilers del final de 'Entrevías'

Como ya había promocionado Mediaset, el final de la serie protagonizada por José Coronado estuvo marcado por la misión definitiva del ferretero: acabar con el asesino de su nieta. Un deseo de venganza que había acompañado al personaje desde que tuvo que despedirse de Irene al final de la tercera temporada, y que llegó por fin en el cierre de este esperado último capítulo.

El objetivo de Tirso era Romero, el excomisario descubierto entregas atrás como el asesino en serie de Entrevías. Y aunque se le complicó en un principio el plan, terminó viendo cumplidos sus deseos de tenerle en un duelo cara a cara.

Antes de este enfrentamiento definitivo, la serie mostró el regreso del ferretero a casa después de demostrar su inocencia, y el compromiso adquirido con su familia para tratarse de su enfermedad e intentar ganar años de vida. Un 'pacto' que incluía también el compromiso de otros de sus seres queridos para poner su día a día en orden, con Jimena y Nelson retomando sus intenciones de abrir la Fundación, Santi recuperando la custodia compartida de sus hijos y Gladys reconciliándose con Pepe para salvar el bar.

El cara a cara más esperado de 'Entrevías'

Llegado el momento, y tras varios intentos frustrados, Abantos logró tender una trampa a Romero citándole en El Colorado, un edificio a punto de ser demolido con explosivos. Un lugar al que el personaje de Óscar Higares acudió con la intención de llevarse un maletín con un millón de euros, si lograba batir a Tirso en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

El corrupto, arma en mano, obligó al ferretero a dirigirse al interior del edificio para darle el botín. Sin embargo, este le puso un cebo y ambos quedaron encerrados en un contenedor mientras los operarios se disponían a volar por los aires la nave. Tirso estaba dispuesto a acabar con el asesino de su nieta aunque para ello tuviese que inmolarse con él.

En el momento clave apareció en escena Ezequiel (Luis Zahera), conocedor de los planes de Tirso, para salvar la vida de su amigo. El policía pudo parar la demolición y también la pelea entre Romero y Abantos, que estaba prácticamente abatido. Sin embargo, en un último coletazo, el corrupto dejó KO a su excompañero y procedió a escapar del edificio con el dinero.

Cuando parecía que el personaje de Higares volvía a salirse con la suya, un pequeño traspiés fruto del aturdimiento por la pelea le hizo detenerse, lo que ayudó a Tirso a alcanzarle pistola en mano. Y en ese cara a cara, no iba a dejarle escapar. El ferretero vació su arma en el pecho del asesino de Irene, cumpliendo finalmente con su venganza.

El emotivo final de Tirso Abantos

Tras este ansiado momento por el ferretero, Entrevías mostró a Tirso de regreso en su hogar, mirando por la ventana, tras un salto temporal indeterminado. Un momento del todo emotivo, pues dio a conocer el destino final del ferretero después de cumplir su propósito vital.

En esa escena final se vio al personaje de Coronado hablando con Gladys, con ella informándole de una nueva cita próxima para su operación. Una secuencia de despedida para los dos personajes que terminó con ella poniéndole música y saliendo de casa, dejándole a él descansar.

En la ensoñación del protagonista, la serie de Telecinco mostró el presente feliz de todos los personajes, incluido un plano de Santi entrando con sus hijos a la icónica ferretería. Todo, antes de ver a Tirso despertando de su descanso y reencontrándose con su nieta, fundiéndose con ella en un abrazo mientras su cuerpo inerte yace en el sillón.

Así las cosas, se dio a entender que Abantos renunció a la operación que podía salvarle la vida, y acabó muriendo por su enfermedad para reencontrarse con Irene en otra vida. El encargado de encontrarle muerto en casa fue Ezequiel, protagonizando con él la última escena de Entrevías:Hasta siempre, Tirso. Y como diría mi padre, contigo se va el último. Contigo rompieron el molde”.

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