Aviso, spoilers: a continuación se desvelará lo ocurrido en el capítulo final de 'Mi hija'.
Mi hija finalizó este domingo en Antena 3 con la emisión de la segunda parte de su capítulo 34. Con los grandes conflictos ya resueltos en la primera, esta última y definitiva quedó reservada mayoritariamente para la celebración de la boda doble entre Candar y Demir, por un lado, y Sevgi y Ugur, por el otro. Dos enlaces que no estuvieron exentos de sorpresas, pero tampoco de un problema que a punto estuvo de poner en peligro el gran día.
Mientras Candar descubría, para su felicidad, que Öykü y Demir le habían comprado en secreto el vestido de boda que quería, su marido estaba en un serio aprieto. Y es que Demir fue a la joyería junto con Cemal y Ugur después de que a este último se le olvidara recoger los anillos. La mala suerte quiso que los tres coincidieran en el local con unos ladrones, los cuales les acorralaron a punta de pistola. Afortunadamente, Demir y Cemal tuvieron el valor suficiente para abalanzarse contra ellos y, en un tenso forcejeo, quitarles las pistolas y facilitar su detención a manos de la policía.
Aún recuperándose del susto, Ugur y Demir tuvieron que pisar a fondo el acelerador para llegar a su propia boda. Una vez allí, Ugur dio la nota al quedarse completamente paralizado y sin habla al ver a Sevgi con su vestido. Tan paralizado, de hecho, que Cemal le tuvo que dar un medicamento para que espabilara, pero en vez de tomarse las dos gotas recomendadas, Ugur se tomó el bote entero y se mostró más activo de lo normal.
En cualquier caso, la boda al estilo turco fue todo un éxito para alegría de Öykü, que presumió de familia en el colegio. “En el pasado estaba sola, pero ahora tengo la mejor familia del mundo”, dijo la protagonista de la serie al leer en voz alta su última redacción.
Ya de noche y mientras se iba a la cama, Öykü emocionó a Candar con un “buenas noches, mamá” que cerraba por completo el viaje que ambas han vivido a lo largo de la serie. Algo que Mi hija también hizo a continuación con la propia relación entre Demir y Öykü. A través de imágenes de los primeros capítulos, la serie recordó que padre e hija no comenzaron con buen pie por la negativa del primero a reconocerla como tal. Sin embargo, poco a poco Öykü se fue ganando el corazón de Demir, que con el paso del tiempo fue viendo a la pequeña como alguien imprescindible de su vida.
Así se lo hizo saber, de hecho, a través de un cuento en forma de metáfora sobre un hombre y una ovejita. “La ovejita le enseñó muchas cosas buenas. Honestidad, rectitud, bondad y el volverse a levantar, sin rendirse ni quejarse aunque la caída hubiese sido terrible”, dijo Demir, para el que los más importante que consiguió la ovejita, como Öykü, fue transformar “a es hombre de corazón de piedra en padre”.
“El hombre le prometió que nunca le dejaría ir, y se convirtió en el hombre de hierro, su hija en la princesa guerrera y su madre en la más bella de todas. Vivieron felices por siempre jamás y nunca se separaron”, concluyó Demir su metafórico cuento para dirigirse directamente a su hija: “Me alegra que hayas llegado a mi vida. Y lo más importante, que seas mi familia. Gracias a eso estoy vivo”. “Nunca nos separaremos”, se prometieron para siempre él, Öykü y Candar, comenzando definitivamente una nueva y prometedora etapa como familia en su nuevo hogar.
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