Netflix estrena este viernes 3 de diciembre La casa de papel: Parte 5. Volumen 2, la temporada final y definitiva de la serie española de mayor calado mundial. Una producción local que arrancó su andadura televisiva en 2017 con grandes aspiraciones, y que se despide rodeada del secretismo que acompaña habitualmente a las grandes franquicias globales.
Quien haya seguido de cerca estos casi cinco años de trayectoria de la ficción creada por Álex Pina, sabrá que la prensa y la crítica 'de casa' siempre han llevado el proyecto en volandas. Desde esa primera presentación en el FesTVal de Burgos antes de su estreno a lo grande en Antena 3, hasta la última rueda de prensa celebrada el pasado martes 30 de diciembre en Vistalegre como única ventana a los medios españoles de una última temporada que se “vende” sola.
Decenas de entrevistas a los actores y creadores, reviews de los capítulos, críticas de las temporadas y un sinfín de contenido ha acompañado cada estreno de una nueva 'parte' desde el debut a su primer “final definitivo”, cuando los datos de audiencia no acompañaban y Netflix todavía no había descubierto la que terminaría siendo la gran joya de su corona. Así continuó en el camino a ese histórico Emmy Internacional recogido en Nueva York, y también en cada una de las temporadas estrenadas ya como un fenómeno... excepto el final.
La historia de una serie local que se hizo mundial
La historia de La casa de papel comenzó a escribirse a finales de 2016, cuando de la alianza entre Álex Pina y Sonia Martínez surgió la idea de producir un thriller policíaco que siguiese la senda abierta por Vis a Vis, y que sirviese como punto de partida de Vancouver Media, la nueva compañía audiovisual del excreativo de Globomedia. Se planteó como un proyecto de una única temporada y con un argumento ambicioso: el robo a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
Tras meses de producción y rodaje, y una intensa campaña promocional por parte de Atresmedia, el grupo de comunicación decidió lanzar su apuesta a lo grande. Consciente del 'caramelo' que tenía entre manos, la programó a continuación de un Real Madrid - Atlético de Madrid de semifinales de Champions League y se aseguró un seguimiento estratosférico que se tradujo en una audiencia de las que ya no se ven: 4.354.000 espectadores y un 25.4% de share.
Aquel dato fue el mejor de todos los que registró La casa de papel en su paso por la TV en abierto. A partir de ahí, la serie sufrió un paulatino descenso hasta cerrar la Parte 1 con un promedio de 14-15% de share, y la Parte 2 con cifras que oscilaron entre el 12.9% y el 9.8% de cuota. Estos números solo demuestran que la audiencia de la TV lineal no conectó con el relato como sí hizo después el público de plataformas, y dan más mérito si cabe a la apuesta de una cadena, Antena 3, que vio el potencial y que mantuvo la fe en el proyecto hasta iniciar con él la carrera a un Emmy Internacional que es histórico para la industria patria.
Lo que vino después, ya es de sobra conocido. A finales de 2017 aterrizó en el catálogo de Netflix, como otras tantas series del sello Atresmedia que han pasado por la plataforma como segunda ventana de emisión. Sin embargo, con LCDP fue diferente y pronto empezaron a notarse los síntomas: monos rojos y máscaras de Dalí por los carnavales de medio mundo, mosaicos en estadios de fútbol y crecimiento inusual de los seguidores en las cuentas de Instagram de los actores evidenciaron que algo estaba pasando. Y hasta ahora.
La plataforma de pago anunció en abril de 2018 que continuaría la historia con una Parte 3 que ha terminado derivando en una cuarta y una quinta, a caballo entre lo pertinente y lo que “está de más”, y caracterizadas por un carácter global tanto a nivel de producción, como en la estrategia.
La estrategia de Netflix con su serie fenómeno
Como resulta lógico, la estrategia de Netflix con una serie convertida en un fenómeno mundial, tiene que ser global. Las campañas nacionales de la etapa en Atresmedia dieron paso a un marketing internacional, con giras del elenco por las grandes capitales, baños de masas y eventos multitudinarios. Ocurrió ya en la Parte 3, para la que además se organizaron en un hotel de Madrid una intensa jornada de prensa con periodistas de todo el mundo, incluidos “los de siempre”.
En esa tercera temporada, además, los medios tuvimos la oportunidad de entrevistar a todo el elenco de actores y a los creadores para conocer los detalles de un regreso que estaba rodeado de expectación. Y como ocurre con el grueso de los estrenos, también se nos dio acceso a los llamados screeners que permiten a los críticos ver antes del “día D” los capítulos -previa firma de un acuerdo de embargo- para preparar los textos que se publican sin spoilers y con la única opinión de un especialista en ficción.
Así se procedió también con la Parte 4, sustituyendo los actos presenciales por las primeras videollamadas entre periodistas y actores en una recién empezada pandemia, y en el volumen 1 de la quinta temporada, que tenía el aliciente de ser “el principio del fin”.
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Las sesiones de entrevistas -llamadas junkets en cine y series- dan como resultado el posicionamiento de los actores (talents) en medios escritos y digitales de todo el mundo durante los días previos a los estrenos, algo imprescindible para la promoción de cualquier proyecto audiovisual que tienen en cuenta prácticamente la totalidad de las productoras y plataformas a nivel mundial. Y el envío de los screeners permite a los espectadores pulsar la opinión sobre un lanzamiento más o menos esperado, siempre con el compromiso y la garantía de que de ahí no sale ningún temido spoiler.
Esta estrategia, instaurada desde hace años en la industria del cine y de las series, parece no servir ahora a Netflix con La casa de papel, que quizás por evitar que se desvele alguna incógnita antes de tiempo, o quizás porque la promoción ya no es necesaria para un producto que se “vende” solo, ha optado por llegar al “día D” en el más absoluto secretismo. Desde un punto de vista comercial, no hace falta que nadie prescriba un producto que ya ha llegado a todo el mundo, más cuando estrellas internacionales, como Ed Sheeran o Becky G, ponen en su boca el título de la serie.
En lo que a la prensa española se refiere, y en contraste con lo que había ocurrido con cualquiera de las temporadas anteriores -y con cualquier estreno español de la misma compañía-, llegamos al día que termina el viaje de La casa de papel sin haberla podido arropar y acompañar como hasta ahora. Los junkets han sido reemplazados por el envío de una serie de entrevistas genéricas del reparto, obviamente las mismas para todos y sin opción de preguntas por parte del periodista, y los screeners no han existido.
En su lugar, Netflix optó por celebrar una rueda de prensa en la que la información más relevante que se ofreció -las posibilidades de producir una secuela- murió apenas unas horas después cuando en un evento para fans organizado en el Palacio de Vistalegre de Madrid se descubrió que lo que se había dicho a los periodistas por la mañana era falso, y que ya estaba en marcha el spin-off sobre Berlín con estreno previsto en 2023.
Así las cosas, la compañía de streaming ha decidido quemar en solitario el último cartucho del mayor fenómeno de la industria española. Porque, por más que la serie naciera aquí, su éxito ha hecho que se deslocalice, sin que este mercado sea ya prioritario para seguir dando rédito a la compañía. Esto, claro, en perjuicio de los medios que se fijaron en su día en un proyecto que ya es historia de nuestra TV.
Sobre el final de 'La casa de papel'
En verTele no podemos ofrecer esta vez a nuestros lectores una crítica de la temporada final de La casa de papel, ni los habituales balances y opiniones del reparto, por lo que nos limitamos a recoger lo que se sabe de los cinco últimos capítulos, cuyos títulos, al menos, ya conocemos. En estas líneas no hay peligro de spoilers, sino un único deseo: que el final de La casa de papel haga honor a su historia.
“Tokio ha muerto y el enemigo, herido y más temible que nunca, sigue dentro del Banco de España. En las horas más oscuras, la banda afrontará los mayores retos: sacar el oro con un plan lleno de incertidumbre, y tratar de salir del Banco de España, rodeado por el Ejército y con los ojos del mundo puestos en él. Todo sería más fácil si, al menos, el Profesor no cometiese el gran error de su vida”, reza la sinopsis oficial.
El reparto del Volumen 2 lo componen los intérpretes habituales: Álvaro Morte, Itziar Ituño, Pedro Alonso, Miguel Herrán, Jaime Lorente, Esther Acebo, Enrique Arce, Darko Peric, Hovik Keuchkerian, Luka Peros, Belén Cuesta, Rodrigo de la Serna y Najwa Nimri. Y sí, parece que habrá más de una sorpresa.
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