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'La diplomática' de Netflix aprueba el examen de la Embajada de EEUU
Al ser la Embajada de Estados Unidos en Londres el escenario principal de La diplomática, la delegación norteamericana se ha pronunciado sobre la serie de Netflix que protagoniza Keri Russell.
La actriz interpreta a Kate Wyler, una diplomática que se convierte en embajadora de Estados Unidos en mitad de una crisis internacional para la que ni ella ni su familia estaban preparadas.
Aunque desde la ficción, la serie creada por Debora Cahn transmite una idea más o menos fiel de cómo funciona el cuartel norteamericano, así que este no ha tardado en verificar algunos detalles del primer episodio, estrenado el pasado 20 de abril.
En un vídeo publicado en las redes sociales, Aaron Snipe, portavoz de la embajada, ha desvelado cuatro curiosidades que son reales, tal cual se han reflejado en la serie, y un error que ha sido detectado por el cuerpo diplomático.
En primer lugar, es cierto que, como dice la protagonista de la serie, hubieran transcurrido 50 años desde que la embajada fue ocupada por una mujer, pues la primera en hacerlo, Anne Armstrong, llegó al cargo de 1976. Desde entonces sólo hubo hombre al frente, siendo Jane Hartley la segunda mujer que asume el puesto. En este caso, ficción y realidad van de la mano.
Se advierte una pequeña diferencia en lo referente a la vivienda del embajador. Mientras que la embajadora real se acomoda en la Winfield House, la embajadora de la serie vive en el palacete de Wrotham Park.
No obstante, la serie sí se ha ceñido a los hechos al contar el origen de la residencia, que tanto en la serie como en la vida real fue comprada por un precio irrisorio. Tras la Segunda Guerra Mundial, la aristócrata estadounidense Barbara Hutton vendió el edificio al gobierno de su país por 1 dólar.
También es cierto, como se cuenta en la serie, que en el jardín de la residencia de la embajadora se celebran multitud de fiestas por las que han pasado Ed Sheeran, Duran Duran, Bastille y Annie Lenno. “Organizamos fiestas fantásticas”, admite el portavoz de la embajada.
Y otro acierto de la serie es el haber colocado un retrato de Winston Churchill en el despacho de la embajadora, justo detrás del escritorio.
Mezclando ficción y realidad, La diplomática ha provocado la reacción de la Embajada de Estados Unidos y, lo que es más importante, tiene enganchadas a millones de personas en todo el mundo, hasta el punto de que ya tiene garantizada una segunda temporada.
