Marci Liroff, coordinadora de intimidad de Hollywood, ha reaccionado contra The Idol, que con apenas tres episodios emitidos se ha ganado la aureola de serie más controvertida de HBO en años. La profesional se queja de que la serie utilice a su gremio como “el hazmerreír”. Eso sí, también reconoce que no todo lo que se muestra en la serie está tan alejado de la realidad como puede creerse.
La ficción cocreada por Sam Levinson (Euphoria) y protagonizada por Abel “The Weeknd” Tesfaye, ha sido criticada ya desde antes de su estreno por la convulsa producción, por el drástico cambio tonal, derivado del despido de la responsable original Amy Seimetz, y por el desagrado que parte del equipo señaló hacia el nuevo contenido, considerado como “una fantasía masculina”.
El revuelo en torno a The Idol no se ha trasladado a los datos de audiencia, buenos pero lejos de la aspiración de Levinson a estar ante “el fenómeno del verano”. Las críticas han sido mayoritariamente negativas, unidas a los comentarios reprobatorios sobre el contenido, persistentes durante sus primeras semanas. Liroff, por ejemplo, era contactada por Variety para exponer el sentir de los profesionales de este departamento de nueva creación sobre la visión que se da de su labor.
“Nos han usado de hazmerreír”
Scott Turner Schofield da vida a un neurótico coordinador de intimidad durante el primer episodio de la serie. Aparece en la escena en la que Jocelyn (Lily-Rose Depp) está sometiéndose a una sesión de fotos para la portada de su álbum. En un momento dado, ella se abre la bata y deja a la vista sus pezones, lo que enerva al coordinador, que recuerda al fotógrafo (Eddy Chen) que de acuerdo a lo estipulado por contrato, solo se pueden mostrar “el pecho de lado, por debajo o el costado”. El contrato había sido revisado por “la discográfica y su gente” y cualquier cambio sobre lo firmado conllevaría un retraso de 48 horas de la sesión.
No obstante, Jocelyn sigue adelante con su postura. “¿No tengo permiso para enseñar mi cuerpo?”, a lo que el coordinador se niega en rotundo. El conflicto se soluciona cuando el representante de Jocelyn, Chaim (Hank Azaria) encierra al coordinador y paga a un tipo para que bloquee la puerta hasta que la sesión termine.
“Tuve una reacción muy visceral. Estaba consternada”, reconoce Liroff, en cuyo currículo se incluyen títulos como This is Us o Desde cero. La coordinadora afirma haber vivido situaciones de tensión con directores o productores que no tienen claro o no están conformes con su presencia en el set. “Nuestra labor es muy similar a la de un coordinador de especialistas”.
En ese aspecto, pone de relieve que fue HBO quien estableció la norma de la coordinación de intimidad en los rodajes desde The Deuce, y la que ahora estrena una serie donde se “mofan” de este cargo. “Sentaron un estándar, que muchas otras plataformas y cadenas han seguido. Así que me sentí traicionada al ver que estaban riéndose de nosotros y de nuestro trabajo. Nos han usado de hazmerreír”.
Reconoce, pese a todo, que hay parte de realidad
No obstante, confiesa que, reflexionando en frío, lo que muestra The Idol también es “una representación muy ajustada a la realidad, aunque exagerada y llevada al extremo” de experiencias que ha tenido en rodajes. De hecho, cree que la reacción de Jocelyn no sería tan lejana a la de una artista que no hubiera tenido contacto hasta el momento con una coordinadora de intimidad. “Muchas veces me ha ocurrido que necesitaba hablar directamente con el talent, digamos que de alto nivel, y no poder hacerlo espefícamente con ella, lo que es una lástima”.
En suma, Liroff se muestra crítica por el enfoque aunque a la par sí señala cierta adecuación a la realidad. Además, defiende que, pese a lo publicado, Lily-Rose Depp ha sido franca al manifestar su compromiso con el proyecto “al 1.000%” como para considerar que estaba siendo “explotada”, como se ha llegado a publicar: “No es una actriz jovencita e indefensa que ha salido de la América profunda y de la que Hollywood se está aprovechando”.
En todo caso, recalca que su trabajo particular como coordinadora tiene “muchos matices y es complejo”. “Es muy complicado explicar lo que hacemos en una sola escena. Y esa escena nos ha tomado como el hazmerreír, en última instancia”.