Socialité ha servido este fin de semana como escenario para la reaparición, 22 años después, de Rafa López, concursante seminarista de Gran Hermano 4 que desapareció del foco tras su salida del reality y que ha vuelto ahora a la televisión para contar qué ha sido de su vida desde entonces.
En 2002, y con apenas 24 años de edad, Rafa decidió cambiar el internado seminario en el que vivía desde los once para ampliar sus vivencias en la televisiva casa de Guadalix. Sin embargo, al salir como tercer finalista se encontró con las puertas de la Iglesia cerradas: “Mi idea era volver. Estuve muy comedido dentro del concurso, pero mi congregación no entendió mi paso por GH”.
En el reality, el exconcursante empezó a descubrir su orientación sexual: “Gran Hermano no fue una puerta o un trampolín, fue un acantilado y me costó muchísimo asumirlo”, dice a ese respecto. Más de dos décadas después, prepara su boda junto a su pareja Ramón: “Llevamos más de 13 años y estoy aquí gracias a él”.
Además, Rafa cuenta en Socialité el complicado momento de salud por el que acaba de atravesar: “Hace seis meses me atacó una bacteria y se generó una enfermedad, el síndrome de Guillain Barre, que afecta al sistema nervioso. En 48 horas me dejó completamente inválido, pensé que era mi última noche. Tengo secuelas, pero se sale de esa enfermedad”.