Leticia Dolera retoma su 'Vida perfecta': “Todas las historias son políticas”
Los cuadros de ansiedad posparto son uno de de los temas principales de la segunda temporada de la serie Vida perfecta, ya disponible completa en Movistar+. El motivo por el que Leticia Dolera decidió abordarlos fue “una conversación que tuve con una amiga, que tenía un niño de cinco años y me comentó que durante el primero no conectaba con él. Sentía que se había equivocado y lo llevó fatal”. Lo que más impactó a la coguionista junto a Manuel Burque e intérprete de la serie fue que “no lo compartió con nadie por la culpa y la vergüenza que le daba”.
Así lo explica la actriz en una entrevista con verTele, en la que señala que los nuevos episodios cuentan “qué ocurre después de una catarsis o después de una crisis personal, de pareja o de trabajo”. “Las fichas del tablero de la vida de las protagonistas saltaron por los aires. Pero claro, luego vuelven a caer”, añade. “Se posa el polvo después de la fiesta y toca ver qué hacemos con él”, secunda Celia Freijeiro, Cris en la ficción, “entonces pasa algo muy bonito, por cómo las tres, de distinta manera, se desencorsetan y salen un poco de su zona de confort”.
En este universo, Dolera defiende que “las relaciones sexo afectivas” son un eje central, “porque son un terreno muy fértil para el conocimiento, madurar y enfrentarte a miedos muy profundos”. En contra del “punto de vista del romántico e idealizado con el que se nos ha contado el amor”, en Vida perfecta se preguntan: “¿Qué pasa después del 'y fueron felices'? ¿Qué pasa si tu mayor terror es el compromiso? ¿Y cuando se te desmonta el castillo de la pareja? ¿Qué pasa cuando estás en la pareja ideal y te quieres ir?”.
“Escuchamos para contestar, no para aprender”
En el caso del personaje de María, al que encarna la creadora, ha de enfrentarse a descubrir que “la maternidad no era lo que esperaba”. Algo que lo que va a ser fundamental “que vaya a terapia”. “Al principio se niega, que es lo que hace la mayoría de la gente. Estoy bien. No quiero ir a un sitio a que me pongan un espejo delante y hablar de cosas de las que no me apetece hablar”. Sin embargo, una vez se atreve a dar el paso, “le va a ayudar a enfrentarse a ese miedo casi atávico del que lleva huyendo muchísimo tiempo”. Aixa Villagrán, intérprete de Esther, aprovecha la promoción de la serie que “reivindicar” las visitas al psicólogo. “Ojalá todo el mundo fuera a terapia”, pide.
“No nos escuchamos”, lamenta, “leí una frase genial que decía 'escuchamos para contestar, no para aprender'”. Freijeiro le acompaña en su postura indicando que es también “reaccionamos a lo que nos dicen pero sin escuchar lo que nos está pasando a nosotros”. Algo que le sucede a su personaje y a su pareja en la ficción, Pablo (Font García), al no pararse y plantearse: “¿Qué relaciones tenemos? ¿Se puede tener una estabilidad, una madurez, una igualdad en una relación, y encontrar también la pasión ahí? O tengo que buscar la pasión fuera, tener otro tipo de relación? Y más allá de la serie, realmente, ¿cómo se tiene una relación sana, estable, madura, con compromiso?”.
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“Todas las historias son políticas”
El estreno de Vida perfecta llega semanas después del de Todo lo otro y Cardo, otras dos ficciones creadas y protagonizadas por mujeres. Circunstancia sobre la que Dolera defiende que “puede haber una sensación de cambio”, pero advierte que “habría que ver el panorama español para ver de qué estamos hablando realmente a nivel de estadística”. En este sentido, argumenta también que “todas las historias son políticas porque tratan de los vínculos y los tipos de relaciones que se establecen en una comunidad”.
De ahí a que sostenga que “poner a los hombres en el centro del relato y a las mujeres como objetos de deseo también es algo político. Poner a mujeres en el centro del relato, es político. El contexto social, cultural es político”.
Como cierre a la conversación, Dolera se pronuncia sobre una posible tercera temporada de la serie. Por el momento, la guionista se muestra satisfecha con el desenlace que han dado a la ficción. “Para mí esta es la temporada final porque los personajes están donde tienen que estar al final del último capítulo”, sostiene, “no sé cuándo van a salir ni qué habrá cuando salgan. Necesito vivir. Vida perfecta es un proyecto muy particular que nace mucho de mi. No es autobiográfica, pero sí me atraviesa mucho”. Aun así, espera que las puertas vuelvan a abrirse. “No te imaginas la pena que me da despedirme”, revela sobre el 'hasta luego' a María, Cris y Esther.
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