En nuestra mano está no solo ser ciudadanos respetuosos con el medio ambiente, sino también viajeros responsables con los entornos que visitamos. Al viajar generamos desechos, a veces más incluso que cuando estamos en casa, y nosotros somos los primeros que debemos tomar conciencia de nuestros actos a la vez que damos ejemplo con ellos.
Te vamos a dar unas cuentas ideas para ser un viajero respetuoso con el medio ambiente. Todas ellas valen igualmente para el día a día, pero estos seis consejos verás que son especialmente útiles cuando nos encontramos de viaje, y con ellos de paso le hacemos un favor al planeta.
1. Botella reutilizable
Suficiente plástico hay ya en el mar como para que colaboremos consumiendo nuevas botellas allá donde vayamos. Para evitar comprar agua envasada en botellas de plástico cada vez que tengamos sed, y por tanto generar nuevos desechos perjudiciales para el medio ambiente, la mejor opción es contar con nuestra propia botella reutilizable.
Las hay metálicas o de cristal reforzado, fácilmente lavables y rellenables. Vamos, como las cantimploras de toda la vida pero en bonito. En los destinos donde el agua del grifo sea potable además nos ahorraremos un buen dinero, y en los que sí o sí haya que consumir agua embotellada siempre es mejor comprar una gran garrafa de muchos litros y rellenar nuestra botella que comprar y desechar cada día nuevas botellas de plástico.
2. Cubiertos metálicos
Un instrumento imprescindible de todo buen viajero. Tener con nosotros unos cubiertos metálicos nos puede ser de gran ayuda en muchas comidas, y además, de paso, pueden hacerle un favor al planeta. En muchos puestos callejeros o de comida rápida es probable que te sirvan con platos y cubiertos desechables, la inmensa mayoría de las veces fabricados en plástico.
Pero ahí estarás tú, rechazando esos utensilios de plástico que acabarán en la basura, mientras sacas de tu mochila tus propios cubiertos metálicos que podrás usar una y otra vez. Además, si viajas por Asia y lo de comer con palillos no es lo tuyo, tampoco te vendrán nada mal.
3. Pajita metálica
Cada vez están más de moda y son de gran ayuda para el viajero. Hay pajitas metálicas de acero inoxidable que te permitirán prescindir de las extendidísimas pajitas de plástico. En muchos bares y restaurantes te sirven la bebida y, por sistema, le plantan una pajita de plástico, sea o no necesaria. Cada vez hay una conciencia mayor sobre el daño que ocasionan al medio ambiente y muchas ciudades se plantean prohibirlas, y mientras tanto en tu mano está rechazarlas.
De viaje las metálicas son unas compañeras muy útiles. En algunos países puede que al pedir un refresco te ofrezcan una lata o una botella directamente con una pajita de plástico, pero de nuevo ahí estarás tú para prescindir de ella y dar un buen ejemplo de viajero responsable. Muchas veces, incluso por higiene, una pajita metálica te puede sacar de más de un apuro.
4. Cepillo de dientes de bambú
Entre los cientos de cosas básicas para nuestro día a día que resultan estar hechas de plástico encontramos algo tan simple como los cepillos de dientes. Compramos, utilizamos y desechamos millones de ellos. Un elemento que, además, también necesitamos de viaje. Tirar a la basura un cepillo de dientes de plástico en según qué entornos puede convertirse en un elemento que terminará en un vertedero y, a la larga, posiblemente en el mar. Y pasarán mucho años, muchísimos, hasta que desaparezca.
Sin embargo, si utilizas un cepillo fabricado en bambú tienes la tranquilidad de estar utilizando un utensilio totalmente biodegradable hecho por completo por elementos naturales. Si este mismo cepillo lo desechas en el escenario del supuesto anterior más pronto que tarde la propia naturaleza se encargará de acabar con él sin suponer un riesgo para el medio ambiente.
5. Bolsa de tela
“Stop” a las bolsas de plástico. Este es otro buen ejemplo de rutinas que también deberíamos implantar en casa. Vas a la farmacia y te dan una bolsa de plástico, vas al súper y te dan otra, en la ferretería te dan otra más y en la frutería, para colmo, dos. Conclusión: llegas a casa con unas pastillas, un litro de leche, unos tornillos, unas manzanas, un melón y cinco bolsas de plástico. Y aquí, aunque se tomen medidas, de nuevo somos nosotros los encargados de rechazar semejante derroche plástico.
En casa podemos sustituir todas estas bolsas por bolsas de la compra reutilizables, pero de viaje las más recomendables son las de tela. Una bolsa hecha de algodón no pesa, no ocupa y se puede lavar fácilmente. Puedes utilizarla cada vez que hagas una compra y así evitar que te den nuevas bolsas de plástico. Además, si la tienes que desechar, al estar confeccionada con fibras naturales su descomposición será sencilla.
6. Crema solar ecológica
Cuando acudimos a destinos de playa, o en los que entran en juego el agua y el sol, sabemos que nuestra piel agradecerá que la protejamos con alguna crema solar. Sin embargo, está demostrado que las cremas que utilizamos como protección solar contaminan el agua, ya sea en mar, ríos, lagos, cenotes, etc. Las cremas desprenden peróxido de hidrógeno, altamente oxidante, que tiene efectos tóxicos sobre la vida acuática.
En su lugar podemos optar por cremas solares ecológicas respetuosas con el medio ambiente. Productos que se basan en principios activos naturales, sin tóxicos, orgánicos y no nocivos. No son tan fáciles de encontrar pero son un elemento básico de tu equipaje si viajas a destinos soleados y evitarás un caso típico en el que el turismo perjudica el medio ambiente.
7. Fiambrera metálica
Cuando viajas es probable que muchas veces estés de un lado para otro, sin posibilidad de pararte, y en ocasiones necesites pedir la comida para llevar. O quién sabe, quizá tengas la posibilidad de prepararte tu propia comida para tomarla más tarde o te quieras llevar las sobras de algún plato delicioso en un restaurante local.
Aquí es cuando una fiambrera metálica se vuelve infalible. Metálica, porque suelen ser más ligeras y resistentes que las de cristal, y eso en un viaje en fundamental. Con ella evitarás el uso de recipientes de plástico o poliestireno, materiales altamente contaminantes, que se suelen usar sin control a la hora de conservar y transportar comida. Si además la combinas con tus cubiertos metálicos y tu botella reutilizable ¿qué más podrías pedir?