Cinco pueblos bonitos repartidos por toda la geografía española a los que hacer una escapada de otoño

Con la llegada del otoño, ya son muchos los que planean una escapada de fin de semana a alguna de la gran variedad de pueblos y villas con encanto e historia que alberga España. Sin embargo, tener tantas opciones entre las que elegir puede complicar la tarea hasta el punto de terminar escogiendo un destino más cómodo y conocido.

Por ello, la asociación Los Pueblos más Bonitos de España -creada en el año 2011- se encarga de juzgar, catalogar, y en algunos casos galardonar, a todos los pueblos del país para que cualquiera interesado en el turismo rural conozca de primera mano las maravillas que alberga cada territorio.

La herramienta de difusión busca mediante sus reconocimientos promocionar, difundir, fomentar y preservar el patrimonio cultural, natural y rural en diferentes áreas geográficas. Juzgando, además, parámetros como el nivel de industrialización o de población, con el fin de poner en valor los enclaves más singulares a lo largo del territorio español.

Tener constancia de alguno o de varios de los pueblos catalogados como los más bonitos de España puede facilitar enormemente la tarea a la hora de preparar una visita de última hora. Estos son cinco pueblos bonitos repartidos por toda la geografía española a los que hacer una escapa de otoño.

Ponte Maceira, A Coruña

La pequeña aldea de Ponte Maceira, en la provincia de A Coruña, destaca por su conjunto monumental del siglo XIX, formado por el poblado primitivo, el antiguo molino, la presa, la capilla de San Blas y el Pazo de Baladrón. Además, el enclave cuenta con un puente Románico construido sobre el río Tambre en el siglo XIII, y que une los municipios de Ames y Negreira.

Otro de los puntos de interés es la galería de piedra del antiguo camino real, la cual se puede apreciar desde la calle principal, la denominada “Carreira de San Mauro”. Esta une las dependencias del Pazo con la Capilla de San Mauro, y en su interior es posible apreciar una docena de escudos de armas de algunas de las familias con más renombre de toda la comunidad autónoma de Galicia.

La ubicación destaca además por sus festividades, como la “Noche en Vela”, en la que se ofrece un concierto de música con tan solo la luz de 500 velas colocadas a lo largo del puente. Por otro lado, la villa es también un paso obligado durante el Camino Marítimo de Santiago, ya que une la ciudad del Apóstol Santiago con Fisterra.

Beget, en Girona

El municipio de Beget, en Girona, se encuentra alejado de gran parte de las grandes civilizaciones, lo que le ha permitido mantener su esencia y cuidar durante siglos su patrimonio único. El pueblo, de conocidos orígenes medievales, ha crecido alrededor de la iglesia de Sant Cristòfol de Beget, la cual fue construida entre los siglos X y XIII.

A lo largo de sus calles, es posible disfrutar del puente de dos puentes relativos a la Edad Media, los cuales cruzan el río Llierca y que fusiona las empedradas estructuras con las fachadas de los edificios colindantes.

Además, el enclave es el punto de inicio de muchas rutas de senderismo y ciclismo de montaña, por su cercanía a la naturaleza y por los productos locales que ofrece, perfectos tanto para hacer una parada antes del comienzo de una actividad como al término de esta.

Ciudad Rodrigo, en Salamanca

Ciudad Rodrigo es una villa situada al suroeste de la provincia de Salamanca con una larga historia de conflictos y ocupaciones de múltiples culturas. El enclave fue en sus inicios ocupado por los romanos, aunque también fue conquistado por bárbaros, árabes y cristianos.

Así, el territorio se intentó repoblar entre los años 1065 y 1072, a cargo del Conde D. Rodrigo, del cual la ubicación toma su nombre actual. Sin embargo, no sería hasta décadas después, en el año 1161, cuando se logró la tarea a manos de Fernando II de León.

El monarca sería durante años benefactor de la Ciudad, amurallándola y ordenando construir la enorme catedral que aún es posible apreciar. Además de esta construcción, Ciudad Rodrigo cuenta con varios monumentos religiosos y civiles más, entre los que destacan:

Baños de la Encina, en Jaén

La localidad de Baños de la Encina, en Jaén, en lo alto de Sierra Morena y cercana al pantano de Rumblar, destaca por su imponente fortaleza califal, ordenada levantar por al-Hakam durante la ocupación musulmana de la Península en el año 968. Esta fue objeto de múltiples batallas entre cristianos y árabes, ya que era considerada la puerta para acceder al resto de Andalucía.

Aun así, el territorio cuenta con gran variedad de patrimonio; como la iglesia de San Mateo, una construcción de origen gótico erigida en el último tercio del siglo XV, o la Ermita del Cristo del Llano, la cual destaca por su camarín barroco, considerado uno de los monumentos religiosos más impresionantes de todo el país.

De igual manera, Baño de la Encina atesora también una gastronomía muy vinculada a la tierra y las condiciones de caza y recolección antiguas llevadas a cabo en los montes cercanos. Por ello, su comida se caracteriza por un intenso uso de hierbas aromáticas, carne y verduras recién cosechadas.

Vejer de la Frontera, en Cádiz

En lo más profundo de la provincia de Cádiz, Vejer de la Frontera destaca por su singular situación, en lo alto de una colina y a tan solo 10 kilómetros de la playa de El Palmar, y por sus casas de fachadas blancas de gran valor monumental y paisajístico.

Además, a lo largo de la villa es posible disfrutar de varias construcciones de época antigua, como el Recinto Amurallado, la iglesia parroquial del Divino Salvador, el Castillo o el Molino de Viento. Por otro lado, destaca el núcleo rural de La Oliva, donde se ubica el Santuario de la Virgen de la Oliva, patrona del enclave.

Así, es posible disfrutar de todos los paisajes que rodean a Vejer de la Frontera gracias a los múltiples miradores con los que cuenta el territorio, que permiten disfrutar de magníficas vistas en cualquier dirección, los principales miradores son: