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No importa si ya has estado antes en París porque, como decía Charles Dickens, “¡Es el lugar más extraordinario del mundo!”. Pero si has estado previamente, sabrás cómo de agobiante puede ser visitar los lugares recomendados en todas las guías, y por los blogueros de referencia, cuando coincides en ellos con otros miles de turistas, todos y todas ataviados y ataviadas con sus cámaras, con las que no dejan de fotografiarlo y filmarlo absolutamente todo.
La sensación termina siendo la de estar en un circo, o en la cola de un espectáculo de masas, en lugar de frente a un paisaje o un monumento que puede enriquecerte personal y culturalmente. Y así, nuestro viaje poco a poco va perdiendo su sentido y su gracia. Es algo que no solo sucede en París, también en otras ciudades con el marchamo de “turísticas” como Kyoto, Londres o Barcelona.
Pero, al menos en París, nos quedan siempre planes B en los que poder disfrutar de la belleza y la luz del entorno sin el concurso de los “recolectores de selfies, fotografías y experiencias turísticas”. En este artículo te recomendamos diez lugares alternativos a las visitas más típicas en la capital francesa.
Jardín Botánico de París
En 1635, Luis XIII mandó construir un jardín de plantas medicinales que, a lo largo de sus casi 400 años de historia, ha servido como centro de investigaciones para botánicos, farmacéuticos y médicos, hasta llegar a convertirse en el actual Jardin des Plantes.
Además de ser uno de los parques más bonitos de París, en su interior pueden visitarse el Museo de Historia Natural y un precioso invernadero en el que plantas llegadas de todas partes del mundo conviven con preciosos tocones de árboles fosilizados o enormes cactus del desierto.
Está ubicado entre la Rue Linné, Rue Buffon, Rue Cuvier y Quai Saint Bernard y puede llegarse en metro (Austerlitz, líneas 5 y 10; Jussieu, líneas 7 y 10), en autobus (líneas 24, 57, 61, 63, 67, 89 y 91) o en RER (línea Austerlitz). La entrada es gratuita y en verano abre de 7:30 a 20:00 horas. En invierno lo hace de 8:00 a 17:30 horas.
Museé de l’Orangerie
A pesar de no ser un desconocido para el gran público, el Musée de l’Orangerie suele relegarse a un segundo plano en la mayoría de primeras veces en la capital francesa, normalmente, en pro de los enormes museos del Louvre u Orsay. Con este último comparte temática, centrada en el movimiento impresionista, con la diferencia de ocupar una superficie casi diez veces menor.
Sin embargo, es aquí donde se encuentran ocho de las más de 250 obras que Claude Monet pintó dentro de la serie conocida como “Los Nenúfares” y, aunque no son las únicas obras que pueden visitarse dentro de este palacete del siglo XIX, los enormes lienzos de más de seis metros de longitud que cuelgan sobre las dos salas ovaladas y perfectamente inmaculadas de la planta superior hacen, por sí mismas, que la visita merezca la pena.
Se ubica en los Jardines de las Tullerías, junto a la Plaza de la Concordia, y puede llegarse en metro (Concorde, líneas 1, 8 y 12) y en aAutobús (líneas 24, 42, 52, 72, 73, 84 y 94). El precio para adultos es de 12,5 euros, pero los menores de 18 años y los ciudadanos de la Unión Europea entre 18 y 25 años tienen entrada gratuita.
Instituto del Mundo Árabe
Este edificio, construido en 1987 por Jean Nouvel para dar a conocer y mejorar las relaciones entre Francia y Europa, y el mundo Árabe, tiene una fachada construida a base de módulos de celosías móviles de aires árabes, que se abren o cierran según la cantidad de luz que reciben.
Por fuera es una preciosidad pero merece la pena entrar al edificio y admirar de cerca esta pequeña obra de ingeniería, los juegos de luz que produce en el interior y, además de visitar las exposiciones que se programan regularmente, subir hasta la terraza y deleitarse con las impresionantes vistas sobre el Sena.
El Instituto del Mundo Árabe (IMA) está en la confluencia del Bulevar San Germain con el río Sena, junto al puente que conduce a la isla de San Luís y a un embarcadero.
Memorial de la Shoah
Aunque no es una visita fácil, este lugar de memoria al genocidio de los judíos conmueve por la mezcla de crudeza y delicadeza con la que se muestran las miles de pruebas, documentos y fotografías que recuerdan el horrible episodio de la historia judía durante la Segunda Guerra Mundial.
Especialmente emotivos resultan el Muro de los Nombres, en el que pueden leerse los nombres y apellidos de los más de 76.000 judíos deportados desde Francia, y su cripta, en la que una llama eterna rinde homenaje a los seis mil judíos que murieron sin sepultura. Este museo abrió sus puertas en enero 2005, en el barrio Marais.
Mercado de las Pulgas
El Marché Aux Puces de París es el mercado callejero más grande de la ciudad y uno de los más importantes del mundo, por lo que no debe faltar en tu visita si te apasiona encontrar reliquias y darles una segunda vida.
Alejado del centro turístico, pasear por sus calles -porque este mercado de las pulgas es como una ciudad en sí misma- es como hacerlo por un París diferente, alejado de la elegancia que normalmente se le atribuye, y en el que podrás encontrar muebles antiquísimos, discos y libros de segunda mano, ropa y bolsos vintage de diseñadores franceses, e infinidad de cachivaches que llevarte en la maleta. Abre los viernes de 8 a 12 horas y el sábado, domingo y lunes de 10 a 18 horas. Se sitúa a pocos metros de la salida del metro Porte de Clignancourt
59 Rue Rivoli
¿Qué hace una casa okupa en la calle más pija de París? Pues, ahora mismo, ser uno de los centros de arte alternativos más interesantes de la ciudad ¡y uno de los más queridos por los parisinos!
Desde que, en 1999, un colectivo de tres artistas denominado KGB okupara este histórico edificio abandonado, entonces perteneciente al Banco de Crédito Lionés, su interior comenzó a llenarse de talleres de artistas emergentes, exposiciones temporales y muestras de arte en cada uno de sus rincones.
Hoy en día, la iniciativa se encuentra regularizada, la entrada al edificio es gratuita y, en su interior, se puede ver a los artistas, llegados de todas partes del mundo, trabajando en sus curiosas obras- que también se pueden comprar- además de una galería con exposiciones temporales. 59 Rivoli se encuentra a escasos 10 minutos a pie del museo del Louvre y a 7 minutos de la Sainte-Chapelle y la Conciergerie.
Cementerio Père-Lachaise
Aunque dentro del turismo de cementerios (que lo hay) puede que sea el más famoso del mundo, el Pére Lachaise suele quedar fuera de los imprescindibles de París a pesar de que los propios parisinos lo consideran como un parque más dentro de la ciudad.
Además de merecer una visita por su tranquilidad y atípica belleza, en este enorme camposanto descansan los restos de infinidad de personajes célebres como María Callas, Jim Morrison (cuya tumba es la más visitada del cementerio), Edith Piaf, Oscar Wilde o la foto-periodista Gerda Taro, entre otros.
De noviembre a marzo abre de 8 a 17.30 horas, de lunes a viernes; los sábados de 8.30 a 17.30 horas y los domingos y festivos de 9 a 17.30 horas. De finales de marzo a octubre abre de 8 a 18 horas de lunes a viernes; los sábados de 8.30 a 18 horas y los domingos y festivos de 9 a 18 horas. Se llega en metro en las líneas 2 y 3, bajando en las estaciones Philippe Auguste y Père-Lachaise.
IX Arrondissement
Si ya has estado en París, seguramente hayas caminado por sus calles sin saberlo, pues este es el lugar en el que se ubican las famosas Galerías Lafayette o la majestuosa Ópera Garnier.
Sin embargo, dentro del propio arrondissement, el distrito Saint-Georges esconde decenas de pintorescas cafeterías, pubs, restaurantes y boulangeries que merece la pena explorar sin prisa, dejándose atrapar por una atmósfera a caballo entre el glamour más opulento y el París más auténtico.
Mercado de Belleville
Aunque no tiene la fama de otros barrios de París, el que fuera el antiguo barrio chino de la capital, es hoy un crisol cultural y religioso que bien merece una visita, especialmente, si esta se reserva para los días de mercado.
Este es uno de los mercados más típicos de París y, en él, cada martes y sábado del año, cientos de productores locales montan sus puestos para que, entre ellos, puedas encontrar casi cualquier delicia del territorio, además de algunos puestos de flores y músicos callejeros que le dan el toque parisino a la experiencia. Se llega en metro bajando en la parada Couronnes.
Camping de París
Nuestra última recomendación es que, la próxima vez que visites París -una de las ciudades más caras del mundo- tengas en cuenta la posibilidad de alojarte en el camping situado a poco más de 10 kilómetros del centro, a orillas del Sena.
El camping, además de las típicas parcelas para tiendas de campaña o autocaravanas, dispone de varias cabañas de madera en las que no echarás de menos ninguna comodidad. Pero lo mejor del Camping de París es su privilegiada conexión con el centro de la ciudad a través de sus carriles bici. Una experiencia diferente para un París diferente.