A lo largo de todo el territorio español encontramos múltiples caminos naturales, perfectos para disfrutar del entorno y de una jornada de senderismo con familia y amigos. Desde imponentes cascadas hasta escarpados montes, la zona septentrional de la península alberga algunos de esos espacios idóneos en los que practicar actividades al aire libre.
El Principado de Asturias, entre las comunidades autónomas de Galicia y Cantabria, se erige como una opción entre las que efectuar diferentes rutas de senderismo con acantilados, bosques y caminos reales. Estos son algunos recorridos fáciles con los que descubrir las maravillas que ofrece la comunidad autónoma.
Acantilados del Infierno, en Ribadesella
La ruta de los Acantilados del Infierno, en Ribadesella, es uno de los principales recorridos del territorio astur. Esta no solo destaca por su sencillez, sino también por albergar múltiples esculturas de roca esculpidas por el mar durante siglos.
El trayecto lineal, de 5 kilómetros y medio de longitud y una duración de 1 hora y 45 minutos a pie, parte desde el área recreativa de Cuerres y transcurre por escarpados acantilados tallados por las fuertes mareas de la zona a lo largo de todo el recorrido.
Para comenzar la ruta habrá que dirigirse al pueblo de Cuerres, cerca de la playa de Guadamía. A partir de ahí, el recorrido no atraviesa un camino propiamente marcado, sino que transcurre entre diferentes opciones e itinerarios por sendas y prados, siguiendo todo el trayecto marcado por la línea costera.
Tras un kilómetro de recorrido, ya será posible apreciar algunos de los acantilados más llamativos, como el de Castro Arenas o el Del Tomasón. Una vez recorridos los primeros dos kilómetros, será posible tomar una desviación a la izquierda hacia la villa de Cuerres, pero es recomendable seguir recto para continuar con el recorrido.
Al continuar por el trayecto es posible disfrutar de otros acantilados, principalmente el de Palo Verde —el cual cuenta además con un islote con el mismo nombre— o los acantilados del Infierno, los cuales dan nombre a la ruta. Tras apreciar dichas joyas naturales, se presentan dos posibles caminos, el de la izquierda vuelve hasta el lugar de comienzo de la ruta, y el de la derecha continúa hasta el pueblo de Ribadesella.
Ruta del hayedo de Montegrande y Cascada del Xiblu, en Teverga
Una de las principales opciones para disfrutar de la naturaleza que ostenta el principado es la ruta por el hayedo de Montegrande y la cascada del Xiblu, en Teverga, en la cual es posible disfrutar de la singular fauna y flora con la que cuenta el territorio.
El recorrido, de algo más de 6 kilómetros y medio de longitud y de 2 horas de duración, atraviesa un gran hayedo hasta llegar al Xilbu, un conjunto de tres cascadas que precipita su agua monte abajo. El trayecto se encuentra totalmente señalizado y cuenta con una marcada pista, lo cual lo vuelve una elección adecuada incluso para realizar junto a los más pequeños de la casa.
Para comenzar el itinerario, habrá que llegar al aparcamiento de la Braña La Puerca, situado en la carretera AS-228, tras pasar la localidad de Parmu. Desde allí, y tras menos de un kilómetro de recorrido, será posible ver la Fuente de los Leprosos y la boca de una antigua mina de carbón.
A continuación, habrá que seguir el sendero, que transcurre a pie del río Fundil, hasta una bifurcación. De esta manera, para proseguir la ruta será necesario tomar el camino de la izquierda en sentido contrario a la corriente del río.
Tras continuar por el sendero, las cascadas serán visibles en unos pocos kilómetros. El recorrido es lineal, por lo que habrá que volver por el mismo camino hasta llegar al aparcamiento. Por otro lado, existe la posibilidad de continuar por el recorrido hasta llegar hasta el pueblo de La Foceicha, con una duración similar que si se realizase el recorrido de vuelta por el trayecto inicial.
Ruta A Paicega, en Pesoz
Una ruta que destaca por su sencillez y la historia que la rodea es la de A Paicega, en Pesoz, la cual pasa por el Palacio de Manuel Monteserín García —también conocido como Palacio de Ron— y otras fincas antiguas rodeadas por un bosque de abundantes castaños.
Se trata de un recorrido lineal, de algo menos de 6 kilómetros y medio de longitud y una duración estimada de 2 horas y media, que transcurre por múltiples construcciones y poblados de siglos pasados entre los que es posible descubrir la historia de la zona.
El recorrido comienza en Pesoz, desde donde habrá que ascender por un bosque de robles y castaños, que posteriormente se verán recubiertos por pinos en la parte alta. Así, habrá que continuar siguiendo las señalizaciones hasta el pueblo de Sanzo.
De la misma manera, habrá que continuar sin desviarse hasta acceder a una pista señalizada como AS-12, la cual dirige hasta A Paicega. A lo largo de este recorrido será posible descubrir un antiguo poblado —actualmente deshabitado— de mediados del siglo XX cerca de la presa del embalse de Salime.
En esta zona también será posible disfrutar de vistas panorámicas al río Navia y las sierras circundantes de la zona. Tras continuar por el recorrido, habrá que seguir el itinerario hasta volver al pueblo de Sanzo por la pista anterior.