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El misterio de las Líneas de Nazca

Las Líneas de Nazca son un símbolo inconfundible de Perú, un misterio con siglos de historia que aún hoy sigue sin resolver. ¿Por qué están ahí? ¿Qué significado tienen? ¿Cuál era su función? ¿Cuántos años tienen? ¿Fueron realmente los Nazca quienes las hicieron?

Se han oído teorías de todo tipo, incluso de quienes le quitan el mérito a los Nazca y se lo otorgan a los extraterrestres. Quién sabe. Nada está claro. Pero de un modo u otro, fuera una cultura precolombina o unos parientes lejanos de E.T., la importancia de las Líneas de Nazca es tal que el Comité de la UNESCO las declaró Patrimonio de la Humanidad en 1994.

Todo es confuso ¿cómo es posible que tantos siglos atrás se pudieran dibujar unas figuras tan perfectas y de semejante tamaño que sólo se pueden divisar desde el aire?

Líneas de Nazca: Qué. Quién. Dónde. Cuándo. Cómo. ¿Y por qué?

Algunas de estas cuestiones son más sencillas de responder, pero otras aún resultan imposibles de esclarecer.

¿Qué? Las Líneas de Nazca son geoglifos, es decir, dibujos realizados en planicies o cerros. Algunos son simples líneas rectas y otros complejos dibujos zoomorfos, fitomórficos o geométricos. Se pueden distinguir cerca de 800 figuras en total.

¿Quién? Se cree que el responsable de estas líneas es el pueblo Nazca.

¿Dónde? En Perú. En las Pampas de Jumana, en el desierto de Nazca, en la región de Ica, en los valles de Nazca y Palpa. Las líneas se extienden en una superficie de más de 500 km². La nula lluvia del lugar ayuda a su conservación.

¿Cuándo? Se desconoce la fecha exacta, pero al ser atribuido al pueblo Nazca se datan en algún momento entre el s. I a.C y el VII d.C. La primera referencia que se tiene sobre estas “señales” es la del español Pedro Cieza de León en 1547.

¿Cómo? Para marcar las líneas se procedió a retirar la primera capa de la superficie, más oscura, y dejar al aire una inferior, más clara. Es decir, las líneas son surcos en el terreno de entre 40 y 210 cm de ancho y algunos pueden alcanzar los 275 m de largo. ¿Cómo se consiguió semejante precisión desde la tierra teniendo en cuenta que entonces no se podían observar desde el aire? Se cree que mediante cuerdas y estacas, pero con su tamaño y extensión… no es tan fácil de imaginar.

¿Y por qué? Esa es la gran incógnita ¿Por qué? ¿Para qué? Ofrendas a los dioses, un calendario, centros de adoración, líneas rituales, un centro astronómico… las hipótesis son muchas y todas válidas, hasta la del mapa extraterrestre, por qué no. El caso es que las investigaciones no terminan nunca de alcanzar una única conclusión.

Cómo visitar las Líneas de Nazca

Visitar y disfrutar las líneas de Nazca no es nada difícil. Eso sí, habrá que llegar por carretera ya que el aeropuerto de Nazca no tiene tráfico regular y únicamente se emplea para las avionetas que sobrevuelan las Líneas. Pero que no cunda el pánico, en Perú hay líneas de autobuses que son de auténtico lujo.

Nazca se encuentran a unos 450 km al sur de Lima, a unos 650 de Cuzco y a otros 570 de Arequipa, tres de los principales puntos turísticos del país. Más cerca se encuentran Paracas e Ica, a 205 y 150 km respectivamente, dos destinos muy visitados también y que bien merecen una parada.

Para visitar las Líneas de Nazca lo mejor es contactar con una de las compañías que realiza las visitas en avioneta (o mejor aún con todas ellas para poder comparar precios) y reservar con antelación nuestro vuelo. Las aerolíneas más populares y más reconocidas son Alas Peruanas, Aero Paracas, Aero Nasca o Aero Diana, pero hay muchas más. Además de volar desde Nazca también hay compañías que ofrecen visitas despegando desde Pisco o desde Ica.

Las aerolíneas suelen ofrecer distintos tipos de tours dependiendo del número de figuras que se quieran divisar desde el aire. El circuito clásico comprende 12 geoglifos, dura unos 30 minutos y ronda los 325 soles peruanos, unos 88 euros. La ruta estándar incluye los dibujos de la ballena, el perro, el alcatraz, los trapecios, el cóndor, el papagayo, el astronauta, la araña, el árbol, el mono, el colibrí y las manos, pero hay vuelos más largos que llegan a divisar hasta 20 geoglifos.

La experiencia de sobrevolar las Líneas de Nazca

Sobrevolar las Líneas de Nazca es una experiencia de esas que no se olvida, aunque es una decisión que puede costar tomar. Los vuelos que sobrevuelan Nazca tienen una historia negra a sus espaldas y es que hace ya cosa de una década los accidentes se sucedieron con demasiada frecuencia, Nazca se cobró muchas víctimas y los problemas con las avionetas se convirtieron en algo más común de lo deseado, sobre todo turísticamente hablando. Hoy todo ha cambiado, los controles y los requisitos de las compañías exigen altos niveles de seguridad y los vuelos sobre las Líneas de Nazca han conseguido limpiar su fama.

Como decíamos, es conveniente reservar el vuelo con antelación y una vez en Nazca la compañía nos trasladará desde el pueblo hasta el aeropuerto María Reiche Neuman. Allí en el mostrador correspondiente confirmaremos nuestro vuelo y pasaremos a esperar a una sala donde una televisión entretiene e informa con documentales sobre las Líneas de Nazca. Media hora antes de emprender el vuelo la compañía nos avisará de algo crucial: el momento de tomarse la biodramina, algo altamente recomendable pues de no hacerlo los mareos están asegurados, y puede que ni incluso así te libres de ellos.

Las avionetas son pequeñas, generalmente de entre 5 y 10 pasajeros, y los vuelos son moviditos. Los pilotos inclinan sus aviones haciendo círculos sobre las figuras para que todo el mundo pueda ver a la perfección desde su ventanilla cada uno de los geoglifos. La ballena, el perro, el alcatraz… así hasta doce, y a la segunda ya hay quien se puede estar acordando de la biodramina y de si realmente servirá para algo. Piloto y copiloto identifican y comentan cada una de las figuras para no perder detalle, la mayoría son muy fáciles de distinguir y al final, y con ganas de más, los 30 minutos sobre las Líneas de Nazca… “se pasan volando”.