Un plan para cada mes del año: por qué visitar estos destinos en 2025 (y el mejor momento para hacerlo)
Cada lugar tiene su momento perfecto. Ya sea por eventos o celebraciones especiales, porque las estaciones transforman los paisajes o porque tienen lugar festividades que destilan cultura y tradición. El caso es que planificar un viaje con el calendario en mente puede ser la clave para descubrir lo mejor de cada destino. De enero a diciembre, aquí tienes una docena de propuestas para que sepas cuándo, dónde y por qué viajar en 2025.
Hemos recopilado 12 destinos muy variopintos, uno por mes, para que puedas elegir entre una amplia variedad de planes. Ya sea para llevar a cabo grandes viajes, como ir a Japón o a Islandia, o para hacer pequeñas escapadas nacionales, como descubrir por qué es famoso Acehúche, en Cáceres, o cuáles son los mejores bosques cuando llega el otoño. De manera que si eres de los que empiezan el año con la mente puesta en los futuros viajes, toma buena nota para coger nuevas ideas.
Enero: Acehúche, Cáceres – Las Carantoñas, una tradición peculiar
Acehúche, un pequeño pueblo en Cáceres, se convierte cada enero en el escenario de una de las fiestas más singulares de España: Las Carantoñas. Del 19 al 21 de enero de 2025, esta tradición ancestral rinde homenaje a San Sebastián con una peculiar procesión en la que los hombres del pueblo se visten con pieles de animales y máscaras aterradoras para representar a las fieras que protegieron al santo. La mezcla de devoción, misterio y teatralidad transforma las calles en un espectáculo único.
Además de disfrutar de esta celebración, enero es un momento perfecto para explorar el encanto rural de la región. Puedes combinar tu visita con una escapada a otros puntos de interés de la provincia, como el Parque Nacional de Monfragüe o el casco histórico de Cáceres, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Febrero: Venecia, Italia – El Carnaval más famoso del mundo
En febrero, Venecia despliega todo su esplendor con su célebre Carnaval. Desde el 15 de febrero hasta el 4 de marzo de 2025, la ciudad se llena de vida con desfiles, bailes de máscaras y espectáculos que evocan el romanticismo de tiempos pasados. Podrías participar en fiestas privadas en los palacios venecianos, aunque quizá te baste con pasear por los canales disfrutando del ambiente mágico que se respira en estas fechas.
Pero Venecia es mucho más que su Carnaval. Este es el momento ideal para perderte por sus callejuelas, visitar iconos como la Basílica de San Marcos o el Puente de Rialto y degustar platos locales como los bigoli in salsa o el risotto al nero di seppia. Todo ello, envuelto en la esencia de una ciudad que parece salida de un cuento.
Marzo: Dublín, Irlanda – San Patricio y su espíritu festivo
El Día de San Patricio, el 17 de marzo, convierte a Dublín en el epicentro de una celebración que trasciende fronteras. Durante esta festividad, las calles de la capital irlandesa se llenan de desfiles, conciertos y actividades culturales que culminan con la tradicional iluminación de edificios emblemáticos en verde. La Guinness Storehouse organiza eventos especiales y es el lugar perfecto para brindar por el patrón de Irlanda.
Además, marzo marca el inicio de la primavera en la isla esmeralda, lo que lo convierte en un mes perfecto para explorar otros rincones cercanos, como Howth, con sus impresionantes acantilados, o el Valle de Glendalough, un refugio natural con monasterios medievales.
Abril: Kioto, Japón – Hanami y la belleza de los cerezos
En abril, Japón vive una de sus tradiciones más hermosas: el hanami o la contemplación de los cerezos en flor. Kioto es uno de los lugares más emblemáticos para disfrutar de este espectáculo natural. El Camino del Filósofo, el Parque Maruyama o el templo Kiyomizudera son escenarios de enorme belleza donde los pétalos rosados contrastan con la arquitectura tradicional y crean una atmósfera de ensueño.
Además, esta ciudad histórica ofrece mucho más que flores. Abril es un mes ideal para visitar sus templos, porque ni hace tanto frío ya ni aún hace demasiado calor, así que apunta planes como el Pabellón Dorado (Kinkakuji), perderte en el Bosque de Bambú de Arashiyama o probar la cocina kaiseki, una experiencia culinaria que refleja la delicadeza de la cultura japonesa.
Mayo: Córdoba, España – Los Patios en flor
La primavera alcanza su máxima expresión en Córdoba durante el Festival de los Patios, celebrado este año del 5 al 18 de mayo. Las casas del casco histórico abren sus puertas para mostrar patios repletos de geranios, claveles y jazmines, en una explosión de color y fragancia que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Aprovecha la visita para recorrer la Mezquita-Catedral, el Alcázar de los Reyes Cristianos y el Puente Romano. Y, por supuesto, no te vayas sin degustar la gastronomía local, porque (con razón) no encontrarás un salmorejo o unos flamenquines como los que se preparan aquí.
Junio: Islandia – Sol de medianoche y paisajes de postal
El verano en Islandia ofrece un fenómeno natural fascinante: el sol de medianoche, que ilumina el país las 24 horas del día. Ese momento en el que el sol nunca llega a ponerse y el cielo se llena de tonos rojos, rosas y púrpuras hasta las primeras horas de la mañana. Esto te permite explorar maravillas como la Cascada Gullfoss, el Parque Nacional Thingvellir o los glaciares de Vatnajökull sin preocuparte por el reloj.
Junio también es ideal para avistar frailecillos en sus colonias costeras o embarcarte en una excursión para observar ballenas en Húsavík. Y para relajarte tras un día de aventuras, nada mejor que un baño en la Laguna Azul, rodeado de un paisaje volcánico vivo.
Julio: Zermatt, Suiza – Naturaleza y el imponente Cervino
En pleno verano, Zermatt se convierte en un paraíso para los amantes de la montaña. El icónico Cervino preside este destino alpino, que ofrece rutas de senderismo con vistas panorámicas, teleféricos que te llevan hasta glaciares y una cuidada oferta gastronómica. En invierno la nieve es la gran protagonista, pero ahora, en julio, el sol nos invita a estirar las piernas.
Este mes es también un buen momento para disfrutar de eventos al aire libre, como conciertos en la montaña o mercados de productos locales. Y si buscas algo más relajado, un paseo en el Glacier Express te permitirá contemplar la majestuosidad de los Alpes desde la comodidad de un tren panorámico.
Agosto: Edimburgo, Escocia – Castillos y festivales de verano
En agosto, Edimburgo se transforma en la capital mundial del arte con festivales como el Fringe, el Festival Internacional, el Festival de Arte, el del Libro y el del Cine. La ciudad se mueve al ritmo de las actuaciones callejeras, el teatro y la música en vivo, ofreciendo un variado y completo ambiente cultural. Cuando el verano se lleva las lluvias hay que aprovechar, y en Escocia saben bien cómo hacerlo.
No te vayas sin explorar el Castillo de Edimburgo, caminar por la Royal Mile o perderte en el Jardín Botánico. Y si buscas un toque de aventura, sube a Arthur's Seat, un antiguo volcán que ofrece las mejores vistas de la ciudad.
Septiembre: Baviera, Alemania – El Oktoberfest más auténtico
Como su propio nombre indica, si vas a Múnich en septiembre pensarás que llegas al Oktoberfest antes de tiempo. Pero no, porque la celebración comienza a mediados de ese mes y dura hasta el primer domingo del siguiente, de manera que en 2025 tiene lugar entre el 20 de septiembre y el 5 de octubre. En esta celebración, en la que se combina cerveza, música tradicional y gastronomía bávara en un ambiente festivo, desde las carpas de Theresienwiese hasta las calles de la ciudad, todo se llena de alegría y tradición.
Además, este mes es perfecto para explorar la región de Baviera, con sus castillos de película, como Neuschwanstein, y paisajes que parecen sacados de un cuadro.
Octubre: Bosques españoles – Otoño en todo su esplendor
El otoño tiñe los bosques con colores cálidos que invitan a perderse en la naturaleza. Y sí, podríamos viajar a Japón, a Estados Unidos o a algún país centro europeo, pero no hace falta salir de España para disfrutar de él en todo su esplendor. Lugares como la Selva de Irati, el Hayedo de Montejo o los Castañares del Bierzo ofrecen rutas de senderismo que te conectan con el entorno en su momento más mágico.
Además, esta época es ideal para disfrutar de productos de temporada, como setas o castañas, en los pequeños pueblos que rodean estos parajes. Aprovecha y date algún que otro homenaje gastronómico, que cuando baja la temperatura el cuerpo pide que lo mimes desde el estómago.
Noviembre: Yucatán, México – Día de Muertos y tradiciones mayas
En noviembre, Yucatán se llena de vida con el Hanal Pixán, la versión maya del Día de Muertos. Las calles se iluminan con altares decorados, catrinas y los sabores de la cocina tradicional para celebrar la conexión con los difuntos. Ten en cuenta que para vivirlo como es debido deberás llegar antes de que comience el mes, pues en las ciudades yucatecas el Hanal Pixán se celebra durante tres días, estando el 31 de octubre dedicado a los niños (hanal palal), el 1 de noviembre a los adultos (hanal nucuch uinicoob) y visitándose el día 2 los panteones familiares (hanal pixanoob)
Noviembre es también perfecto para visitar Chichén Itzá y tantas otras ruinas, los cenotes y las coloridas calles de Mérida o la amarillísima Izamal, sumergiéndote en una cultura que de viva herencia maya.
Diciembre: Alsacia, Francia – Pueblos de cuento y mercados de Navidad
En diciembre, la región de Alsacia se transforma en un auténtico escenario de cuento. Sus pueblos medievales se llenan de luces, adornos y la magia de los mercados navideños. Conocida como la cuna de esta tradición, Alsacia lleva siglos celebrando estas fechas con mercados que combinan productos artesanales, dulces típicos y un ambiente acogedor que cautiva a locales y visitantes. Estrasburgo, apodada como la Capital de la Navidad’, alberga uno de los mercados más antiguos de Europa, con más de 400 años de historia, situado alrededor de su imponente catedral gótica.
Independientemente de los mercados navideños, hay lugares que nunca te deberías perder. Colmar es quizá el más conocido, pero tampoco debes pasar por alto Mulhouse, Eguisheim, Turckheim, Kaysersberg, Riquewihr, Ribeauvillé u Obernai, además de la ya mencionada Estrasburgo. Verás que Alsacia siempre te dejará con ganas de volver cuanto antes.