El pueblo francés con casas construidas en círculo que es perfecto para una escapada senderista
No hay que recorrer grandes distancias para llegar a Francia, un país que alberga gran cantidad de lugares especiales y monumentos históricos que esperan a ser descubiertos. El territorio, que comparte frontera con España por los Pirineos, destaca por su cuidada naturaleza y sus llamativos pueblos con singulares historias.
El departamento de Ain, en la región de Auvernia-Ródano-Alpes, cuenta con uno de los enclaves más curiosos tanto por la naturaleza que lo rodea como por la peculiar disposición de sus construcciones: el pueblo de Oncieu, a poco más de una hora de la frontera con Suiza, destaca por su vida tranquila y agraria, así como por los entornos naturales que despliega.
Por qué destaca Oncieu
La villa de Oncieu, en Ain, no es un destino ampliamente conocido ni tan relevante a lo largo de la historia francesa. Sin embargo, cuenta con una rica herencia local y una particularidad geográfica muy destacable: sus casas están dispuestas de forma circular, dejando un hueco en el medio sin edificar, lo cual contrasta con la disposición alargada y en ocasiones arbitraria, más habitual en pueblos y ciudades.
Aunque no se conoce el motivo exacto de esta peculiaridad, se estima que la disposición circular es una herencia de la Edad Media, y podría haber sido así por varios motivos. Una de las creencias más extendidas es que las casas se construyen tras una concesión hecha a la abadía de Saint-Sulpice en 1191. De esta manera, se instaló cerca del castillo feudal, formando un huerto al rededor del recinto señorial.
Por otro lado, el nombre del pueblo también tiene origen medieval, ya que el sufijo -ieu -de procedencia gala- data de la Edad Media, cuando se utilizaba para designar áreas geográficas con población de habla celta. Pese a ello, las primeras muestras de vida en la zona datan de mucho antes, ya que las primeras presencias humanas se remontan a la ocupación romana.
Puntos de interés en Oncieu
En el pueblo de Oncieu, todas las casas están dispuestas de tal manera que dan la espalda a la pradera interior, y un pequeño camino de piedra rodea el lugar desde la salida de cada casa. Además, la mayoría de viviendas cuentan con una bodega en la planta baja, ya que el pueblo tiene una gran tradición agraria.
Uno de los principales puntos de interés es la iglesia de Saint-Laurent, la cual data del año 1840 y destaca por la sillería de nogal que alberga en el centro de la misma. En la misma se restauraron recientemente dos vidrieras, ofrecidas por el marqués de Oncieu de Chaffardon y el vizconde y la vizcondesa de Arloz.
La villa, denominada el diamante de Bugey, está ubicada en las montañas con el mismo nombre, entre Hauteville y Saint-Rambert-en-Bugey. Las colinas y praderas que rodean el pueblo lo vuelven un destino perfecto para practicar senderismo u otras actividades al aire libre.
Uno de los espacios naturales más cercanos a este enclave es el denominado Plateau de Retord, una meseta única para practicar senderismo, ciclismo e incluso esquí o snowboarding en los meses más fríos del año. El espacio cuenta con unas vistas únicas que te permitirán disfrutar de la tranquilidad y belleza de todo el área.
Ruta Circular de Oncieu y Plateau de Retord
La mágica naturaleza de Oncieu y los montes que la rodean permiten la exploración de varios caminos. Uno de ellos es la ruta circular de Oncieu y Plateau de Retord. Se trata de una ruta sencilla, de 10 kilómetros de distancia y una duración estimada de entre 3 y 4 horas, dependiendo de la experiencia en senderismo y las paradas para disfrutar del paisaje.
El recorrido comienza desde el pueblo de Oncieu, desde donde habrá que seguir los senderos señalizados que salen desde el círculo de casas y dirigen al norte de las colinas. A partir de ahí habrá que continuar por un ascenso gradual durante 2 kilómetros; a lo largo de este trayecto el paisaje comenzará a cambiar, ya que habrá que adentrarse en pequeños bosques con caminos de tierra.
Esta parte del camino pertenece a la zona agrícola de Oncieu, por lo que es posible divisar la presencia de animales de pastoreo, como vacas o cabras. Esto será así mientras se siga avanzando hasta adentrarse en zonas más boscosas.
Si se continúa transitando el camino de tierra, será posible disfrutar de infinidad de hayas y robles, así como de pequeños riachuelos que bajan desde las montañas cercanas. Se deberá continuar hasta llegar al Plateau de Retord.
Una vez en la meseta, se podrá gozar de unas vistas panorámicas únicas a las montañas del Jura. Una vez apreciado el paisaje, será el momento de descender de nuevo hacia Oncieu. Para ello, habrá que transitar de nuevo frondosas arboledas y, tras descender por el bosque, se podrá divisar la villa de Oncieu a la lejanía. Una vez de vuelta en el pueblo, se puede dar por finalizado el trayecto.
Es importante acudir con ropa cómoda y calzado de montaña adecuado para la ocasión, ya que pese a no ser una ruta compleja de realizar, es posible que algunas zonas tengan barro u otros impedimentos que puedan complicar tanto el ascenso a la meseta como el descenso al pueblo.
Además, es recomendable revisar el parte meteorológico antes de comenzar la ruta, ya que en los meses más fríos del año la zona puede estar cubierta de nieve, impidiendo su ascenso, o al menos complicándolo.
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