El pueblo de Girona con encanto medieval que es perfecto para una escapada en febrero
![Disfruta de un encantador paseo por las callejuelas de piedra de Beget](https://static.eldiario.es/clip/8a57cf09-24be-412b-90c4-106a5f950c56_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
En la comarca catalana de la Alta Garrotxa encontramos un pequeño paraíso, Beget (Girona). Es un pueblo cargado de historia y belleza natural que nos invita a descubrir misteriosos y mágicos rincones que parecen anclados todavía en un pasado medieval. En pleno corazón del Pirineo catalán, en el término municipal de Camprodón, se trata de un lugar idílico para hacer una escapada en febrero si lo que buscas es desconectar y disfrutar de la naturaleza al tiempo que recorres su historia y conoces sus tradiciones.
Visitar Beget y el resto de poblaciones de Camprodón en invierno tiene el encanto de las zonas de alta montaña. Si tienes suerte y los días que programes tu viaje ha nevado, te encontrarás con una postal idílica. Eso sí, no te olvides de echar ropa de abrigo en la maleta. Las temperaturas mínimas rondan 1 ó 2 °C y las máximas, entre 9 y 12 °C.
La población de Beget se construyó tomando como núcleo su iglesia y tiene su origen en la Edad Media; las primeras referencias que se conocen datan de 1168. Siempre fue un lugar estratégico gracias a su ubicación, levantada entre montañas, lo que le permitió resguardarse de invasiones y conflictos. Esa situación excepcional ha permitido que su arquitectura medieval se conserve casi intacta.
La villa destaca por sus fuertes tradiciones e historias. Sus puentes medievales enlazando las calles empedradas, sus casas de cuento construidas en piedra y madera o su imponente iglesia románica hacen de esta joya arquitectónica un lugar perdido en otro tiempo. De hecho, el núcleo urbano de Beget está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) en la categoría de Conjunto Histórico, y la Agencia Catalana de Turismo lo ha distinguido como un de los Pueblos con Encanto de la comunidad. Si estás pensando en hacer una visita a Beget, te proponemos algunos de sus rincones más mágicos para que no te dejes ningún imprescindible en tu recorrido.
La Iglesia de San Cristóbal
El gran atractivo cultural de la zona es la Iglesia de San Cristóbal. Se trata de uno de los edificios más representativos del estilo románico catalán de la Alta Garrotxa. Este templo del siglo XII combina valor histórico y una gran belleza arquitectónica. En el interior encontramos la escultura de La Majestad de Beget, una talla de madera de cristo en la cruz. Esta obra de unos dos metros de altura data del siglo XII y destaca por su estilo barroco. Un imprescindible es visitar la Torre del Reloj de unos 22 metros, que se conoce también como el Castell (castillo) y que se levantó en época de conflictos bélicos como fortaleza defensiva.
Las calles de Beget conservan una esencia histórica y cultural de la arquitectura tradicional catalana. Por eso, pasear por cada rincón de este pueblo te hará replantearte en qué época te encuentras. Con la piedra como elemento principal, caminarás rodeado de fachadas empedradas y detalles en madera.
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El pueblo está dividido en tres zonas, debido a que el río Llierca atraviesa la población. Los puentes de piedra hacen de unión entre las tres partes de este pintoresco lugar. El más antiguo data del siglo XIV. Las aguas cristalinas del río que corren bajo los puentes embellecen el paisaje creando un ambiente relajante y único.
Rutas senderistas
Beget está rodeado de naturaleza. Si eres de los que disfrutan haciendo rutas senderistas y descubriendo nuevos caminos, estás en el lugar perfecto. La ruta más sencilla, indicada para principiantes, te lleva hasta las afueras de la localidad donde acabarás en la Ermita del Remei.
Pero hay decenas de senderos y rutas organizadas que transcurren por este paraje natural, como las Pozas de Beget, donde podrás disfrutar de un baño en sus días más calurosos. Si te decides a lanzarte a la aventura por alguno de sus caminos, no olvides llevar un calzado cómodo, abundante agua y un tentempié para disfrutar de este paraíso natural.
Beget, situado entre montañas, se encuentra en un enclave único con diversos miradores donde poder disfrutar de sus maravillosas vistas. Uno de los miradores más conocidos está en el sendero que va hacia la Ermita de San Cristóbal. Se trata de un lugar donde podemos apreciar el majestuoso paraje natural rodeado de casas con encanto medieval. También podremos apreciar los interminables bosques y prados verdes que se pierden en el horizonte.
El Mirador de la Roca es otro de los puntos destacados para admirar las vistas del lugar. Ofrece una mirada única del río rodeado de su inmensa vegetación y tranquilidad. Pero la joya de la corona es el Mirador del Alto de Beget donde la panorámica es espectacular. Un lugar perfecto para echar un vistazo a un paisaje impresionante rodeado de montañas.
Si tienes varios días, Rocabruna es otro de los lugares que no te puedes perder si visitas Beget. Se trata de un municipio que se encuentra muy cerca, a unos 15 minutos en coche. Destaca la Iglesia parroquial de Sant Feliu y los restos del Castillo de Rocabruna. La iglesia, de estilo románico, data del siglo XII. Se trata de un edificio arquitectónico único adornado por una cornisa con dientes de sierra.
El castillo está formado por un conjunto de edificios fortificados en lo alto de una colina y rodeado por una muralla. Es una zona perfecta para apreciar sus impresionantes vistas del Pirineo y la Alta Garrotxa. Actualmente, la fortaleza se encuentra abandonada y muestra una combinación de torres y muros en ruinas. A pesar de eso, es visitable y cuenta con un recorrido donde poder disfrutar de cada rincón. Además, encontrarás puntos estratégicos donde apreciar sus impresionantes paisajes.
Una parada en su gastronomía
No te puedes olvidar de probar la rica gastronomía de la zona de Campodrón; con productos de calidad procedentes del Vall y la comarca del Ripollés. De entre sus muchos ingredientes, destacan la carne de potro criada en las montañas locales, las trufas y las famosas patatas del Valle de Camprodón. También cuenta con una gran variedad de embutidos caseros y quesos de vaca y oveja. Entre sus platos típicos distinguimos:
- La Esqueixada, que es una ensalada con base de bacalao desmenuzado, tomate, cebolla y aceitunas.
- La Escudella, que es una sopa tradicional con diferentes carnes, legumbres y verduras. También existen versiones sin carne para consumidores vegetarianos.
- Los Canelones de espinacas a la catalana están rellenos de espinacas, pasas y piñones, gratinados con queso de oveja del Ripollés.
- El Timbal de Verduras contiene vegetales frescos de la zona.
- El Arroz de montaña, que puede combinar distintos ingredientes locales.
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