Una ruta corta y sencilla para hacer con niños en Portugal a solo media hora de España

Passadiço de Moinhos da Ribeira São João.

Elena Segura

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Verdor, agua, molinos y pasarelas. A orillas del río Labruja en el norte de Portugal se puede recorrer una senda de pasarelas: el Passadiço de Moinhos da Ribeira São João.

No requiere de especial preparación física, de modo que es ideal para refrescarse con los niños con las cálidas temperaturas de verano en las cascadas y piscinas naturales que alberga el trayecto. A diez minutos se encuentra, además, el Poço do Pé do Negro, una alberca de aguas turquesas.

Labruja es una freguesía perteneciente al concelho portugués de Ponte Lima, conocida por los peregrinos por ser parte del camino portugués hacia Santiago de Compostela.

El recorrido se inicia al pie de la Iglesia de São Cristovão de esta localidad portuguesa. Se considera que su origen se encuentra en un monasterio benedictino del siglo XI. Al ascender una escalera hay varias cruces del siglo XVII en su atrio.

Peto de ánimas

Cerca del templo se encuentra también un peto de ánimas, un pequeño santuario que se trata de una manifestación material del culto a los muertos y de la devoción a las ánimas, propio también en la geografía gallega y que se hereda de generación en generación. Su significado proviene de la creencia popular gallega acerca de la continuidad de las ánimas después de la muerte.

De todas las construcciones populares, los petos de ánimas son las que más importancia dan al Purgatorio ya que la finalidad de estos elementos es que los vivos puedan ofrecer una limosna para la salvación de las almas en pena que, al encontrarse en el Purgatorio, no tienen descanso eterno.

Pasarelas y puentes colgantes

La ruta completa son unos dos kilómetros río abajo con pasarelas y dos puentes colgantes, y se puede circular a ambos lados del río prácticamente durante todo el trayecto. Los puentes y senderos de madera, muy utilizados en los senderos portugueses, además de servir de guía a los turistas, permiten acceder a puntos más complicados y contemplar unas hermosas vistas de la naturaleza.

Construidas por todo el país, las pasarelas constituyen una nueva forma de recorrer numerosos barrancos y desfiladeros, antes muy difíciles de transitar, contribuyendo con su construcción a facilitar su conocimiento.

La zona más baja se sitúa en los molinos de Várzea. Durante el camino, se pueden ver diez molinos diferentes, los cuales están completamente restaurados, aunque algunos de los terrenos todavía tienen pendientes finalizar las zonas verdes.

Una vez cruzado el puente colgante sobre el río hay un descenso hasta llegar a un salto de agua entre rocas labradas por la fuerza del agua, con un mirador metálico.

La duración del trayecto ronda los 30 minutos debido a su corta extensión. También hay que tener en cuenta que el desnivel de la senda es pequeñísimo, tan solo hay ocho metros de inclinación a lo largo del trayecto, sumado a los caminitos de madera que indican perfectamente por donde seguir.

Finalmente, cerca de las pasarelas, podemos encontrar un ecomuseo, en el cual otorgan todo tipo de información acerca de los principales puntos de interés del lugar, así como un servicio de alquiler de bicicletas.

Santuario do Senhor do Socorro

A tan solo seis minutos del comienzo sendero se encuentra el Santuario do Senhor do Socorro en la parroquia de Labruja, bien conocido por los peregrinos que se dirigen hacia Santiado de Compostela por el camino portugués.

La construcción del Santuario fue patrocinada por un brasileño en 1773 y se cree que fue debido a una promesa. Tiene una sola nave, una capilla mayor y una fachada rococó con dos torres. El recinto está ornamentado con varias estatuas religiosas y, en la escalinata, con estatuas de ángeles tocando la trompeta. En el interior refulgen la talla rococó y las pinturas de exvotos.

El santuario destaca por el fuerte efecto escénico que le da la escalinata anterior, integrándose en los llamados templos de romería propios del período barroco portugués, al igual que el Bom Jesus de Braga y el Santuario de Nossa Senhora dos Remédios, en Lamego.

Poço do Pé do Negro

Para visitar el segundo lugar destacado de esta freguesía de Ponte de Lima, hay que volver a la rúa do Santuario do Senhor do Socorro y caminar menos de diez minutos hacia el sur, donde se encuentra el Poço do Pé do Negro, una zona de aguas cristalinas delimitadas con un gran bosque verde. En él se encuentran tres pozas, siendo la superior la de más belleza.

La espectacular zona de baño, con las aguas del río Mestre que limita la freguesía de Labruja con la de Bárrio y Cepões, no cuenta con ningún horario al no ser un espacio vigilado, por lo que se recomienda tener cierta precaución en la pequeña cascada. Debido a sus zonas rocosas y su cierta profundidad es perfecta para sumergirse y evadirse en un entorno lejos de las grandes poblaciones.

Esta zona se convierte en un punto clave en el Trail Pé do Negro, que se realiza cada año en la villa en el mes de octubre. Dentro de esta competición que recorre buen parte de la localidad de Ponte de Lime, el Poço do Pé do Negro pone a prueba el equilibro de los participantes con una cuerda para que puedan pasar por la pequeña cascada.

Cómo llegar

Tan solo se tarda media hora desde España para acceder a esta maravillosa ruta. Desde Tuy, en la provincia gallega de Pontevedra, hay que coger la carretera A3 cruzando la frontera con Portugal a través del río Miño. A la altura del pueblo de Sapardos, hay que tomar un desvío por la N303 hasta que, en la rotonda al sur de Gondomil, se pasa a la EN201 en dirección Rubiães. Finalmente, siguiendo la M522, se llega a este destino.

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