Algo tiene Villena que sabe cómo destacar en medio de la provincia de Alicante. Y no es solo por su importante papel histórico, sino por cómo lo comparte y lo recrea en sus calles con diferentes celebraciones que conmemoran su pasado.
En Villena lo mismo ves tres comunidades autónomas desde lo alto de su castillo que te metes bajo tierra a vivir en una cueva. Igual presencias uno de los desfiles más importantes del panorama nacional, como es su fiesta de Moros y Cristianos en septiembre, que te trasladas a la Edad Media en sus Fiestas del Medievo. Dos eventos que marcan tanto su agenda y que atraen a tal número de visitantes, que incluso han hecho que la industria textil local se haya especializado en confeccionar la vestimenta oportuna para cada uno de ellos.
Vas a ver que en Villena, vayas o no en fiestas, te espera una buena lección de historia. Desde su época musulmana hasta su esplendoroso modernismo, pasando siempre por su imponente castillo, referencia del paisaje alicantino desde hace casi mil años.
Lo que tienes que ver en Villena
Cualquier paso por Villena, vayas cuando vayas, debe incluir una serie de visitas imprescindibles que te ayudarán a comprender mejor su patrimonio e importancia histórica.
- El Castillo de la Atalaya
Es uno de los símbolos más representativos de Villena. Sus orígenes se remontan al siglo XII, en época almohade, y de entonces son la muralla interior y los dos primeros pisos de la torre del homenaje. Fue conquistado por Jaime I en 1240 y siglo tras siglo fue pasando por diferentes manos, como las de la familia Manuel, el escritor Don Juan Manuel o la familia Pacheco, Marqueses de Villena, y responsables de la ampliación del castillo. Los Reyes Católicos se hicieron con él en 1476. Hoy en día se puede visitar y admirar los dibujos e inscripciones que realizaron los presos cuando fue utilizado como cárcel en el siglo XVIII.
- El Tesoro de Villena
En Tesoro de Villena no es un tesoro cualquiera. Pertenece a la Edad del Bronce europea, hace unos 3.000 años, y consta de 66 piezas entre cuencos, brazaletes, botellas y adornos. Está confeccionado en diversos metales, entre los que se incluye un total de casi 10 kilos de oro. Está considerado uno de los hallazgos más importantes de Europa y fue descubierto por el arqueólogo José María Soler García en 1963. Puedes verlo en el Museo Arqueológico, aunque actualmente se encuentra cerrado por el traslado a un nuevo emplazamiento.
- La iglesia Arcedianal de Santiago
En Villena hay tres iglesias destacables: la de Santiago, la de Santa María y la de las Virtudes. Aunque si vas justo de tiempo te recomendamos que te centres en la primera. Fue levantada entre los siglos XIV y XVI y es uno de los templos góticos renacentistas más destacables de la Comunidad Valenciana. Lo primero que te llamará la atención serán sus columnas helicoidales, recordando un poco a las lonjas de Mallorca o Valencia, y lo segundo su pila bautismal. Una obra de arte tallada por Jacobo Florentino en piedra caliza con todo lujo de detalles. La iglesia está abierta al público y además se organizan visitas guiadas desde la Oficina de Turismo.
- Sus casas modernistas
Villena ofrece una interesante Ruta Modernista por varios puntos de interés con la que podemos conocer el esplendor de la ciudad de finales del siglo XIX a principios del XX. La arquitectura de sus casas señoriales llama la atención, donde destacan elementos como los grandes lucernarios y los minuciosos suelos de mosaicos Nolla, así como las escalinatas y los trampantojos como medio de decoración. La Casa Palacio de la familia Selva, en la Plaza Santiago, y la Casa de la Comparsa de Labradores, en la Plaza de Santa María, son dos excelentes ejemplos del modernismo villenero.
- Las casas cueva
Las faldas del castillo y las promontorios rocosos cercanos han sido perfectos para el desarrollo de la vida bajo tierra a lo largo de la historia. Un buen ejemplo son las casas cueva recuperadas por la asociación Tuareg, convertidas en un museo y decoradas con elementos y motivos árabes. Las casas cueva fueron un recurso habitual durante los siglos XIX y XX y de ellas perduran hoy cocinas, despensas, salones, habitación, etc. Las Cuevas Tuareg se pueden visitar y se pueden realizar la reserva a través de la Oficina de Turismo.
Las Fiestas del Medievo de Villena
En el mes de marzo Villena salta en el tiempo. Retrocedemos a la Edad Media y todo el centro histórico se transforma. Las Fiestas del Medievo son el orgullo de El Rabal, el barrio árabe que da vida a esta celebración y cuya organización recae plenamente en sus vecinos, que son los que le dan vida durante todo un fin de semana con ayuda del Ayuntamiento. Incluso los restaurantes ofrecen menús medievales con platos tradicionales especialmente confeccionados para la ocasión.
Desde la tarde del viernes, cuando se recrea la llegada de los Reyes Católicos a la ciudad y las autoridades los reciben con todos los honores, y tiene lugar el pregón inaugural, todo es fiesta. Las callejuelas y plazoletas de la zona antigua se transforman y te trasladan a otra época. La implicación es máxima, desde los atuendos de los vecinos hasta la ambientación de los puestos. Se engalana hasta el último rincón y la música medieval acompaña tus pasos.
Hay pasacalles y desfiles, actividades para los más pequeños, puestos de comida y recuerdos, exhibiciones e incluso talleres sobre combates medievales. Un gran mercadillo se extiende por las callejuelas más retorcidas de El Rabal, donde también se incluye la antigua judería, y los vecinos abren sus locales para el disfrute de sus amigos.
El sábado es el gran día. Y es que Villena celebra incluso su propia boda medieval. Una boda real llevada a cabo a los pies del castillo y totalmente caracterizada, incluido el desfile que la precede con música y cortejo desde el centro del barrio. Un emocionante desfile de antorchas pone la guinda a un día lleno de actividad justo antes de que los fuegos artificiales pongan final a la jornada.
Pero ahí no acaba la cosa, porque el domingo se celebra dentro del castillo una exhibición de combates medievales profesionales, mientras que fuera de sus murallas una guerra de lechugas recrea una antigua revuelta agrícola provocada por una subida de impuestos. El ritmo no para durante las Fiestas del Medievo de Villena, siempre se lleva a cabo alguna actividad en alguno de sus rincones, y todos comprueban que por muy bien que te organices siempre has de dejar algo para el año siguiente. Y eso que en 2020 ya se ha celebrado su 19ª edición.