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Washington en dos días: lo que no te puedes perder

Washington D.C. recibe cada año unos 20 millones de turistas, que se dice pronto, y cada año esa cifra aumenta poco a poco. La capital de Estados Unidos está repleta de atractivos que todo buen viajero debería visitar al menos una vez en la vida, aunque de primeras solo nos suenen lugares como la Casa Blanca o el Capitolio este distrito federal requiere de al menos dos o tres días para ser disfrutado al completo.

Visitar Washington es sencillo. Nació en el siglo XVIII como una ciudad planificada para ser la capital de los Estados Unidos y eso hace que sus imprescindibles puntos de interés estén localizados muy cerca unos de otros. El National Mall, un enorme parque rectangular, hace de centro neurálgico y la vida del turista transcurrirá a su alrededor paseando los 3 km de distancia que separan el Capitolio del Monumento a Lincoln.

Para conocer Washington necesitas al menos dos días, eso si corres mucho, aunque tres sería perfecto pues los horarios de algunas visitas te podrían coincidir. Su mejor momento es en primavera con el florecimiento de los cerezos, aunque si nuestra visita es el 4 de julio, el día de la independencia de Estados Unidos, nos permitirá vivir la mayor celebración de todo el país. Pero vayas cuando vayas, toma nota para no perderte ninguno de los imprescindibles que te describimos a continuación.

El Capitolio

Empecemos por el principio. Dando por hecho que nada más llegar a Washington iremos de cabeza al National Mall, el Capitolio de los Estados Unidos podría ser un perfecto punto de inicio. Este gigantesco edificio del neoclasicismo estadounidense alberga el Congreso de los Estados Unidos y seguro que lo habrás visto en mil y una películas. Tiene dos alas, en la norte se encuentra el Senado y en la sur la Cámara de Representantes, donde se reúnen los congresistas.

Además de admirarlo por fuera también es recomendable conocerlo por dentro pues a parte de visitas guiadas encontraremos exhibiciones, arte, todo lo necesario para comprender la historia de los Estados Unidos e incluso podremos presenciar algún pleno. Puedes reservar tu visita desde su Web.

La Casa Blanca

La Casa Blanca no necesita presentación y todo el mundo sabe quién vive allí. ¿No es así? “The White House” se encuentra también en el National Mall, a la altura del Monumento a Washington, y fue el propio George Washington quien ideó su construcción, llevada a cabo en estilo neoclásico en 1790 por James Hoban, un arquitecto de origen irlandés.

Hacerse una foto frente a la Casa Blanca es un básico, eso y apretar el timbre que encontrarás en su reja para hacer como si llamases al presidente (tranquilo, no saldrá Trump a abrirte la puerta…). Frente a su jardín uno se pregunta: “Si me saltase la verja y corriese hacia la casa… ¿saldrían agentes de debajo de las plantas?” Posiblemente sí, así que no es recomendable comprobarlo.

Visitar la Casa Blanca por dentro es posible, pero no es nada sencillo. No dudes que serás sometido a una escrupulosa investigación. Los estadounidenses deben hacerlo a través de un miembro del Congreso y los extranjeros a través de la embajada de su país en Washington. Es recomendable solicitar la visita con unos tres meses de antelación. Si no lo consigues siempre puedes recurrir a visitar el Centro de Visitantes de la Casa Blanca, ubicado al otro lado de la calle.

Museo Nacional del Aire y el Espacio

Lo que es el National Air and Space Museum forma parte del Instituto Smithsonian y también se encuentra en el National Mall. Su colección es espectacular, allí encontrarás todo tipo de información sobre aviones, cohetes y naves espaciales, con ejemplares originales que han marcado la historia de la aviación.

Su visita se merece no menos de dos horas, su exposición es especialmente didáctica y su entrada es gratuita. Al salir podrás considerarte todo un experto en aeronáutica.

Museo Nacional de Historia Natural

Otro de los básicos de Washington que encontrarás en el National Mall. El National Museum of Natural History también pertenece al Instituto Smithsonian y su objetivo es inspirar la curiosidad y el aprendizaje sobre el medio natural de todos sus visitantes.

Si sumamos plantas, animales, fósiles, minerales, rocas, meteoritos y hasta objetos de la propia cultura humana podemos contar hasta 125 millones de muestras en su colección. Sus exhibiciones parecen no tener fin y su exposición es realmente didáctica. No dedicarás menos de dos horas en visitarlo y su entrada también es gratuita.

Monumento a Lincoln

El Lincoln Memorial cierra el National Mall en el extremo opuesto al Capitolio. Fue construido en 1922 para honrar la memoria del presidente Abraham Lincoln. Su edificio se inspira en los templos dóricos griegos y se levanta frente al Reflecting Pool, un gran estanque de agua donde se reflejan sus columnas.

En su interior se encuentra una enorme estatua sentada de Lincoln de 6 metros de altura y 6 de anchura acompañada por inscripciones de dos de sus más conocidos discursos. Desde él las vistas son inmejorables, con todo el National Mall por delante, el Monumento a Washington en un primer término y al fondo, muy al fondo, el Capitolio.

Monumento a Washington

El Monumento a Washington, o Washington Monument, es un gran obelisco blanco que corta el National Mall a la altura de la Casa Blanca. Fue construido entre 1848 y 1884 en mármol, granito y piedra arenisca, elevándose hasta casi los 170 metros de altura.

No solo es fotografiable, sino que también es visitable. Se puede subir hasta lo más alto y desde allí se consiguen las que son sin duda las mejores vistas de toda la ciudad. Actualmente se encuentra cerrado por reformas hasta la primavera de 2019.

Monumento a Jefferson

El pobre presidente Jefferson es el gran olvidado. Como Lincoln y Washington, también cuenta con su propio monumento pero al estar un poco más alejado del National Mall muchos se olvidan de él, incluso Lisa Simpson tuvo un pequeño encontronazo con él.

Thomas Jefferson fue uno de los Padres Fundadores de la nación además de su tercer presidente. Su monumento fue construido entre 1939 y 1943, el Jefferson Memorial es también de estilo neoclásico, forma una línea con el de Washington y la Casa Blanca y en su interior se encuentra una estatua del presidente de pie de 6 metros de altura (lo mismo que mide Lincoln… sentado).

Memoriales de Vietnam, Corea, Segunda Guerra Mundial…

Por desgracia Estados Unidos tiene unas cuentas guerras que recordar. En el propio National Mall encontrarás varios monumentos que hacen memoria de los caídos en varios conflictos armados, como el Korean Memorial, el Vietnam Memorial o el National WWII Memorial.

Cementerio Nacional de Arlington

Visitar un cementerio se puede hacer un poco raro pero el de Arlington se merece una parada. Viniendo desde el National Mall se encuentra al otro lado del río Potomac y muy cerca también del Pentágono, justo al lado del Memorial de Guerra de Marines de Estados Unidos, una estatua que conoces a bien seguro.

El Arlington National Cemetery ocupa 253 hectáreas y en él encontrarás veteranos de todas las guerras, así como la tumba del soldado desconocido y la del mismísimo John F. Kennedy.