Mariano Rajoy: “En el pasado mes de diciembre, la cifra de desempleados en España descendió en 169.000 personas con respecto a la de diciembre de 2012. Es la primera caída del paro en España desde el año 2007”.
Es una media verdad. El paro registrado baja, pero no porque “hayamos atravesado con éxito el cabo de Hornos”, como presume Mariano Rajoy. Es un poquito menor porque la gente emigra y porque hay tan poco trabajo que muchos ni se molestan en buscar y no se dan de alta en los registros públicos de empleo. ¿El dato que hay que mirar? El de personas con trabajo, los cotizantes en la Seguridad Social. Y en 2013, por mucho que presuma Rajoy, se destruyeron 85.041 puestos de trabajo.
Es posible que este año el empleo mejore un poco; hasta las plagas bíblicas fueron sólo siete, como años llevamos de crisis. Pero las perspectivas no son como para brindar: del 26,4% de 2013 vamos a pasar a un 25,7% en 2014 y un 24,6% en 2015, según las previsiones de la UE. Con este pronóstico, Rajoy se presentará a las elecciones con más paro del que se encontró cuando ganó. ¿Cuál es el éxito entonces? ¿Qué tiene que celebrar?
Rajoy: “Los titulares podían ser aparatosos, en algún grado injustos, pero era lo que había”.
Tiene su aquel que un presidente que lee el Marca en un país donde, misteriosamente, han caído los tres directores de los principales diarios de pago en apenas dos meses presuma de lo que mejoran los titulares en los últimos tiempos. Y tanto. Y más que van a mejorar, con la tasa Google o con ese 24% de aumento en el presupuesto para publicidad institucional. Pero ¿es indicador del buen hacer del Gobierno lo guapo que salga el presidente en los titulares de La Razón o el ABC?
Rajoy: “La posibilidad del rescate, el abandono del euro, la desconfianza, son palabras que ya no tiene sentido ni siquiera mencionarlas”.
El rescate no fue una posibilidad hipotética de la que el PP nos libró. España fue rescatada, por mucho que Mariano Rajoy no lo quiera asumir: eso fue lo que pasó con ese “crédito” en “condiciones muy ventajosas” que el Gobierno nos vendió hasta con una campaña de publicidad institucional.
Un titular de 2012, ya que hoy estamos en el día mariano de la revista de prensa: Tú dices tomate, yo digo rescate. “España insiste en que ha aceptado un crédito para recapitalizar sus bancos. Otros, sin embargo, lo llaman como lo ven”, publicó (con razón) la revista estadounidense Time.
Rajoy: “Partíamos de un déficit del sector público del 9% en 2011 y, desde el principio, acometimos un ajuste estructural sin precedentes y sin comparación en las grandes economías avanzadas”.
Rajoy recuerda el déficit de 2011 pero no ha querido hoy dar detalles sobre cómo ha quedado el déficit de 2013, que aún está por publicar. No lo ha hecho porque, a pesar de los recortes, las previsiones del Gobierno han vuelto a fallar y la Unión Europea ha anunciado hoy que España cerró el año con un 7,2% de déficit, en vez del 6,5% que prometió Rajoy.
El porcentaje incluye el coste de ese rescate a la banca que, según el presidente, nunca pasó pero que ha elevado nuestra deuda a su peor momento desde que España perdió Cuba. Cuando el PP ganó las elecciones, la deuda era del 68,5% del PIB. Hoy estamos ya en el 94% y el año que viene superará el 100%.
Rajoy: “Cuando se aprobó la reforma laboral, el paro crecía. Hoy, se reduce. [...] Por primera vez en toda la crisis, señorías, podemos decir que hay menos parados que hace un año”.
Desde que se aprobó la reforma laboral, hace dos años, se han destruido 675.000 puestos de trabajo y el paro ha aumentado en 256.800 personas. La reforma no sólo ha ayudado a que esta enorme destrucción de empleo saliese muy barata, también ha servido para rebajar el poder adquisitivo de los salarios, por mucho que Montoro asegure que los sueldos siguen creciendo en España. ¿Ha servido la reforma laboral para crear empleo? Se mire por donde se mire, es evidente que no.
Rajoy: “Es más, los trabajadores que ganan menos de 12.000 euros al año, no pagarán el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas”.
Hoy el mínimo exento está en 11.162 euros. Así que hablamos del 24% de 848 euros en un año, en el mejor de los casos.
Rajoy: “La contratación indefinida de nuevos trabajadores tendrá una tarifa plana de cotización a la Seguridad Social de 100 euros. [...] Esto supone, por ejemplo, para un sueldo bruto al año de 20.000 euros y que el importe de su cotización a la Seguridad Social es de 5.700 euros, cada nuevo empleo creado, la empresa pasará a ingresar solamente 1.200 euros, es decir, en este caso concreto estaríamos hablando de una rebaja en las cotizaciones sociales de un 75%”.[...]
Falso. La letra pequeña dice otra cosa, como suele ser habitual cuando habla el presidente. Y en este caso concreto, un empresario pagaría 2.460 euros, no 1.200, porque a Rajoy se le olvidó añadir que sólo se rebajan las contingencias comunes pero no otras partidas de la Seguridad Social. Y por eso su tarifa plana sería, en este caso concreto, de 205 euros.
Rajoy: “Cuando tantas voces profetizaban el apocalipsis de las pensiones, fuimos capaces de lograr que, de ninguna manera, el sacrificio alcanzara a los que ya no contaban con otro recurso”.
El apocalipsis tiene cifra: está en los propios informes del Gobierno, que calculan en 33.000 millones de euros el recorte en poder adquisitivo de los pensionistas entre 2013 y 2022. Es el resultado de la reforma de las pensiones que aprobó en solitario el PP.
Rajoy: “Del mismo modo que fuimos equitativos en el reparto de las cargas, queremos serlo ahora cuando lleguen los beneficios”.
¿Equitativos? No lo parece: España es hoy el país de Europa con mayor desigualdad económica. Hasta hace poco nos pasaba Letonia, ahora ni siquiera. Ni Portugal ni Italia ni Grecia: es España el país menos equitativo de la UE. Hay más de tres millones de personas que sobreviven con menos de 307 euros mensuales y una pobreza infantil del 26,7%. Como dice el propio Rajoy –aunque para presumir de lo bien que va todo–, “esto es una realidad innegable. Se le pueden añadir matices y colores”. Pero esto es lo que hay.
Es probable que en 2014 la economía mejore en las grandes cifras. Ojalá el Gobierno acierte en sus buenos pronósticos, pero sería la primera vez. Y por mucho que el PIB suba un 1%, la crisis seguirá siendo igual de dura para esa inmensa mayoría de ciudadanos que no tienen cuenta en Suiza ni viajan en un coche oficial.