Barricadas, quema de contenedores y enfrentamientos con la Policía en otra noche violenta en Ferraz
Saludos y banderas fascistas, gritos racistas y homófobos y también proclamas contra Pedro Sánchez, Carles Puigdemont y la amnistía: “¡Sánchez a prisión!”, “¡Que te vote Txapote!”, “Marlaska maricón” y “España cristiana, no musulmana”. La quinta concentración frente a la sede del PSOE en la madrileña calle de Ferraz había comenzado como las anteriores, hasta que en un momento dado el líder de Desokupa, Daniel Esteve, y el agitador de ultraderecha Luis 'Alvise' Pérez han encabezado una marcha con algo más de un millar de manifestantes por Madrid hacia el Congreso de los Diputados. A la vuelta a la sede del PSOE, un grupo ha desatado un violento enfrentamiento con la Policía, que ha cargado contra los manifestantes.
Las cargas de los antidisturbios han arrancado cuando un grupo de unos veinte manifestantes se han abierto paso hasta la cabecera de la concentración, encapuchados, portando bengalas rojas y gritando al resto de manifestantes: “Si no vais a hacer nada, dejad pasar”. Para entonces el ambiente ya se había caldeado con respecto a horas anteriores, se habían producido algunos lanzamientos de bengalas y botellas contra el cordón policial acompañados de cánticos fascistas y racistas, manifestantes cercanos a la valla lamentaban que no hubiera una reacción violenta, pero ha sido en ese momento cuando una lluvia de objetos ha caído sobre los agentes.
Ha empezado entonces una primera carga en la que los policías han conseguido que cientos de personas retrocedieran en todas direcciones de la calle Marqués de Urquijo, perpendicular a Ferraz, pero se han visto superados cuando varios grupos de violentos les han acorralado, les han lanzado decenas de botellas e incluso papeleras y contenedores y les han obligado a retroceder de nuevo hacia las vallas.
Han sido necesarias varias cargas policiales con disparos de pelotas de goma para que la Policía volviera a ganar posiciones y dispersara a los manifestantes hasta el Paseo del Pintor Rosales, donde han quemado varios contenedores para intentar hacer una barricada. Durante las siguientes dos horas las furgonetas de la Policía han peinado la zona para terminar de dispersar a los concentrados, que han llegado a arrancar un árbol de pequeño tamaño, han quemado mobiliario urbano y han dejado las calles cercanas con una alfombra de cristales, adoquines y otros objetos arrojadizos.
Los agentes han acabado deteniendo a seis personas, según fuentes policiales, informa Pedro Águeda. Todos son españoles. Cinco son varones y la sexta es una mujer. Entre esos seis hay un un menor de edad de 17 años. El resto tienen edades de entre 19 a 44 años. Además hay 30 policías nacionales heridos de diversa consideración.
Cuatro de los detenidos lo han sido acusados de desórdenes públicos y atentado a la autoridad, incluido el menor de edad, que esta mañana fue trasladado desde la sede de la Brigada Provincial de Información al Grupo de Menores de la Policía Judicial. La mujer arrestada está acusada de haber agredido a un agente y el sexto detenido, un hombre, solo por desórdenes públicos.
De Ferraz al Congreso
Los enfrentamientos violentos se han producido al final de la manifestación, que había transcurrido de forma pacífica. Al poco de empezar dos personas han entrado entre aplausos: Daniel Esteve, líder de la empresa Desokupa, y el agitador ultra Luis 'Alvise' Pérez. Después de unos minutos en las vallas de la calle Ferraz, ha sido Esteve el que ha cogido un megáfono y ha instado a la gente a “dar una vuelta”.
Más de un millar de personas les han seguido sin tener un rumbo claro pero con muchos manifestantes fantaseando con dirigir sus protestas, pacíficas hasta ese momento, al Palacio de la Moncloa. Cortando el tráfico de varias calles han llegado a la Plaza de España, han cruzado toda la Gran Vía y han llegado hasta Cibeles, separados del Congreso de los Diputados por un cordón policial.
Tanto Esteve como Alvise habían anunciado su asistencia a la manifestación de este martes. Por el camino varias unidades de antidisturbios han vigilado su avance y han intentado, sin éxito, contener al grupo de manifestantes, que se ha llegado a parar en la Plaza de España antes de decidir poner rumbo a la cámara baja. A su paso por Callao los agentes han intentado frenar la columna pero los concentrados, en varias ocasiones, han echado a correr y han dejado atrás a la Policía.
Durante su trayecto, los manifestantes han ido cortando la calle con gritos de “¡Pedro Sánchez, hijo de puta!”, “¡Estamos hasta los huevos!” y “¡No nos mires, únete!”. A la llegada al Congreso de los Diputados, el grupo, compuesto por unas 3.000 personas, ha seguido las órdenes de Pérez y se ha sentado de espaldas al Congreso, guardando una distancia de un metro con el vallado de seguridad de la Policía. “No se toca la valla”, ha gritado con un megáfono. Durante un rato el agitador y el líder de Desokupa han discutido lo que hacer y ha sido Esteve el que ha recomendado con más énfasis abandonar el sitio: “Sería imperdonable que esto se estropeara”.
Han hablado con los mandos policiales, a los que han pedido perdón por hacerles “correr” por la Gran Vía, y se han marchado del lugar tras un breve mensaje con un megáfono instando a la gente a irse: “Hoy hemos llegado a la puerta del Congreso de los Diputados, se ha cortado la Gran Vía”, ha dicho recomendando la retirada “justo antes de que quieran cargar contra nosotros”, aunque instantes antes un mando policial les había dejado claro que si no se rebasaba el perímetro vallado no habría intervención de los antidisturbios.
En esos momentos, recién desconvocados, algunos manifestantes han mostrado su decepción: “¿Para esto venimos?”, ha preguntado uno. “Se han cagado, tío”, ha dicho otro en Cibeles antes de emprender el camino de vuelta, nuevamente cortando la Gran Vía, hasta la calle Ferraz. “Yo me voy a mi casa a cenar y Daniel mi amigo de Desokupa también se va a su casa a cenar”, ha dicho posteriormente Pérez en un vídeo mientras cientos de personas volvían a la sede del PSOE desde allí.
Una vez de vuelta en Ferraz, y sin rastro ya de Alvise Pérez o Daniel Esteve de Desokupa, han sido recibidos con aplausos por parte de los manifestantes que allí habían permanecido sin incidentes. Ha sido entonces cuando han aumentado las proclamas como “putos rojos, fuera de España”, “socialistas estáis en nuestra lista” o proclamas racistas como “con los moros no tenéis cojones”, “illa illa illa las lecheras a Melilla” y gritos contra los menores extranjeros no acompañados.
La concentración estaba prevista inicialmente a las puertas de Ferraz, convocada por la ultraderecha y defendida por el PP en la última sesión en el Senado. “¡Sánchez a prisión!”, “¡Que te vote Txapote!” y “¡Viva Franco!” han sido los gritos más repetidos por los asistentes a la protesta frente a la sede del PSOE en Madrid. En total se han concentrado unas 2.000 personas.
Al inicio de la protesta, la Policía Nacional ha cortado los accesos a la calle Ferraz y la sede central del PSOE ante la llegada de las primeras decenas de manifestantes a las inmediaciones de la zona. Los primeros concentrados han proferido cánticos e insultos contra los socialistas y el presidente del Gobierno con gritos como “Pedro Sánchez a prisión, dictador” o “socialistas hijos de puta, cobardes”. También han coreado “España una y no cincuenta y una”.
La convocatoria ha llegado después de varios días de concentraciones frente a la sede central del PSOE en protesta por las negociaciones para una amnistía que afecte a encausados por el procés soberanista de 2017 en Catalunya. Las protestas del lunes, convocadas por un candidato de Vox en las últimas elecciones municipales, acabaron en disturbios y cargas policiales con varios detenidos, uno de ellos también candidato del partido de Santiago Abascal en las elecciones generales de 2019.
Las primeras personas concentradas este martes en la calle Ferraz con banderas de España y gritos de “Socialistas, hijos de puta, cobardes” han llegado en torno a las seis y media de la tarde mientras los efectivos policiales vigilaban la zona y los hosteleros recogìan las terrazas ante la perspectiva de posibles disturbios.
Varios partidos, colectivos y agitadores de derecha y ultraderecha han llamado a la participación a lo largo del día. Desde Vox, que ha convocado a través de sus perfiles oficiales como ya hizo el lunes el propio Santiago Abascal, hasta la empresa 'Desokupa'.
Abascal culpa al Gobierno
El partido de extrema derecha Vox ha sido el que más protagonismo ha adquirido a la hora de alentar estas convocatorias, con gran presencia de banderas y pulseras del partido, simpatizantes de Vox y representantes públicos como la portavoz parlamentaria Pepa Millán, el diputado Manuel Mariscal que repartía banderas de España entre los asistentes, el líder del sindicato Solidaridad y representantes de Revuelta.
Poco después de los disturbios, Santiago Abascal ha culpado a Pedro Sánchez y al ministro del Interior de los disturbios ocurridos este martes.
Desde el Partido Popular, su líder Alberto Núñez Feijóo ha pedido “respeto y ejemplaridad” sin condenar la violencia desatada en torno a la sede del PSOE, en líneas similares a lo expresado por Cuca Gamarra.
Desde Sumar, Yolanda Díaz ha definido como “violencia inaceptable” las imágenes llegadas desde las inmediaciones de la sede del PSOE, mientras que desde Podemos Ione Belarra ha acusado a la derecha de “no respetar la democracia” y ha instado a frenar su avance “con derechos, mucha valentía y aunando todas las fuerzas”.
Miembros de escisiones de Ultras Sur y Frente Atlético en los disturbios
Los informes elaborados por la Comisaría General de Información de la Policía tras los altercados incluyen la presencia de individuos que vinculan a escisiones de los grupos ultras del fútbol madrileño Ultras Sur y Frente Atlético. Outlaw, por parte de los seguidores radicales del Real Madrid, y Suburbios Firm, en el caso del Atlético de Madrid.
Los dos grupos tienen un historial de enfrentamientos con otros radicales de su propio equipo y comparten ideología neonazi. Se trata de individuos que, en su mayoría, tienen prohibida la entrada a recintos deportivos y que los servicios de Información suelen detectar en desplazamientos de sus equipos a otros campos, en España y el extranjero.
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