Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El jefe de investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha ejerce hace años de manera “temporal” sin la habilitación mínima

El Campus de la UCLM en Albacete.

Deva Mar Escobedo

20 de noviembre de 2024 22:31 h

12

Antonio Alfaro, director del área de Investigación y Departamentos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), lleva desde principios de 2019 en este puesto de responsabilidad sin cumplir los requisitos mínimos que marca la propia institución. La normativa de la universidad permite que alguien sin el nivel funcionarial requerido ejerza de manera coyuntural. Alfaro fue nombrado hace cinco años por el anterior rector, Miguel Ángel Collado, y fue ratificado por su sucesor. La “necesidad coyuntural” que justifica según la UCLM que siga en el cargo cinco años después sigue sin resolverse.

No es la única (supuesta) irregularidad que afecta a Alfaro, que fue jefe de gabinete de un vicerrector en 2012 sin alcanzar la cualificación para ese puesto. Además, el funcionario es director del área de Investigación a la vez que da clases en la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades del campus de Cuenca. La obligatoria compatibilidad que debe autorizar la universidad para compaginar cargos se concedió en 2020, según la propia web de la UCLM, varios años después de que empezara a ejercer la docencia en 2014. Además, su puesto de jefe de Investigación exige 39,5 horas de dedicación semanales.

Tanto Alfaro como la UCLM declinaron responder a las preguntas de este diario con anterioridad a la publicación de este artículo alegando que no podían por la ley de protección de datos, pero enviaron un email a posteriori para matizar algunas cuestiones, ahora incluidas. La Universidad defiende que todas las actuaciones relativas al jefe de investigación están amparadas por la ley y por la normativa interna del centro.

Un A2... desde este año

Para acceder a cualquier puesto de dirección de área en la UCLM hay que pertenecer al grupo funcionarial de más nivel, el A1, y a la escala —la especialización dentro del cuerpo funcionarial— administrativa, según consta en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la universidad. La RPT es un documento que detalla los puestos laborales de una administración, con sus requisitos de acceso, competencias requeridas y otra información básica.

Alfaro no pertenece al grupo funcionarial exigido en la RPT y solo ha conseguido alcanzar el A2 de la escala administrativa —un escalón menos— este año tras superar una promoción interna, según consta en esta resolución del Diario Oficial de Castilla-La Mancha (en esta otra se puede comprobar que el nivel máximo de las plazas de promoción interna horizontal, a la que se presentó Alfaro, es un A2).

La gerencia de la UCLM alega que “el desempeño temporal de funciones del funcionario al que se hace referencia como director del área de Investigación se ajusta al artículo 42 del Reglamento de Presupuesto de la UCLM, que permite atribuir funciones temporalmente a personal de grupo inferior en casos excepcionales. En este contexto, su nombramiento respondió a la necesidad coyuntural de garantizar la continuidad en la gestión de las tareas asignadas al área”. Ese artículo puntualiza que será “en tanto se procede a la adecuación de las plantillas” y habla de “caso excepcional” o “necesidad coyuntural”, que en este caso se extiende ya por casi seis años.

Además, en el tribunal que lo consideró apto para promocionar al A2 administrativo participaba como secretaria una subordinada directa del aspirante en el área de Investigación que él dirige. Leonor Prieto García aparece en la web de la UCLM como directora de la Unidad de Gestión de la Investigación, justo debajo de Alfaro.

A este respecto, la universidad sostiene que “no concurrieron motivos para la abstención o recusación de los miembros del tribunal, de acuerdo con los artículos 23 y 24 de la Ley 40/2015 de Régimen Jurídico del Sector Público; en concreto, no existe 'relación de servicio', en los términos interpretados de manera reiterada por la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que lo refieren a la institución a la que se prestan los servicios. Así, 'la «relación de servicio» que en dicho apartado es mencionada como motivo de abstención está referida a la relación entre empleador y empleado propia del vínculo de dependencia del contrato de trabajo, y no a la simple subordinación funcional que pueda haberse dado entre dos personas que, siendo ambos empleados públicos de la Administración o de cualquier ente público, realizan cometidos profesionales diferentes”.

Julián Garde, vicerrector de Investigación en el momento en que Alfaro accedió a la dirección de esta área, ganó las elecciones al rectorado a finales de 2020 y ratificó el puesto de Alfaro. Un día después de la confirmación del nombramiento, uno de los sindicatos de la UCLM se dirigió a Gerencia y puso al rector en copia en un mail que exigía que “las personas que participen en los procesos selectivos deben cumplir los requisitos especificados en la RPT”. Fuentes de este sindicato afirman que le recuerdan a la gerente “cada dos por tres” que Alfaro no está cualificado para su puesto y que el rector es consciente de ello.

Antonio Alfaro rechazó en su momento responder a las preguntas de elDiario.es al considerarlo información protegida por la Ley de Protección de Datos. La Universidad de Castilla-La Mancha tampoco lo hizo, por entender que se trata de “información concreta sobre sus empleados públicos” que, con carácter general, la institución no facilita para “preservar su privacidad y datos de carácter personal” a pesar de que casi toda la información provenga de fuentes accesibles al público.

Grupos y escalas

Antonio Alfaro comenzó a trabajar en la Universidad de Castilla-La Mancha en los años 90 como funcionario del grupo C1 de la escala de laboratorio. En enero de 2012 se convirtió en jefe de gabinete del Vicerrectorado de Investigación y Política Científica, que ocupaba Julián Garde entonces. Garde es ahora rector de la UCLM.

Cuando Garde le designó jefe de gabinete, Alfaro no cumplía uno de los requisitos exigidos por la RPT de la universidad: la UCLM obliga que este puesto lo desempeñe alguien de la escala administrativa y él pertenecía a la de laboratorio. No fue hasta casi cuatro años después, en 2015, cuando Alfaro obtuvo el rango C1 dentro de la escala de administración.

La universidad explica ahora que “la legalidad del nombramiento de este funcionario como responsable de gabinete en 2012 fue confirmada mediante sentencia firme del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo n.º 1 de Ciudad Real el 17 de febrero de 2015. Dicha sentencia declaró que la plaza cuestionada estaba abierta a todos los cuerpos y escalas en virtud del artículo 9.6 de la Orden de 6 de febrero de 1989.

En abril de 2019, Alfaro es nombrado director del área de Investigación de la UCLM. Para entonces había aprobado una oposición para llegar al grupo A2 de la escala de laboratorio, pero no era suficiente. Ni tenía el nivel ni estaba en la escala adecuada. El grupo mínimo para acceder a ese cargo es A1 y la escala, la administrativa, según establece la RPT. A pesar de ser un cargo de libre designación, la universidad ha descartado y descarta habitualmente candidaturas por no cumplir esos mínimos exigidos, según consta en otras convocatorias de la UCLM.

Alfaro ha seguido aprobando oposiciones y, en 2023, se acogió a una convocatoria que por promoción interna horizontal le dio este año el rango A2 de la escala administrativa. Uno de los sindicatos de la UCLM ha recurrido la admisión de Alfaro en este proceso al entender que existe otra irregularidad: según esta organización, el jefe de investigación no cumple con el requisito de tener dos años activos como A2 de laboratorio.

Fuentes sindicales explican que Alfaro “no pisó” el laboratorio desde que se convirtió en responsable de gabinete de Garde y, por lo tanto, no tendría la antigüedad exigida en el ejercicio. La defensa de la universidad en este procedimiento judicial pendiente de fallo aduce que la intención del sindicato denunciante es perjudicar al funcionario. El rectorado defiende además que “el funcionario reunía los requisitos para participar en el proceso, ya que lo que se exige es una antigüedad de dos años en servicio activo en el cuerpo o escala desde la que se promociona, nada más y nada menos. No cabe identificar servicio activo con servicio efectivo ni con el desempeño efectivo de ciertas funciones o tareas o el desempeño de concretos puestos de trabajo”.

Compatibilidades

Además de sus responsabilidades administrativas o en el laboratorio, Alfaro lleva impartiendo clases en el grado de Educación Social de la UCLM desde 2014, según su perfil académico. Puede ser normal que un profesor asociado tenga otras responsabilidades más allá de la docencia, pero la jornada laboral como director del área de Investigación de Alfaro está expuesta en la relación de puestos de trabajo de la institución como E1. Esto es, le exige “39,5 horas y dedicación [completa]”.

La Ley de Incompatibilidades del sector público prohíbe con carácter general que una misma persona desempeñe dos puestos con cargo al erario público, pero también permite excepciones para el profesorado asociado de las universidades. Sin embargo, debe ser la misma institución la que permita mantener dos puestos. Alfaro consiguió que la Gerencia expidiera una autorización de compatibilidad en 2020, pero ese documento disponible en el Portal de Transparencia de la entidad no habla de su cargo como director de área, sino de su trabajo como técnico de laboratorio, que ya no ejerce.

-----------------------------------------------------------------------------

* Este artículo ha sido editado el 14 de febrero para incluir las alegaciones de Alfaro y la UCLM.

Etiquetas
stats