El precio del plátano sigue sin techo: el consumidor paga hasta cuatro euros/kilo y el agricultor ya cobra hasta 1,5

Expositor con manillas de plátanos de Canarias, ya algo estropeados o maduros, al precio de 3,39 euros por kilo, en un Hiperdino de Lanzarote el 13 de abril pasado

Román Delgado

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Puede que sea lo antes nunca visto para el plátano de Canarias, puede… Pero seguro que lo es para los últimos tres años, los del trienio 2023-25, al menos según los registros oficiales publicados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAPA) accesibles a través de su sitio web.

La fruta isleña por excelencia, la más importante en los planos económico y laboral en el archipiélago, la que más se expide al resto del país y fuera de él, y la que más presente está en el paisaje insular, sobre todo en las cuatro más húmedas, con Tenerife a la cabeza en producción, sigue subiendo la rampa de lanzamiento en un tobogán que, por ahora, no alcanza la cumbre, el punto de caída, el nivel de inflexión, el cambio de tendencia en su cotización para la primera transacción en verde y al por mayor. Y de ahí todo lo demás hasta llegar a la queja en el mostrador del consumidor.

Atendiendo a los últimos datos disponibles, que son los del MAPA de la semana 15 de este 2025, la formada por los días del 1 al 13 de abril y una etapa normal (sin más festivos de los habituales, lo que no se puede decir de la actual Semana Santa), el precio medio previsto como remuneración al agricultor platanero canario por sus partidas comercializadas esa semana para las categorías de calidad alcanza nada menos que los 1,49 euros por kilo, cifra récord en el actual ejercicio anual y también la más elevada, con mucha diferencia, desde el 1 de enero de 2023.

Quizás, a expensas de confirmación con las estadísticas de los últimos decenios, ese sea el precio promedio de liquidación al cosechero local más alto en los últimos tiempos, todo un alivio para el platanero de las islas, que viene de dos años de inhabitual ruina, de manera especial por lo ocurrido en 2023 (véase el gráfico) y gran parte de los meses del pasado 2024.

Esa liquidación de precio al agricultor, que le llega descontados los costes de comercialización de la fruta (entre 0,40 y 0,50 euros por kilo) y otros abonos menores regulados dentro de Asprocan, supone un rendimiento por kilo para el platanero canario muy por encima de sus gastos de producción agrícola (los de cultivo en la parcela), como media situados en la horquilla 0,60-0,70 euros por kilo.

Dicho esto, se observa que el margen comercial absoluto puede estar por encima de los 0,80 euros por kilo o más, y esto antes de recibir la ayuda directa anual que se paga con fondos de la Unión Europea (UE), hasta un máximo de 0,33 euros por kilo comercializado con barrera en 420 millones de kilos al año. Así se recoge dentro del programa Posei en vigor (2021-27).

Hasta aquí bien, al menos en lo que respecta a los intereses de los plataneros isleños, pero otra cosa bien distinta es lo que luego ocurre con los precios finales abonados por el consumidor al llevarse esos mismos plátanos a sus fruteros. Así es, pero no solo en los mercados exteriores de la fruta isleña, casi toda llevada a la Península y Baleares, sino también, y es lo que menos se entiende, en establecimientos comerciales de Canarias, sobre todo porque en las islas el plátano es un producto de cercanía: no se debe mover más de 2.000 kilómetros en barco.

En el mercado de la Península, lo normal ahora es que los precios de venta al público para la fruta de calidad estén en torno a los cuatro euros por kilo o por encima de ese nivel (si es ecológico), a gran distancia de lo que se paga por la banana (a veces hay hasta dos euros de diferencia por kilo), mientras que en Canarias lo habitual para las mismas categorías es no hallar plátano local ya por debajo de los tres euros por kilo. En Lanzarote se ha visto hasta un valor de venta en supermercado de casi 3,40 euros por kilo el domingo pasado.

Valores de transacción sin parangón reciente

La actividad de producción de plátanos en las islas está viviendo un bum de precios percibidos por el agricultor sin parangón, algo que beneficia mucho más a los cultivadores que han cortado o cortan de forma mayoritaria su fruta en estos meses: febrero y sobre todo marzo y abril.

Esta coyuntura comercial responde, según análisis de los expertos, a la poca fruta que está expidiendo Canarias a la Península, con marcas de embarque semanales en los siete millones de kilos y menos; también a las dificultades que se dan para cubrir esa reducción con fruta importada desde la llamada área dólar, sobre todo Centroamérica y parte del África occidental.

La combinación de esos factores principales está en el origen de los precios tan buenos que reciben los plataneros canarios, que ganan dinero, y bastante, a través de la cotización de su fruta, tras descontar todos sus costes de producción y comercialización y antes de recibir la ayuda directa de la UE por kilo, la de los 0,33 euros por kilo.

La situación actual del mercado, tan bondadosa para el cultivo, tiene a muchos en el sector productor aliados con el silencio, aunque a la espera del cambio de presidente en la organización Asprocan, algo que se consumará el 6 de mayo próximo en asamblea general anual, con la salida ya segura de Domingo Martín, con siete años consecutivos como líder de la entidad que agrupa a las seis organizaciones de productores de plátanos de Canarias (OPP), y con la llegada de un presidente inédito: José Carlos Rendón, empresario agricultor adscrito a la OPP Europlátano y persona apoyada por la mayoría de Asprocan, que se mide por los kilos comercializados al año. Rendón los tiene con la aportación de Europlátano, Cupalma (la de Domingo Martín) y las dos OPP con origen grancanario: Llanos de Sardina y Plataneros de Canarias.

Por ese lado, todo cerrado, únicamente a la espera de algunas acciones de maquillaje, como que Rendón, por ejemplo, al final resulte elegido en aquella asamblea por unanimidad: es el único candidato, tiene el respaldo de la mayoría en Asprocan y siempre es mejor trasladar unidad a los agricultores y la opinión pública.

En el otro vértice, hay que recordar que el decreto territorial tramitado por el Gobierno de Canarias (ya con casi 10 meses de recorrido) para modificar el sistema de reparto de la ayuda directa del plátano de Canarias y hacerlo “más justo”, con los 141 millones de euros al año en juego, ya está a punto de llegar a su fin: el lunes 5 de mayo se resuelve el dictamen pendiente del Consejo Consultivo y en alguna de las sesiones del Consejo de Gobierno, la del 12 o el 19 de mayo, se espera su aprobación definitiva y publicación en el BOC.

Esto lo dan por hecho el propio presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y el consejero de Agricultura, Narvay Quintero. Y así parece que será, pese a que los que ahora llegan a Asprocan, en la misma línea que los defensores de Domingo Martín, nada lo quieran.

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