Las tecnologías de la información en el aula
Cuando Rafael Reig me ofreció escribir un artículo para la sección cultural de eldiario.es me sugirió el tema del uso de las tecnologías de la información en el aula “como tú quieras”. Llevo más de diez años utilizando internet como una herramienta más en mi labor docente. Primero tuve un web estático, luego un portal Joomla, y desde hace cuatros años administro dos blogs: uno para mis clases y entradas filosóficas varias y otro sólo para reseñas de libros. Por tanto, imagino que debo saber algo del tema, aunque tampoco estoy demasiado seguro.
El blog supera ya las 2.300.000 visitas desde noviembre de 2008. Creo que la mayoría tienen un interés eminentemente práctico: los alumnos huyen de los libros de texto generalistas buscando material específico para salvar la PAU de Historia de la Filosofía. En este sentido, el blog ofrece la posibilidad de actualizar estos materiales cada año e incluso a lo largo del curso.
Además, cuando el interés por la materia no es exclusivamente académico, la versatilidad multimedia del blog permite recurrir a imágenes y vídeos para facilitar la comprensión y actualización de viejos textos filosóficos. Podría poner muchísimos ejemplos pero daré sólo dos. Cuando Platón critica a los sofistas por entender que educar es como poner la vista en ojos ciegos, quitando a los alumnos la posibilidad de parir sus propias ideas, me parece siempre apropiado comparar los institutos de secundaria con aquellas fábricas de carne picada que aparecían en The Wall de Pink Floyd. El otro ejemplo, al explicar en Marx que el estado es simplemente el consejo de administración de los intereses de la burguesía, considero obligatorio detenerme con todo detalle en esa fotografía de 2006 en la que George Bush nombra Secretario del Tesoro al exjefazo de Goldman Sachs, Henry Paulson.
Otra de las ventajas del blog es la interactividad, es decir, que se pueden dejar comentarios a los artículos. Entre los comentarios hay de todo: felicitaciones, insultos, dudas filosóficas, dudas existenciales, recomendaciones literarias y cinematográficas, trabajos de los alumnos con el consiguiente ahorro de papel, etc. En raras ocasiones he conseguido que el blog tome forma de foro donde los visitantes interactúen unos con otros, pero el diálogo “cara-a-cara” con algunos estudiantes ha sido y es muy enriquecedor.
El blog tiene otra aplicación docente más. Los rígidos horarios académicos son un lugar demasiado estrecho para dar cabida a todas las conexiones posibles de la filosofía con películas, series de televisión, música, arte, etc. Evidentemente el alumnado que hace uso de estos artículos es minoritario y sus efectos muchas veces permanecen en la penumbra hasta que llega el final de curso y surge espontáneamente una conversación sobre la presencia de Spinoza o Nietzsche en Breaking Bad, la utopía entre los Prerrafaelitas o la teodicea en El árbol de la vida.
En mi opinión las tecnologías de la información hacen que se multiplique exponencialmente el acceso al conocimiento y favorecen el desarrollo de la autonomía y el sentido crítico entre los estudiantes. Sin embargo, no existe ninguna receta universal que garantice que estos efectos tan deseados tengan lugar en el aula, porque las tecnologías de la información son una simple herramienta: el secreto sigue estando en conseguir que los alumnos den vida a los contenidos. En cualquier caso, sí está claro que plantear la educación en términos de segregación, productividad, materias instrumentales y recortes económicos es la senda menos afortunada para alcanzar dichos objetivos.
