Valladolid, 21 jul (EFE).- La muerte del lingüista Francisco Rodríguez Adrados, este lunes en Madrid a los 98 años, representa la pérdida de “un gran defensor de los estudios humanísticos, de las lenguas clásicas”, ha declarado a Efe el filólogo Salvador Gutiérrez compañero suyo en la Academia de la Lengua.
“Se nos va una figura irreemplazable. Resulta difícil ver ahora a una persona con tantas facetas, perfección e intensidad de trabajo; un académico enorme, muy responsable y absolutamente combativo en la defensa de las humanidades” dentro de las reformas de los planes de estudio, ha añadido este catedrático de Lingüística en la Universidad de León.
Ese empeño desplegó Rodríguez Adrados a lo largo de su vida como conferenciante, divulgador y articulista, más versiones de una personalidad incansable que dedicó buena parte de su vida al proyecto de Diccionario de Griego.
“Fue un maestro de helenistas y el último representante de la generación de filólogos de la posguerra de la que formó parte junto Emilio Alarcos, Manuel Alvar, Fernándo Lázaro Carreter y Sánchez Ruipérez. Ha sido una pérdida irreparable”, ha insistido sobre la figura de quien fue uno de sus tres padrinos para su ingreso en la Academia de la Lengua.