“Ha habido una infracción en la seguridad del barrio: por un lado, se ha superado la frontera física del barrio y por otro, se ha difundido información sobre el funcionamiento interno del barrio. Esto último lo tomamos como línea roja, ya que demuestra una falta de compromiso entre los proyectos del Movimiento Popular. Creemos que en la coyuntura política actual esta irresponsabilidad entre militantes solo le favorece al Estado”.
“A pesar de que el antiespecismo pida hoy por hoy unos mínimos colectivos muy sencillos de cumplir en los espacios de lucha y resistencia, estos no siempre se cumplen”. Así arranca el comunicado con el que el Frente de Liberación Animal reivindica la liberación de unas gallinas en el barrio 'okupado' de Errekaleor, en Vitoria. Sus vecinos, mientras tanto, se han reunido en asamblea a raíz de este suceso para condenarlo y exigir autonomía para el barrio.
Los hechos sucedieron alrededor de las seis de la mañana del domingo 18 de agosto. “Varias personas encapuchadas atacaron el gallinero de un grupo autónomo que se encuentra en el espacio del barrio, produciendo diferentes desperfectos y haciendo desaparecer las gallinas”, reza el comunicado publicado por Errekaleor Bizirik —que en euskera significa “Errekaleor Vivo”—, el colectivo que gestiona el barrio ocupado.
El Frente de Liberación Animal cuestiona a Errekaleor por no tener “en cuenta la legitimidad que le está dando a la explotación animal al tener un gallinero con 40 gallinas”. Hace especial hincapié en el hecho de que la construcción del gallinero se decidiese en un proceso asambleario: “Un pacto entre humanxs [sic] en torno al encarcelamiento de animales es la máxima expresión de privilegio humano que pueda haber. La libertad no es negociable”.
El frente de liberación incide en luchar contra la explotación animal para evitar que se normalice y encuadra dentro de ese marco las acciones de “esta célula del frente”. “Muchxs [sic] aprovecharán —prosigue el comunicado— para señalar al movimiento antiespecista más visible como el enemigo del pueblo a pesar de que construir lazos de afinidad haya sido una de nuestras prioridades, pero ha llegado el momento de demostrar que hay límites que no estamos dispuestxs [sic] a consentir que se crucen, especialmente en nuestros propios espacios de lucha y resistencia, y que no solo vamos a luchar contra estas decisiones escribiendo un artículo de opinión o un fanzine”.
“Esta irresponsabilidad solo le favorece al Estado”
Transcurridos varios días desde el suceso, en el barrio reina la tranquilidad. Varios inquilinos se afanan en adecentar algunos de los edificios, mientras que otros, sentados a varias mesas, conversan. Son varias las personas que se niegan a hacer declaraciones a los periodistas. Al final, un joven, subido a una escalera, responde: “Lo que teníamos que decir ya está dicho en el comunicado. Nos reunimos en asamblea y acordamos redactar lo que se ha publicado en redes sociales”.
En el citado comunicado se apunta que “la acción ha pasado por encima del funcionamiento interno y de los mecanismos del barrio”, que se esfuerza “en desarrollar nuestras propias herramientas para gestionar los conflictos internos”. Y añade: “Con estas herramientas tratamos de crear nuevos caminos al modelo hegemónico actual”. Asimismo, se señala en el escrito que “la agresión recibida ha golpeado uno de nuestros principales ejes”:
Situado a las afueras de Vitoria, Errekaleor es el barrio 'okupa' más grande de España. Un grupo de estudiantes llegó allí en 2013, con la idea de buscar soluciones a los problemas de vivienda. Si bien de primeras ocuparon únicamente un portal, el número de inquilinos fue creciendo hasta superar el centenar. Desde 2015, se amenaza con su desalojo y se han convocado varias manifestaciones de apoyo. “En el camino a mejorar nuestro funcionamiento interno, seguimos reivindicando nuestra autonomía, sin aceptar que un colectivo externo lo condicione de manera tan severa”, zanja el comunicado.