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Este blog corresponde a Alternativas Económicas, una publicación mensual que te explica la información económica desde un punto de vista social.

Guifinet: wifi y fibra óptica libre

Ya hay más de 32.000 nodos de Guifinet operativos, la mayoría en Catalunya.

Mariana Vilnitzky

Guifinet es una red de Internet libre, que puede ser utilizada por quien sea, en cualquier lugar de España, incluso con fibra óptica. “Se trata de una red del procomún, que crece con sus usuarios”, explica Ramón Roca, uno de sus fundadores. “La idea es desarrollar una economía sostenible, con acceso a las telecomunicaciones”. 

Aunque antes ya había gente trabajando en crear la red, comenzó formalmente en 2004. Sus inicios fueron en zonas rurales, donde las telecomunicaciones apenas llegaban, y cuando llegaban eran carísimas. Básicamente, la idea era crear una infraestructura alternativa a Telefónica.

Hoy ya tienen 51.579 nodos, de los que 32.339 están operativos, la gran mayoría en Catalunya (muchos en la comarca de Osona). Pero sobre todo, crecen a pasos agigantados. Cada mes se abren alrededor de 300 nuevos nodos, que siguen ampliando la llegada de Internet desligado de las grandes compañías de telefonía. Guifinet calcula que unas 100.000 personas utilizan ya el sistema. “Estamos creciendo a un muy buen ritmo”, subraya Roca. “Duplicamos cada año la cantidad de gente que se conecta”. 

El sistema de Internet de Guifinet puede tener cables o no. Puede llegar a las casas incluso con fibra óptica, igual que las grandes compañías. Son los usuarios quienes van ampliando la red, sin prisa pero sin pausa, instalando los cables que van pasando calle por calle. Cada vecino se encarga de crear en el exterior de su casa los cables y lo necesario para que se pueda acceder a Internet, a través de la infraestructura, que es del procomún.

Deben ser iniciativas ciudadanas. En 2008, los promotores del proyecto crearon la Fundación Guifinet para que no se pudiera vender la iniciativa. Desde allí gobiernan el sistema e intentan acompañar a los usuarios en el proceso. La  fundación no tiene fines de lucro y apela a la ciudadanía a movilizarse.

¿Cómo se instala?

Aunque la red es libre, tiene dos tipos de usuarios: los que saben cómo acceder a la red, montando una antena, cables y demás (hay una guía y un vídeo en la página web de Guifinet), y los que no saben y por tanto requieren de servicios de profesionales que monten el sistema en su casa. Para dar ese servicio de instalación se han creado varias iniciativas de servicios profesionales (cooperativas, autónomos, redes de usuarios, etcétera) que ayudan a montar la conexión inicial y cobran una mensualidad por el servicio y el mantenimiento. Hay alrededor de 30 empresas. Éstas cobran por sus servicios, pero no por un control sobre la infraestructura. En la web de Guifinet hay una lista, pero no es cerrada. Todas las empresas que quieran están invitadas a inscribirse en el directorio.

Quienes atienden en estas empresas son personas, no máquinas. “Mucha gente piensa que una gran compañía será más rápida y luego no es así. Una pequeña empresa puede resolver todo muy rápido”, opina Roca. Ese es el servicio que cobran: dar el tránsito, la interconexión de varias redes, alquileres... Se paga una cuota por mes, pero las conexiones pueden ser, por ejemplo, de un giga, diez veces más baratas que las de Telefónica.

Guifinet crece de forma capilar. Cuando un vecino ha instalado la red es más fácil que otro lo haga. En cambio, cuando no hay nadie alrededor es complicado. “Sucede de forma colectiva”, explica Roca. “Uno solo puede poner su iniciativa, pero necesita que gente alrededor lo acompañe (...) Donde el colectivo es maduro hay más posibilidades. Puedes tener una antena a 100 metros a la redonda de tu casa. En la ciudad de Barcelona no hay tanta densidad de nodos. Si te vas a otras latitudes tienes que hacer bastantes kilómetros para conectar vecinos”.

En la página web de Guifinet cualquier usuario puede averiguar si en su ciudad, o cerca de su casa, hay algo alrededor. Se ve muy fácilmente, haciendo zoom en el mapa. Lo pueden decir también los proveedores de servicios de instalación. En el caso de la fibra óptica, tiene una capacidad enorme. Es virtualmente ilimitada, pero hay que saber gestionar la red. “La fibra óptica es un enlace punto a punto, no puedes cortar el cable en el medio”, señala Roca. “Hay técnicas para hacer la conexión. Todo el mundo es libre de conectarse pero no de cualquier forma, no a la brava. Siempre hay una solución técnica. La fundación establece los parámetros técnicos que se requieren”.

Como cualquier compañía telefónica, los usuarios de Guifinet van instalando cables que van pasando calle por calle. Colectivos de vecinos pueden, por ejemplo, ponerse de acuerdo para montarlo. Y no es ilegal hacerlo.

“En Barcelona los cables pasan por la fachada”, añade Roca. “Podemos hacer conexiones de 50 kilómetros. Lo único que cambia de la red respecto a las grandes compañías es que la infraestructura queda para el procomún. Cuando llega un cable de Telefónica, tienen su tarifa, y uno decide si lo coge o lo deja. Cuando la infraestructura es nuestra, hacemos lo que nos da la gana”.

Evidentemente, las grandes compañías tienen en Guifinet un competidor que si crece podría mermar su modelo de negocio. Públicamente nunca les han atacado, pero sí han intentado hacerles la vida difícil. “Dicen disparates de nosotros: que la red es ilegal, como si fuera un delito compartir, pero no pueden poner ninguna demanda porque esto es perfectamente lícito”, cuenta Roca. “Eso sí. Han ido taladrando y han sembrado la duda en la población sobre si ésto se puede hacer, como si sólo pudieran hacerlo los operadores privados. El mercado es libre. Si yo quiero, como cualquier compañía, puedo instalar cables, la diferencia es sólo que es una red del procomún y no de un privado. Pero tenemos el mismo derecho que ellos”.

De hecho, incluso Telefónica podría conectarse. Lo único que deben hacer es contribuir en función de sus ingresos al mantenimiento de la red. El acuerdo es el mismo para cualquier empresa que quiera formar parte, sin importar cuál sea su nombre. 

Se puede, pero no es fácil, porque para llegar a algunos lugares hace falta tirar mucho cable. Por ello, Guifinet pide la colaboración de las administraciones públicas: que la ciudadanía tome la iniciativa, pero que los ayuntamientos colaboren.

[Este artículo ha sido publicado en el número de noviembre de la revista Alternativas Económicas. Ayúdanos a sostener este proyecto de periodismo independiente con una suscripción]

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Este blog corresponde a Alternativas Económicas, una publicación mensual que te explica la información económica desde un punto de vista social.

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