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Susana Díaz: “Siendo presidenta, todavía sigo soportando que me llamen mandona por ejercer mi autoridad”

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“Este diálogo responde a dos peticiones: la primera para que compartiéramos juntas el post 8 de marzo. Y la segunda cuando te pedí, canija, que me acompañaras en la apasionante aventura del Gobierno de Andalucía”. Así arranca el diálogo sobre igualdad y feminismo entre la presidenta Susana Díaz y la consejera de Economía, Ciencia y Universidades, Lina Gálvez, en el marco de las conversaciones organizadas por eldiario.es/andalucia con motivo de su quinto aniversario.

En efecto, Díaz había elegido como interlocutora para este foro a Lina Gálvez antes de llamarla para que se integrara en su gabinete. Luego la presidenta remodeló su Consejo de Gobierno y situó a la profesora en la Universidad Pablo de Olavide y reconocida activista del feminismo al frente de la política universitaria. Creo que cuando te pedí lo primero ya estaba pensando en lo segundo, bromea Díaz.

El origen del feminismo

El diálogo entre estas dos mujeres empieza sobre un libro de Simone de Beauvoir referente del feminismo -El segundo sexo- que se encuentra a la vista en la Librería Caótica de Sevilla, donde tuvo lugar el encuentro. “Ese libro decía que la mujer no nace, sino se hace. Y yo digo que lo que no nacemos es feministas”, avisa Gálvez. La presidenta andaluza asiente: “No nacemos feministas. Yo nací en una familia de cuatro hermanas, siendo la mayor, donde mi padre no era feminista, se ha hecho feminista con los años. Las hijas le hemos hecho feminista. En los años 80 mi padre no hacía ni la cama, ahora lo hace todo”, recuerda. Dice la presidenta que hay “dos formas de llegar al feminismo”. “Mi primer reto fue cambiar el entorno para tener las mismas oportunidades que el barrio de enfrente. Yo en ese momento no pensaba en ser como los chicos. Pensaba: ¿Por qué no tenemos libros y ellos sí? ¿Por qué no tenemos ordenadores? La prioridad era la igualdad, por eso me hice socialista”, dice.

La experiencia vital de Lina Gálvez fue diferente, ella recuerda que su concienciaciónn con el feminismo fue muy temprana, porque creció; en una base militar, en el barrio de Tablada, en Sevilla. “La jerarquía, el orden…allí sólo trabajaban los hombres. Si ya de por sí el mundo era machista y patriarcal, imagínate criarte en una base militar en un momento en el que, por supuesto, no había mujeres en el ejército. Desde muy pronto me di cuenta de que hombres y mujeres no éramos iguales ante la sociedad”. Susana Díaz replica que “si lo básico lo tienes cubierto, llegas antes” al feminismo. “En mi casa faltaban cosas básicas y mi primera pelea fue la igualdad ante lo básico”.

La presidenta de la Junta de Andalucía reconoce en esta conversación que, en su ascenso al poder, incluso ahora, no ha dejado de ver topes por su condición de género. “Una vez que llegas al primer puesto de responsabilidad, te crees que ya no hace falta la igualdad, que no es cierto que haya techos de cristal…pero en el momento que tienes poder de decisión, ves los techos, que no son de cristal, son de hormigón. A mí el feminismo me despierta a medida que voy avanzando en la capacidad de decisión y de poder, que es cuando veo ese techo.

El liderazgo femenino

La consejera de Economía, que fue vicerrectora de la Pablo de Olavide, recordó su primer Consejo de Gobierno en la universidad, con 30 hombres y sólo tres mujeres, en el que sus propuestas no eran recogidas en las actas tras la reunión, y en cambio las mismas ideas se las atribuían a un compañero. “Tardé en darme cuenta de que hasta que no consigues un liderazgo determinado, la voz de las mujeres no se escucha. No se nos da esa autoridad. Cuando al final te das cuenta de que esto pasa porque eres mujer, entonces ya no te callas. Y a partir de ahí vas ganando sitio”, afirma Gálvez. Susana Díaz denuncia que “en la política española, tradicionalmente, se ha impedido que se consoliden los liderazgos sólidos de mujeres”. “Para refrescar las listas electorales siempre eran las chicas las que se iban sustituyendo, normalmente por otras chicas más jóvenes. Y eso es lo que daba la cuota joven y mujer”, reconoce la presidenta.

Gálvez se interesa sobre esa idea de liderazgo femenino y cita algunos estudios para advertir del riesgo del “liderazgo aislado”. “Si las mujeres llegan de manera aislada a los puestos de liderazgo y no hay una masa crítica suficiente de mujeres que comparten también esos espacios de responsabilidad, el liderazgo que ejerce la mujer puede ser incluso más masculino del que hacen los hombres. Y eso también hay que cambiarlo”, dice la consejera. La presidenta asiente y le responde: “En ciertos entornos se entiende que cuanto más masculinizado es el liderazgo de una mujer, más sólido”.

Los Pitufos y el machismo

En el momento más distendido de la conversación, las dos políticas empiezan a desgranar el llamado “efecto Pitufina”. Lina Gálvez critica que en la popular serie de dibujos animados, cada personaje masculino tenía asociado un rasgo de personalidad -Gruñón, Sabiondo, Dormilón- y también una función dentro del poblado -carpintero, herrero, maestro-, todos excepto Pitufina, que simplemente era Pitufina, “la mujer, la esencia”. La presidenta andaluza, que se confiesa más fan de Mafalda, sentencia que “no hay nada más machista que los pitufos: Una chica y 100 pitufos”.

Gálvez cree que ese “efecto Pitufina” va cambiando y que las mujeres cada vez más pueden “subrayar su individualidad y tener proyectos vitales autónomos”, pero Susana Díaz matiza: “Sí, Lina, pero yo todavía soporto que si tienes autoridad, eres mandona. Y ambiciosa. Eso lo sigo yo soportando siendo presidenta. Si es un chico, tiene liderazgo, pero nosotras somos mandonas. En el Parlamento me dicen a veces: oiga usted es soberbia, mandona…simplemente porque defiendes aquello en lo que crees y ejerces tu autoridad. Nos queda muchísimo por superar los pitufos”.

Los permisos de maternidad y paternidad

La presidenta andaluza apunta que el “talón de Aquiles” de las políticas de igualdad está en el cuidado de los hijos justo después de parir. Díaz recuerda su propia decisión, tras tener a su hijo, de disfrutar una parte del permiso por maternidad y compartir otra con su marido para el cuidado del niño. “Yo lo pude hacer por ser presidenta de la Junta, otras mujeres no pueden”. Justo ahora se debate un acuerdo político con los sindicatos para que haya 20 semanas de baja, el mismo tiempo para la madre que para el padre, con objeto de equilibrar la conciliación familiar. Gálvez recuerda que “en el primer Gobierno paritario de España, con José Luis Rodríguez Zapatero, había el mismo número de ministros que de ministras. Pero entre todos ellos tenían veintitantos hijos y entre todas ellas, sólo tres”, dice.

Las protestas del 8M y contra 'la manada'

Diaz subraya que la clave de la igualdad de género está en la “coeducación desde edades tempranas”, pero confiesa que percibe una “involución” y a una “derecha reaccionaria que quiere desandar el camino andado”. “Para empezar, que se financien con fondos públicos colegios que segregan por sexos”, dice Gálvez [en Andalucía hay una decena sufragados por la Junta]. “¿Sabes cuántas veces hemos tenido que recurrir eso? Ha sido brutal”, replica la presidenta. Para ambas, la manifestación masiva de mujeres el pasado 8 de marzo fue un punto de inflexión. La presidenta de la Junta reconoció “el papel fundamental” que tuvieron las mujeres periodistas para la difusión global del fenómeno y sus reivindicaciones.

Díaz también recordó la reacción de repulsa que generó la sentencia a los cinco jóvenes de ‘la manada’, que motivó protestas de muchas personas porque se les imputaron delitos de abuso sexual continuado, y no se consideró violación lo que sufrió una joven con esos cinco hombres en los Sanfermines de 2016. “Esas dos manifestaciones marcan un antes y un después en nuestra sociedad, se pongan como se pongan”, dice Díaz.

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